El uso de estos energéticos limpios en Bío Bío se basa principalmente en la quema de biomasa, pero el potencial de generación a partir de aceites residuales y gases es alto.
El biopropano es un biocombustible similar al gas licuado de petróleo (GLP), compuesto básicamente por propano y butano. Su producción ha generado interés debido a que junto con tener las ventajas logísticas de transporte y almacenamiento del GLP, tiene un origen renovable. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, las tecnologías existentes para su producción no han tenido un importante desarrollo.
Así lo explicó la académica de la Facultad de Ciencias de la Ucsc, Dra. Laura Azócar, quien es la directora del proyecto “Producción de biopropano de segunda generación a través de un proceso integrado biotecnológico/termoquímico”, que recientemente se adjudicó un Fondef, que consiste en el apoyo desde Anid de $200 millones para la ejecución de la iniciativa, que tendrá una duración de dos años. Dicho financiamiento permitirá la adquisición del equipamiento apropiado para realizar la investigación, además de insumos de laboratorio y apoyo administrativo.
“Este proyecto propone el desarrollo de un proceso integrado biotecnológico/termoquímico para la producción de biopropano utilizando lípidos residuales”, afirmó la investigadora, quien detalló que “el interés en desarrollar esta línea de trabajo nace de la necesidad de diversificar la matriz energética nacional con nuevos combustibles que no contribuyan al aumento de las emisiones de carbono. A esto se suma una necesidad en la sociedad, principalmente en sectores de menores ingresos, de contar con combustibles de bajo costo que sirvan para calefacción, evitando emisiones de material particulado. Esto es una necesidad que debe ser abordada desde la investigación, debido a las restricciones en el uso de leña para calefacción domiciliaria por las altas emisiones contaminantes que genera. Dicha situación en parte ha sido abordada por el uso de pellet para combustión, pero es necesario generar nuevos biocombustibles que permitan alternativas de calefacción limpia a la sociedad en general”.
A nivel industrial el biopropano es producido a través de la hidrogenación catalítica de lípidos, donde el producto principal son hidrocarburos de cadena larga y el biopropano es generado sólo como subproducto.
“A nivel de investigación básica, los estudios se relacionan principalmente con procesos biológicos con cepas modificadas genéticamente, los que han generado muy bajos rendimientos. En función de lo anterior, este proyecto propone desarrollar nuevos procesos que permitan promover la producción de biopropano para generar mayores volúmenes que lo potencien como un commodity. Lo anterior, será investigado buscando rutas que permitan un aprovechamiento integral de los lípidos para la generación de este biocombustible”, señaló la Dra. Laura Azócar.
El proyecto cuenta, además, apoyo de las empresas Gasco y Rendering S.A., siendo esta última la mayor empresa nacional de recolección de aceites residuales.
A la fecha, Bío Bío tiene una capacidad instalada de 160 MW en biomasa, y se sumarán otros 166 MW con el proyecto Mapa y en biogás cerca de 4,5 MW, bajo reconoció el seremi de Energía, Mauricio Henríquez , pero que habla del espacio y del progreso.
“Los desafíos son varios, por ejemplo, avanzar en tecnología para usar los gases de los rellenos sanitarios o los propios aceites residuales, lo que dependerá de que bajen los costos de las distintas tecnologías. Como ministerio, estamos avanzando en la creación de una estrategia en hidrógeno verde, e igualmente vemos un enorme potencial a partir de la utilización de gases de rellenos sanitarios y aceites residuales al respecto”.