Para el joven ser trabajador traería mejoras y confía en otra sentencia positiva. Laboralistas aclaran que no hay que pensar que se regularizarán todas las situaciones.
Avances en la disminución de la precarización del rubro y alzas en costos de aplicaciones de reparto serían algunos efectos del falló a favor del repartidor de una conocida empresa de plataforma de repartos.
Con 30 años y aspiraciones de convertirse en un buen profesional, Álvaro Arredondo, la parte demandante del fallo, ya tiene una vida un poco cuesta arriba, ya que hoy día estudia en el Instituto Virginio Gómez y además trabaja, realizando repartos en Concepción.
Al ser consultado por las lecciones más relevantes que le deja la inédita sentencia en nuestro país de la Jueza Ángela Hernández, destaca que “se están dando a conocer las precariedades que están vulnerando a los trabajadores repartidores en nuestro país”.
También resalta que el fallo es un paso adelante para dar mayor responsabilidad a este tipo empresas despiden a personas como fue su caso.
Otra lección importante para Arredondo es haber contado con el apoyo de agrupaciones penquistas y otras asociaciones de repartidores en el ámbito nacional. Particularmente agradece a “Repartidores penquistas” y a “Marea”, quienes habrían facilitado el poder generar el juicio contra la empresa repartidora.
Respecto de las etapas que siguen, el repartidor dice que “aún no me han notificado, pero sé que básicamente viene la apelación de la empresa donde pienso que en las instancias que vienen, no obtendrán fallos muy favorables”.
Françoise Etcheberry, abogada y académica del Departamento Laboral de la Facultad de Derecho de la Universidad de Concepción, antes que todo, prioriza la siguiente aclaración: “los fallos de los tribunales producen efectos relativos, es decir solo afectarán a las partes del juicio, por lo que no debemos pensar que con esta sentencia se regulariza la situación de todos quienes se desempeñan en este tipo de servicios”.
No obstante lo anterior, plantea que entre las principales derivaciones del fallo está que “con la sentencia se formaliza una situación de facto que se daba en la realidad, y que carecía a mi juicio, de una regulación jurídica a la luz de nuestro ordenamiento”.
A la vez, recuerda que “al no existir claridad sobre la naturaleza de la relación contractual que vincula a la empresa de plataforma con el supuesto “colaborador”, se precarizan los derechos del ahora declarado como trabajador”.
Tras ser consultado por este medio, Héctor Figueroa, abogado, socio del estudio Flores & Acevedo y jefe del área Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la firma explica que entre los efectos que pueda tener el fallo está posibilidad de un alza de los costos para las empresas de reparto, al “reconocer derechamente la existencia de un vínculo laboral, haciendo ajustes a su modelo de negocio, internalizando los costos asociados, buscando la manera de transferirlos éstos derechamente al cliente y al consumidor final”.
En relación a los cambios más importantes que puedan ir en favor de los repartidores, detalla que “implica, dotar en la práctica a un repartidor, de los derechos y obligaciones que emanan de un vínculo laboral. Con especial énfasis en el deber general de protección eficaz de la vida y salud del trabajador que debe asumir cada empleador, lo que se traduce en la obligación de identificar y mitigar riesgos, así como de proporcionar elementos de protección de personal a cada trabajador”.
Cabe señalar que, según lo indicado por Arredondo, hoy muchos repartidores, ni siquiera cuentan con sistemas organizados para poder ir al baño, por lo que poder tener mayores derechos o iguales a los de un trabajador es un apoyo particular.