D. Concepción convocó más de 12 mil personas al Ester Roa, partió abajo, lo dio vuelta con doblete de su goleador y quedó con gusto a poco porque Antofagasta cerró con diez.
En las liguillas siempre hay que dar el primer golpe, aunque el gol de ventaja nunca es una diferencia definitiva. Como sea, D. Concepción hizo un buen partido, remontó la desventaja inicial con buen fútbol y solo quedó con un pequeño gusto a poco porque, Antofagasta con diez hombres, parecía presa perfecta para otro gol. Fue 2-1 ante 12.148 espectadores.
El local entró a atacar sin mucho estudio previo, buscando siempre a Ariel Cáceres y Josué Ovalle por las bandas, aunque con un adversario bien parado, que tomaba bien a los receptores.
Uno de los riesgos que toma Almendra es meter al medio mucha gente con vocación ofensiva, lo que a ratos deja espacios al medio y eso les pesó a los 25″. Una pelota por el centro obligó a salir a Kimura, que perdió al trancar contra Brian Hurtado. El atacante siguió su larga carrera, se metió al área y Sebastián Silva no fue capaz de correr a la misma velocidad. Lo bajó con el brazo, el árbitro cobró penal y Andrés Souper marcó con un colocado zurdazo arriba.
El “León” entendió que era un accidente y no renunció a su plan inicial, doblando por la banda derecha con Cáceres y Gillard. A los 33″ el argentino se encontró sorpresivamente solo por ese costado y sacó un centro preciso que Joaquín Larrivey mandó a la red con un cabezazo que solo te puede meter el “Bati”. Un tipo de otra serie.
Y para ratificarlo, a los 37″ el ex azul recibió una pelota saliendo de un lateral y aguantó hasta que Contreras lo bajó para gestar otra pena máxima. Larrivey se paró frente al balón y su frialdad es tal, que en Collao no hubo ni pizca de nervios. ¿Alguien pensó que lo fallaba? El trasandino de 41 años llegó a 15 goles en esta campaña.
Se esperaba una reacción puma, pero Brayams Viveros cometió dos faltas tan violentas como innecesarias, se fue expulsado a los 55″ y Marcoleta apostó a cerrarse bien atrás para dejar la llave abierta y meter al veloz Bández arriba a ver si le llegaba alguna para correr.
Ovalle encaró y cedió a Larrivey que no abrió bien el pie en su arremetida, luego el argentino ganó un cabezazo al primer palo que pasó cerca. No era un vendaval, pero parecía que podía caer una, como el casi autogol de Astorga que dio en el palo o el testazo apenas alto de Espínola. El “León” buscó siempre.
Del otro lado solo la amenazante entrada de Bández, que terminó con “Nico” Araya saliendo lejos de su arco para sacarle la pelota con quirúrgica barrida.
Lo dijo Larrivey después del partido: “Fuimos siempre protagonistas, pero quizás nos quedó esa sensación de que podíamos ganarlo por un gol más”. El primer combo fue lila, ahora habrá que salir de pie el domingo desde el norte, bajo el calor del mediodía.