
Con jugadores repartidos por Chile y un proyecto nacido de la pasión, Vieja Escuela alista su primer Mundial de Maxibásquetbol. En Suiza, frente a gigantes como Brasil y Angola, buscará poner en alto el nombre de Chile.
Comenzó la cuenta regresiva. Quedan menos de 20 días para que el equipo chileno Vieja Escuela debute en el 17° Mundial de Maxibásquetbol, a disputarse en Ticino, la “Suiza italiana”. Con más de 6 mil jugadores provenientes de 40 países, el evento es considerado el más importante a nivel global en su categoría, y el conjunto regional será el exclusivo representante chileno en la categoría +35 años.
No son novatos en el juego, pero sí debutantes en la cita más grande del mundo en su categoría. “Este equipo tiene algo especial. Es como una selección nacional”, dice Rodolfo Cáceres, su entrenador.
El grupo está compuesto por jugadores experimentados de distintas regiones del país: desde Valdivia llega Mauricio König, una de las piezas clave del plantel. Desde Santiago, talentos como Cristián Díaz y Sacha Frings se suman al esfuerzo. En Concepción, la base local la encabezan Francisco Garrido, Diego Castillo y el siempre presente Rodolfo “Lopi” Cáceres, su capitán. No hay nombres al azar: todos han sido referentes del básquetbol chileno en su momento, y hoy vuelven a defender una camiseta que se abre paso con fuerza en la especialidad.
El torneo se jugará en la región de Ticino, también conocida como la “Suiza italiana”. Allí, entre los paisajes alpinos y el rigor de la competencia, Vieja Escuela enfrentará a un grupo complejo: un equipo representativo de Brasil —potencia histórica del básquetbol—, el siempre físico y atlético Angola y el Brasil 30, elenco invitado. No son rivales fáciles. Son verdaderas selecciones senior con currículum y títulos en sus mochilas.
“Es un grupo durísimo. No conocemos todos los nombres, pero Brasil y Angola siempre son equipos de alto vuelo. Brasil siempre es una potencia; sin duda van a ser físicamente superiores, al igual que el equipo de Angola. Es de esperar que sea un equipo muy atlético”, reflexiona Mauricio König.
Vieja Escuela nació hace seis años, y luego de su salida del CDA, el histórico entrenador Rodolfo Cáceres se unió al proyecto. Desde entonces, han construido una identidad basada en el trabajo en equipo y la disciplina. “Hemos estado varias veces en el podio nacional, y fuimos terceros en el Panamericano de Paraná. Esto ha sido muy positivo para nosotros y para el maxibásquetbol chileno”, comenta el DT.
El Mundial reunirá a más de 6.000 jugadores de más de 40 países. Para muchos, este tipo de torneos es una segunda oportunidad.
“Ha sido una muy buena preparación; hemos tenido ya tres o cuatro concentraciones, una en Santiago y el resto en Concepción, y en cada una hemos sumado trabajo, química y estructura de juego tanto en ataque como en defensa. Además, se nota el compromiso de uno de nosotros con el equipo en cuanto a la preparación física de cara a este torneo; hemos construido algo muy lindo de cara al mundial”, expresa König, quien tiene claro el aporte que pretende ser para el grupo.
“Me he preparado a conciencia. Donde el profesor quiera que vaya, voy a ojos cerrados, siempre concentrado sobre todo en la parte defensiva, y en ofensiva lo que dé el juego de equipo”, añade.
Vieja Escuela jugará al menos cuatro partidos, con la opción de llegar a seis si avanza de ronda. Pero más allá del resultado, el objetivo es claro: dejar una huella. “Queremos darlo todo en la cancha, independiente del resultado, que ojalá sea bueno y con varios triunfos, pero dejar todo, volvernos con la satisfacción de que lo dimos todo por nuestro país”, cierra König.
Sentir al que adhiere el técnico Rodolfo Cáceres. “Estamos muy esperanzados, con muchas ganas de participar; con Vieja Escuela nos hemos hecho un nombre, ha sido un desafío muy positivo”, sentencia.
El Campeonato Mundial de Maxibásquetbol se disputará entre el 27 de junio y el 6 de julio. En unos días se conocerá el fixture definitivo.