Economía y Negocios

Barcos chinos, españoles y rusos bordean las aguas del Bío Bío extrayendo valiosos recursos

Albacora, atún, jibia y tiburón son las especies de interés debido a su alto valor en el mercado internacional.

Por: Felipe Placencia 02 de Febrero 2020
Fotografía: Andrés Oreña

El Bío Bío es rico en diversos recursos marinos. Muchas especies circulan traspasando los límites de aguas nacionales e internacionales.

De acuerdo a un estudio del Ministerio de Relaciones Exteriores, titulado “Mares de Chile: Visión 2040”, barcos chinos, españoles y rusos están al asecho frente a las costas de la Región.

“Chile cuenta con una importante cantidad de recursos transzonales, altamente migratorios o compartidos bilateralmente (abreviados como Tamco). En los dos primeros casos, los recursos se desplazan entre la ZEE (Zona Económica Exclusiva) y la alta mar, mientras que, en el tercero, se trata de migraciones más bien costeras, entre países ribereños. La protección de los recursos Tamco es importante para nuestra política exterior por varias razones”, explicaron los especialistas en el documento.

¿Y por qué son tan importante? “Por su alto valor de mercado, ya que entre estos se encuentran la albacora, el atún, los tiburones, la jibia, entre otros. Por los compromisos adquiridos por Chile a través de los diferentes Acuerdos y Tratados Internacionales. Y, por la constante presencia de un no despreciable número de flotas extranjeras pescando inmediatamente fuera de nuestra ZEE, afectando de manera directa a especies que circulan por nuestro mar, perjudicando tanto la pesca y exportación de nuestra propia industria, como el equilibrio ecosistémico de nuestro océano”, precisaron.

Bío Bío: punto crítico

Según este trabajo, China encabeza la lista de cinco países con mayores flotas de pesca en alta mar, seguido de Taiwán. “La mayor parte de esta pesca es subsidiada por los respectivos Estados”, precisaron.

Respecto a esto, Chile es uno de los países más afectados por estas flotas, precisamente en la milla 201 desde sus costas.

“Los efectos de aquello son desequilibrios ecosistémicos y merma a la industria nacional. El 80% de los barcos que pescan en la frontera de Chile son de bandera china, 10% española, 4% japonés y el restante 6% de otras nacionalidades”, indicaron.

Si bien las flotas extranjeras se distribuyen por la frontera marítima, existen ciertos focos relevantes.

“Los puntos más críticos se encuentran en la zona de la frontera norte, debido a los traspasos de embarcaciones provenientes de Perú; la cuarta y quinta región, con presencia de la flotas china y coreana; las regiones del Bío Bío y Araucanía por causa de las flotas chinas, rusas y españolas. Por último, la región con mayor riesgo de nuestro país es Magallanes, ya que se agrega a sus costas continentales al territorio chileno antártico, donde la pesca del Krill, Bacalao y Drago Rayado es extensiva y los números de capturas, citaciones e incautaciones de la Tercera Zona Naval así lo demuestran”, revelaron.

Desafíos

La documentación detalló que “la mayor demanda alimenticia de países en la región asiática, la pesca en el alta mar contiguo a Chile solo puede incrementarse en el tiempo, poniendo aún mayores presiones sobre los ecosistemas dependientes y contiguos del mar chileno. Es esperable que estas se traduzcan en las instancias multilaterales que regulan la pesca en el Pacífico Sur y Antártica, muestra de aquello ha sido la creciente falta de cooperación que países como China han demostrado en el Sistema del Tratado Antártico, oponiéndose sistemáticamente a la creación de áreas marinas protegidas en el continente blanco, en tanto que la pesca en la zona aumenta”.

Por otro lado indicaron que “si bien la Armada de Chile, tiene despliegues periódicos de patrullajes e inspecciones, será necesario la clara mejora de las herramientas tanto en capacitación humana como tecnología de que le permitan contribuir a la gobernanza de especies Tamco y a cumplir el espíritu del Acuerdo de Nueva York (especialmente sus artículos 5, 6 y 7), donde los Estados Ribereños se comprometen a adoptar medidas de conservación que tiendan a proteger los ecosistemas y cadenas tróficas de los recursos Tamco, al tiempo que actuar de manera precautoria adoptando medidas temporales de emergencia cuando la actividad pesquera plantee una serie de amenazas a la supervivencia de las poblaciones, tales medidas de emergencia se basarán en los datos científicos más fidedignos de los que se dispongan”.

Estudio

Los expertos de la Dirección de Planificación Estratégica del Ministerio del Exterior y la Universidad de Concepción trabajaron durante un año.

Fue el viernes 24 de enero cuando se dio a conocer en Santiago. Asistieron el canciller Teodoro Ribera, junto a la vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UdeC, dra. Andrea Rodríguez, el comandante en jefe de la Armada, almirante Julio Leiva.

Se destacó la creación de un Consejo de Mares y un Sistema Nacional de Monitoreo.

“La Cancillería está consciente del enorme patrimonio que significa el mar para Chile y de la influencia que juega además en la historia diaria. El clima que tenemos está influenciado por el mar, por la corriente de Humboldt; nuestras comunicaciones son esencialmente marítimas y las comunicaciones por cables también son marítimas. La gran pregunta para la Cancillería es: cuál será el futuro del mar de aquí a 2040”, dijo Ribera.

Entonces, se estructuró sobre la base de cuatro ejes: océano saludable, océano proveedor sustentable, océano seguro y océano gobernable. “Expertos de la UdeC aportaron información disponible, proyectando también las necesidades de datos científicos para cada área”, explicó la vicerrectora dra. Andrea Rodríguez.

Finalizó diciendo: “entre las conclusiones generales de este informe, nos parece destacable que se releve la importancia geopolítica de los océanos que, en el caso de nuestro país, más que triplican el territorio continental. También, se plantea la necesidad de abordar estos desafíos al más alto nivel político, además, integrando la nueva institucionalidad de ciencias, respecto a los mares. Nuestros investigadores trabajaron de forma desinteresada y muy comprometida institucionalmente, así es que estamos muy agradecidos”.

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