Economía y Negocios

Edmundo Muñoz, doctor en Ingeniería Unab: “La ciudadanía es un actor clave en el desarrollo de la economía circular”

Para avanzar es necesario que el Estado obligue a las empresas a utilizar un etiquetado ambiental en productos y servicios, de manera de facilitar la toma de decisión por parte de los consumidores.

Por: Javier Ochoa 20 de Febrero 2020
Fotografía: UNAB

En grandes rasgos, la economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos, donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos. Pero, ¿qué está haciendo Chile por avanzar hacia una economía circular?

Durante los últimos años en Chile, Corfo ha impulsado el desarrollo de la Economía Circular a través de diversas iniciativas Además, el Ministerio del Medio Ambiente ha creado una Oficina de Economía Circular, la que tiene como objetivo reducir el impacto ambiental relacionado a la generación de residuos y promover un modelo de Economía Circular en Chile. El mismo ministerio, durante el 2019, licitó la consultoría para construir una Hoja de Ruta de Economía Circular en Chile, y la Consultoría para Mapeo de Actores e Impacto de la Economía Circular en Chile.

Consultamos al Dr. Edmundo Muñoz Alvear, ingeniero ambiental, doctor en Ingeniería, director Postgrado y Formación Continua de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello sobre esta tendencia creciente a nivel mundial.

– ¿Qué referentes tenemos a nivel internacional en esta materia? Y en Sudamérica ¿existen ya avances?

– Si bien la Comunidad Europea ha desarrollado estrategias y herramientas para avanzar hacia una Economía Circular, se considera que el primer país en adoptar una ley de economía circular fue Japón el año 2000, a través de la ley de promoción de la utilización efectiva de los recursos. El 2005, Corea estableció un plan maestro de 15 años para desarrollar una red de colaboración de simbiosis industrial, para transformar miles de complejos industriales tradicionales en parques eco-industriales. Posteriormente, China fomentó estrategias de parques eco-industriales, minería urbana y procesamiento de residuos domésticos en hornos cementeros, a través de una su ley de Promoción de la Economía Circular el 2009. Escocia adoptó el 2010 un plan de cero residuos y Holanda expidió una estrategia de economía circular con metas al 2050. A partir de 2015, la Comunidad Europea adopta su estrategia de transformación hacia una economía circular enfatizando una estrategia para el uso de plásticos, adaptando un marco para el seguimiento de avances. En América Latina, Colombia es el primer país que adopta una Estrategia Nacional de Economía Circular el 2018.

– ¿Cuál es el rol de la industria y la ciudadanía?

– Las industrias juegan un rol fundamental en la economía circular, debido a que son ellas las que extraen, procesan y transforman los recursos naturales, para, posteriormente, poner a disposición de los consumidores los productos y servicios necesarios para el diario vivir. En este sentido, la actividad industrial debe avanzar desarrollar e implementar estrategias que le permitan avanzar hacia una economía circular, de manera de minimizar el consumo de recursos y generación de emisiones, y por lo tanto, disminuir los impactos ambientales de la producción, consumo, uso y disposición final de productos.

La ciudadanía es un actor relevante en la economía circular y puede ser determinante en la medida que exija productos y servicios con menor impacto ambiental y uso de recursos. Para ello, se debe avanzar en información ambiental de productos y servicios, que permita tomar decisiones de compra con criterios ambientales. Aquí el Estado juega un rol fundamental mediante el establecimiento de normas y estándares que obliguen a las empresas a etiquetar ambientalmente productos y servicios. La minería urbana es un buen ejemplo de economía circular y aplicable en Chile. De hecho, el 30% de la producción de acero nacional se realiza a partir de chatarra, lo que demuestra la factibilidad técnica y económica del modelo.

– ¿Puede impactar la economía circular en situaciones críticas que hoy vivimos como la escasez hídrica?

– Sin duda, en algunos sectores productivos y urbanos, la economía circular puede jugar un rol determinante en un escenario de escasez hídrica. Aún existen muchos grados de libertad para innovar en el uso eficiente del agua y aprovechamiento de aguas residuales, la cual es muy baja en Chile. Por ejemplo, a nivel urbano, consumimos sobre 160 litros de agua potable por habitante cada día. Sin embargo, sólo ingerimos para consumo humano alrededor de 2 litros cada día (menos del 2%). Sobre el 98% restante, termina en otros usos para los cuales no fue diseñada, como riego, lavado de auto, ducha, estanque de baño, etc., muchos de los usos distintos al consumo, por ejemplo, descarga en baños, no requieren agua potable, existiendo la posibilidad de reutilizar el recurso hídrico en la vivienda. Si bien esto es conocido, se requiere de incentivos, normativas o instrumentos de gestión que permitan incorporar nuevas tecnologías e innovaciones en futuros proyectos, así como capacidades e incentivos para modificar los existentes.

Cómo afecta la fallida COP25 a la economía circular

La economía circular ha surgido como ideal económico viable y particularmente relevante para Chile, más allá que sólo una herramienta para reducir los gases de efecto invernadero (GEI) comprometidos por Chile en la COP. En este sentido, mayores compromisos de reducción de Chile podría incentivar esta práctica, aunque no es el motor determinante, planteó el Dr. Edmundo Muñoz Alvear de la Unab.

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