Economía y Negocios

“Abate Molina”, el buque del Ifop clave para la sustentabilidad pesquera

Son 30 años dedicado a investigación científica, pero el barco ya cumplió su ciclo, y desde la entidad proyectaron que su sutituto debiera ser una realidad en 2023, con similares prestaciones pero construido con la última tecnología.

Por: Javier Ochoa 08 de Agosto 2020
Fotografía: Cedida

Para hablar del importante trabajo del buque científico Abate Molina del Instituto de Fomento Pesquero (Ifop), hay que remontarse a los catalogados “legendarios” astilleros MIHO de Japón, donde fue construido.

Este buque fue donado por el gobierno de Japón al Gobierno de Chile, fue diseñado, conjuntamente, por experimentados técnicos japoneses y chilenos, y fue botado al agua el 10 de noviembre de 1990.

Llegó a Chile el 03 de marzo del año 1991, siendo recibido en el molo de Valparaíso por el Presidente Patricio Aylwin Azócar. A contar de ese año es administrado y operado por el Instituto de Fomento Pesquero.

El buque lleva el nombre del sacerdote jesuita Juan Ignacio Molina y González (1740-1829), considerado el primer Científico Chileno y cuya obra alcanzó notable reconocimiento en la comunidad científica de la época y hasta nuestros días, especialmente con la descripción de 172 especies de la flora y fauna de nuestro país, incluidas las marinas.

“La tarea del Ifop es de real importancia, porque a través de la investigación científica, hace el seguimiento de los recursos pesqueros de importancia comercial, haciendo el seguimiento de éstos, como por ejemplo el congrio, la merluza, la sardina, la anchoveta. También analizamos el impacto que actividades como la acuicultura provocan en el medio marino”, explicó el director ejecutivo del Ifop, Luis Parot.

Añadió que a partir del registro constante de datos tanto oceanográficos como biológicos pesqueros, el trabajo del Ifop está cada vez más vinculado a los desafíos que implican el estudiar los efectos del cambio climático en los ecosistemas y en el propio comportamiento de los peces.

“En definitiva, cómo nos va afectar en nuestras actividades tanto laborales como económicas”.
Parot enfatizó que el Ifop es un centro de investigación aplicada altamente especializado, con más 600 funcionarios contactados con sus pares a nivel mundial. “Somos reconocidos en la
investigación de floraciones de algas nocivas, lo que llamamos marea roja”.

Sobre los desafíos, Parot dijo que será vital contar las dos nuevas plataformas de investigación: dos buques. Uno de 30 metros que permitirá evaluar los recursos cercanos a la costa, ya que Chile tiene una gran cantidad de ese tipo de especies pelágicas. Y la otra, el reemplazo del actual Abate Molina, por uno más moderno, con las mismas capacidades pero construido con las últimas tecnologías. “Esperamos que el primer buque esté terminado a fines de 2022, y el segundo, ojalá este priorizado en este Gobierno, y construido dentro de los primeros años del próximo”.

Sobr el estado actual de las principales pesquerías que atañen a Bío Bío, Parot informó que los niveles de biomasa desovante (BD) y biomasa total (BT) de las especies Anchoveta, Sardina, Jurel y Merluza común explotadas en la zona centro-sur de Chile, muestran incrementos en la BD, existiendo sin embargo, la probabilidad de estar sobreexplotados.

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