En su mayoría prevén que la complicada situación actual no tendrá mucha variación. Blindaje de tiendas es visto como “deprimente” por clientes que acusan tener miedo de hacer sus compras en el centro.
Las proyecciones de cerrajeros, taxistas, lustrabotas, kioskeras, locatarias y vendedoras del centro de Concepción para el comercio penquista en 2020 se inclinan más en la zona pesimista que optimista.
Se trata de la visión de personas que llevan más de 40 años de oficio interactuando con sus clientes en las llamadas zonas cero de los principales cuadrantes del comercio local.
Patricio Benz, cerrajero que se desempeña en un pequeño kiosco de nombre delta en calle Colo Colo, justo en uno de las zonas más álgidas en la ocurrencia de saqueos, prevé que “desde el 18- 0 las ventas han estado lentas y la gente se puso más austera, por lo que yo creo que esta situación seguirá así por algunos meses más, aunque tengo la esperanza en que esto pueda mejorar más adelante”.
Sergio Briones, presidente del sindicato de lustrabotas de Plaza Independencia, quien ha hecho brillar los zapatos por más de 45 lustros, aporta que “si los dramas sociales no son atendidos de aquí a marzo, las tiendas no retirarán sus blindajes de acero y las ventas seguirán en picada, sumando más cierres de locales y desempleo, donde sin vitrinas y sin negocios, me pregunto cómo nos vamos a abastecer”.
Arturo Iribarren, taxista hace más de 50 años que hoy se ubica en Caupolicán esquina O’Higgins estima que “no solo en Concepción, sino que en todo el país ha crecido el comercio ilegal y mientras eso no se regularice es difícil pronosticar una mejora para el sector del comercio”. Requerido acerca de los comentarios que recibe de la gente que traslada desde el centro de la ciudad, señala que “las principales quejas de mis clientes son respecto de la ausencia de semáforos, lo que repercute directamente en la mayor ocurrencia de accidentes”.
Visión de las mujeres
Rosa Arias, quien tiene su kiosco por más de 42 años en la esquina de calle A. Pinto con O’Higgins, dice que “la única manera de proyectar una mejoría de la negativa situación actual del comercio es que cesen los desórdenes, viendo la opinión general de la gente que atendemos acá, lo que más piden es orden, porque con eso el público comenzará a volver con normalidad”.
Por su parte, Carmen Merino, de la tienda Ángeles en la siniestrada galería Alessandri, espera que “la situación del comercio seguirá mala, ver el resguardo permanente de las vitrinas son para mí una señal poco auspiciosa respecto de lo que se viene para este año por lo tengo muy pocas expectativas de que este año pueda ser bueno”.
Gladys Sanhueza, vendedora de la Óptica Suiza en la galería del ex cine Romano, plantea que “hay mucho temor porque los comentarios de las personas son que la cosas se viene muy difícil, donde todo lo que ha pasado ha bajado considerablemente las ventas donde hoy día la presencia de público se ve mayoritariamente en la mañana para decaer en la tarde”. Otro factor relevante para la vendedora es la gran cantidad de locales cerrados en varias galerías del centro y lo “deprimente que es para el público venir”.