
Deportes Concepción aún no puede ganar en su regreso a la Primera B y esta vez cayó en el último minuto ante un Recoleta que golpeó mucho y no le molestaba el empate.
En Segunda cometía menos errores y no se notaban tanto. En Primera B se pagan caro y a Deportes Concepción le está costando demasiado el cambio de serie. Recoleta, sin hacer demasiado, golpeando y haciendo mucho tiempo, lo ganó 1-0 en la última pelota detenida del partido. Los morados suman solo un punto de los primeros 9 en juego.
La primera media hora fue de nulas llegadas al arco rival. Suárez apostó con Sepúlveda y Manzo al medio, sin un contención neto. No generó tanto fútbol, pero tampoco fue sobrepasado por ese mediocampo de muy buen pie rival que comanda Arguinarena.
Era un partido muy opaco para ambos lados hasta que llegaron los remates al arco. Los morados amenazaron dos veces antes del descanso, con Valdivia rematando desviado tras entrar destapado en el segundo palo y una combinación entre el propio volante y Fabián Núñez, donde el “Zombie” casi acierta anticipando al primer palo.
Las tres primeras de Recoleta fueron por tres errores groseros del local. Parecido a lo que se vio ante Temuco, pese a que no era la misma defensa y esta vez Joaquín Muñoz estuvo correcto. Una falla de Carrasco dejó en posición de remate a Estigarribia (le salió al cuerpo), una de Sepúlveda derivó en un peligroso centro de Arguinarena que fue rechazado y una pelota que pierde Núñez por “hacer una de más” terminó en la contra rival y Lemmo metiendo un zurdazo desviado a espaldas de todos.
Las más de 8 mil personas comenzaban a preocuparse porque los problemas del equipo se repetían. Recoleta terminaría con 7 tarjetas amarillas y el portero Vargas simulando un calambre tras otro, pero entendían que en algún momento podían aprovechar las constantes regalías de la zaga morada.
Larrivey aguantaba y descargaba, con poca compañía, mientras Escobar aún intenta adaptarse a este esquema. El “Zombie” fue el más incisivo y faltando 15 minutos obligó a una buena tapada de Vargas. También lo tuvo Nelson Sepúlveda, que muestra destellos de su fútbol, pero a cuentagotas, con un cabezazo de pique al suelo desviado, donde se sorprendió al encontrarse tan solo.
Muñoz salió lesionado y dio paso a Nicolás Araya en el arco, quien marcó presencia tapando de gran manera una entrada de Lemmo después de una contra de Espinoza. ¿Cómo nació todo? Sí, por otra pelota perdida en la salida que conecta el fondo con la zona media.
Cuando los errores se suman, la confianza va cayendo y se nota. En eso, una falta servida por Espinoza en el último minuto encuentra el testazo de Federico Martin para dejar sin respuesta a Araya. No se jugó bien, pero hasta Recoleta ya firmaba el punto. Por eso fue golpe al mentón del equipo y de la hinchada. Hay que sumar luego y viene dos salidas: a Santa Cruz y Curicó. La calma, de a poco se va transformando en urgencia.