Una tensa jornada inaugural en Concepción dejó al piloto francés al frente de la competencia por apenas segundos mientras los favoritos esperan. Rovanperä sufrió un golpe y la pelea por el campeonato se comprime.
Tras la impecable largada protocolar del jueves por la noche en la Plaza de la Independencia de Concepción, este viernes se encendieron los motores de verdad en el WRC Rally Chile Biobío 2025. La undécima fecha del campeonato mundial abrió la primera parte de los 306,76 kilómetros distribuidos hasta el domingo, con seis especiales que pusieron a prueba la pericia técnica de los pilotos y su resistencia mental para lidiar con caminos que ya se han ganado fama internacional por su dureza.
La expectativa era máxima. Elfyn Evans (Toyota), líder de la temporada con 198 puntos, llegaba al Biobío con la presión de mantener la cima frente a Kalle Rovanperä (191) y Sébastien Ogier (189). Tres gigantes del volante, separados apenas por un puñado de unidades, que ven en Chile un punto de quiebre rumbo a la definición de la temporada. El atractivo estaba servido: bosques densos, laderas escarpadas y la posibilidad de que un error mínimo cambiara radicalmente el destino de la clasificación.
El arranque de la mañana tuvo a Rovanperä como gran protagonista. El bicampeón finlandés voló en la SS1 Pulpería 1 (19,72 km) con un crono de 10:00.4 que lo dejó al frente, seguido por Evans (10:04.3) y Tänak (10:05.1). El público nacional celebró también el rendimiento del chileno Alberto Heller, quien con 10:36.1 se ubicó en el top 10, superando al debutante irlandés Josh McErlean.
El impulso de Rovanperä se mantuvo en la SS2 Rere (13,34 km), donde nuevamente marcó el mejor tiempo (6:45.1), ampliando diferencias y confirmando que su Toyota GR Yaris Rally1 estaba en condiciones de pelear por todo.
Pero el rally tiene sus propias reglas y en la tercera especial, San Rosendo 1 (23,32 km), el finlandés pagó caro un exceso de confianza: perdió el control en una curva, dañó el neumático trasero izquierdo y cayó de la cima al noveno puesto tras ceder más de un minuto.
Ese incidente cambió el guion de la mañana. Evans aprovechó con temple británico, dominó el tramo con 12:13.7 y cerró la primera mitad del día en la punta, apenas 0,5 segundos por delante de Tänak. “No estuvo tan mal. Tuve una carrera bastante limpia y ordenada”, reconoció el galés. “Es difícil saber si tuve suficiente ventaja para empujar, pero con todo el peralte y todo lo demás, es complicado estar limpio sin tener algunos problemas”, añadió.
El estonio, bicampeón en Chile (2019 y 2023), mostró oficio. Ajustó el i20 N Rally1 de Hyundai con paciencia y terminó segundo en cada especial matinal, quedando al acecho de Evans. “Me sentí un poco más cómodo que en la anterior, pero obviamente es complicado”, analizó tras San Rosendo. “Hay zonas que se están limpiando, pero también otras muy blandas en las que el coche se hunde”, sostuvo.
Con un andar constante y menos estridencia que sus rivales, Tänak preparaba el terreno para la tarde, cuando la competencia volvería a mostrar su rostro más imprevisible.
La cuarta especial, Pulpería 2, sorprendió con el triunfo del joven finlandés Sami Pajari (Toyota) con 9:46.1. Thierry Neuville (Hyundai) y Adrien Fourmaux (Hyundai) lo escoltaron, mientras Tänak seguía al acecho.
Pero el momento decisivo llegó en la SS5 Rere 2 (13,34 km), donde Tänak se impuso con 6:35.4 y escaló al liderato general con 45:29.5.
La ilusión del estonio, sin embargo, se desplomó en la última prueba del día. En San Rosendo 2, Ott quedó detenido en el enlace por problemas mecánicos y no pudo registrar tiempo. Allí emergió la experiencia de Sébastien Ogier, quien con 12:02.8 se quedó con el tramo y cerró la jornada en el podio. “Estoy al límite. No puedo ir más rápido, así que necesitamos hacer algunos cambios en el coche”, había advertido el ocho veces campeón. Su análisis se tradujo en ajustes que lo mantuvieron con vida en la pelea grande.
La general, al término de la sexta especial, quedó en manos de Adrien Fourmaux, con un acumulado de 57:48.5, seguido a solo un segundo por Neuville y a 1,3 por Ogier. El margen era mínimo, la tensión máxima.
La jornada dejó testimonios valiosos que grafican el nivel de exigencia en los caminos de la Región del Biobío. Tänak describió la superficie como “inestable”, Evans habló de la necesidad de mantenerse “ordenado” y Ogier reconoció que estaba corriendo “al límite”. Todos coincidieron en un aspecto: Chile se ha consolidado como un rally de pilotos, donde el que logra adaptarse a las condiciones extremas tiene premio.
El público local aportó la nota pintoresca. El debutante McErlean sufrió un trompo en la SS1 y perdió el parachoques de su Ford, que fue recogido como trofeo por los fanáticos apostados en el tramo, postal que ratifica la pasión del Biobío por el WRC.
Alberto Heller, único chileno en la categoría mayor, cerró décimo en la general. Con tiempos estables, superó al propio McErlean y se mantuvo en la pelea por sumar kilómetros de experiencia entre los mejores.
El sábado promete emociones fuertes. Seis nuevas especiales pondrán a prueba a las tripulaciones en Pelún (15,65 km), Lota (25,64 km) y María Las Cruces (28,31 km). Tres pasadas exigentes, con doble recorrido, que podrían terminar de perfilar a los candidatos al título o abrir todavía más la disputa.
Por ahora, el Rally Chile Biobío 2025 está dejado como única certeza que la lucha por la corona mundial está más abierta que nunca. Evans, Rovanperä, Tänak, Ogier, Neuville y ahora también Fourmaux, todos en un puñado de segundos, convierten cada tramo en una verdadera batalla de precisión.