La pequeña deportista viene llegando de un torneo en Brasil, donde fue distinguida con el premio “Fair Play”. Dueña de un vistoso talento, se proyecta con fuerza en el circuito chileno.
Biobío siempre se ha caracterizado por ser cuna de grandes ajedrecistas, varios de los cuales han llegado al campeonato nacional absoluto. Ejemplos sobran: Mariano Castillo, Otto Yunge, Eduardo Rojas, Luis Valenzuela y Pablo Salinas, son algunos de los baluartes emergidos de la Región.
Últimamente se han destacado varias mujeres en el deporte ciencia regional, como Lesly Fuentes, que sucedió a Nicole Miranda como la más destacada de esta parte del país. Mientras que, de las nuevas generaciones, la atención se centra en Valentina González, Pía Mundaca y una pequeña que está dando qué hablar: Antonia Saa.
La “Toñita” viene desarrollando interesantes actuaciones, titulándose campeona nacional Sub 8 hace un par de años, rendimiento que mantuvo para instalarse entre las mejores de su categoría, ahora con 11 años.
Pese a su corta carrera, la alumna de Casa Bicul ha participado tanto en torneos nacionales como internacionales, y con muy buenos resultados.
Para el árbitro Fide, Daniel González, se trata de un talento con un futuro que promete. “Es una niña muy especial, que no tiene más ránking porque le gusta jugar con personas adultas y mucho más fuertes que ella. Eso significa tener derrotas, pero suma experiencia, perdiendo el temor a jugadores de mayor nivel. Entre los de su edad, está dentro de las mejores de Chile, siempre candidata a ganar”, dice.
Sin ir más lejos, en el último Sudamericano Escolar realizado en Florianópolis, Brasil, fue galardonada con el premio especial por fair play, que es entregado por la federación internacional a jugadores que se destacan por su compañerismo. Esto, luego que teniendo peón de ventaja y posición ganadora, su rival se enfermara y ella espera 30 minutos para su recuperación, sin descontarle tiempo a su reloj. Cuando se presentó a jugar, y al verla aun descompuesta, le ofreció tablas (empate).
Su madre, Lorena Manríquez, se muestra contenta con el acontecer de su Antonia. “Es un orgullo que mi hija pueda desempeñarse en un deporte tan hermoso como el ajedrez, donde no solo se aprenden habilidades deportivas, sino también valores para la vida. Gracias al ajedrez, Antonia ha logrado mayor capacidad de análisis, toma de decisiones y ampliado su capacidad de adaptación, aprendiendo sobre la empatía y el trabajo personal. Ha podido viajar dentro y fuera del país, lo que son experiencias maravillosas que recordará siempre”, sentencia.
Antonia Saa es una de las participantes de las clases avanzadas de la Fundación Sembrando Futuro, que destaca por preparar a niños, en este caso, para la alta competencia.