Los pescadores artesanales de Coronel y de todo el Golfo de Arauco celebraron la decisión de Enel de poner fin al funcionamiento de sus plantas Bocamina I y Bocamina II a fines de 2020 y a mediados de 2022 respectivamente.
Hernán Cortés, uno de los dirigentes de la pesca artesanal que lideraron la oposición a Bocamina señaló que “el tiempo nos dio la razón en cuanto al daño que causan las termoeléctricas a carbón. La misma empresa finalmente tomo conciencia de ello y decidió cerrar sus dos plantas en Coronel”.
Añadió también que “gracias a nuestras acciones obligamos a la empresa a invertir varios millones de dólares en mejoras para disminuir el impacto que ellos provocaban en el medio ambiente, incluyendo los domos de acopio para el carbón, mejoras en el filtro de succión de aguas (con nutrientes) y destinando recursos para un fondo concursable para la comuna de Coronel”.
Cortés finalmente expresó que “el daño ya está hecho, no hay mitigación económica que compense el daño a la salud de la población, a la actividad económica de la pesca artesanal y al medio ambiente” y que “al menos la batalla que dieron será un beneficio para nuestros hijos y nietos”.