Economía y Negocios

¡Nada los Detuvo! reunió a exitosos emprendedores del Biobío para contar experiencias

Fotografía: Gentileza USS.

No sólo emprendieron: han sido reconocidos y premiados en el mundo, logrando exportar y posicionándose con lo que hacen y les apasiona. Esa es la historia de vida de los cuatro invitados al encuentro “¡Nada los Detuvo!”, organizado por la Universidad San Sebastián, en el marco del concurso de emprendimiento “Nada Nos Detiene Biobío”, que convocan, además de la USS, G100, CMPC, Puerto Coronel y Samsung.

La jornada online reunió a Barbarita Lara, emprendedora tecnológica, cofundadora y ceo de Emercom, y embajadora corporativa de Samsung; Kristopher Birgham, fundador de WOM; Daniela Cartes, fundadora de Baby Cu y reciente ganadora de Shark Tank Desafío FedEx, y a Roberto Astete, creador de las bolsas biodegradables Solubag (solubles en agua).

“El emprendimiento siempre es fuente de riqueza y de aporte de valor sustantivo para las sociedades, no sólo en aspectos económicos, sino también en espacios de innovación y mejoras de la calidad de vida para el bien común”, explicó el vicerrector de la USS Concepción, Francisco Flores.

“Espero que muchos emprendedores acepten esta invitación, y que aprovechen el contexto de crisis, que muchas veces representa espacios para crear e innovar”, agregó, refiriéndose al torneo “Nada nos Detiene Biobío”, cuyas postulaciones se extenderán hasta el 27 de octubre (www.nadanosdetiene.cl).

Ejemplo de perseverancia

Barbarita Lara es también líder del proyecto S!E, sistema que permite enviar mensajes de emergencias a la población afectada por un desastre natural, incluso sin internet ni redes móviles. De por sí es una ganadora: fue distinguida como Chilena Innovadora del Año, Chilena Inventora del Año, una de las 100 Mujeres Líderes del 2018, World Summit Award Winner, y la primera chilena en la Lista Mundial de Innovadores Menores de 35 años de la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT.

Pero el camino para tantos logros no fue fácil. Contó su historia como niña residente en Isla Navarino, completamente aislada, que la llevó a pensar en crear un mecanismo como S!E. “Mis proyectos crecieron con muy poco respaldo, casi de nadie… Pero la tecnología me cambió la vida”, narró, a la vez dijo que, de pequeña, se familiarizó con los computadores, “los primeros computadores, esos que usaban diskettes”.

Con mucho humor le dio ánimo a quienes inician emprendimientos. “Perfectamente podemos crear desarrollo local de hardware y software, y no tener que importarlo de afuera”, afirmó.

El impacto

Kristopher Birgham reside en Chile hace 25 años, y siempre se ha dedicado a las telecomunicaciones, iniciándose con los primeros beepers y luego trabajando como proveedor de Nextel, empresa que, si bien contaba con mucho capital, tenía pocos clientes y pérdidas.

“Investigué, hice una oferta y la compré. Fue un momento crítico, porque sólo tenía recursos para operarla por cinco meses. Así es que busqué capital y me asocié con el grupo inglés Novator”, manifestó. Con ellos logró revertir el escenario, creando la marca WOM. A la fecha han invertido cerca de US$1.000 millones en Chile. “Con buenos socios, capital y conocimiento, el cielo es el límite”, aseguró Birgham.

Luego expuso Daniela Cartes, diseñadora industrial, quien dijo que “la pandemia nos ayudó a repensar nuestro emprendimiento”. Su empresa, Baby Cu, nació el 2007, a propósito de trabajos que estaba realizando (vajilla libre de microbios) y del nacimiento de su hijo Jonás, que presentó problemas dermatológicos y respiratorios.

Fue así como creó el concepto de prendas textiles con cobre y zinc, con cualidades antimicrobianas. “Es una fibra activa, que no pierde sus cualidades con los lavados. No son “hilos”, porque ello podría interferir en casos de niños en incubadora”, expresó.

La pandemia la halló justo cuando preparaba sábanas que eliminan vectores de contaminación, viral, bacteriológicas y/o hongos. “Con esas telas, creamos mascarillas con propiedades de cobre, que donamos, primero. Luego nos presentamos a Desafío Covid-19, del Ministerio de Ciencias, ganamos, y también participamos en otro concurso, FedEx, que también nos adjudicamos”, resumió, entre otros logros.

Finalmente, el fundador de Solubag y egresado de la USS, Roberto Astete, se refirió a su emprendimiento, que hoy suma ventas en todo el mundo, inclusive con relaciones con el mercado de África.

“Nuestra idea partió con la creación de un detergente en cápsulas, que se diluía al ponerlo en contacto con el agua”, recordó.

Sin embargo, su idea no tuvo apoyo público, por lo que, ya teniendo el soporte y la materialidad, viajó a Santiago a buscar los fondos para evolucionar esta innovación.

A las bolsas y packaging, se han sumado mascarillas e insumos médicos con las propiedades de Solubag, y la empresa ha diversificado sus productos, con detergentes en láminas, productos para desechos de mascotas y bolsas de film para lavandería y basura.

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