Jugando a gran nivel, el Campanil no pudo y perdió la final de la Liga A1 ante un rival que se impuso por 3-0 en ambos duelos.
Era compleja la tarea, pero si hay un equipo que supo levantar alto la cabeza y no bajar los brazos en la Liga A1 fue Universidad de Concepción. Ayer, la semana pasada y seguramente en lo que vendrá.
El equipo que dirige Juan Ignacio Armoa, que se instaló en la serie decisiva tras eliminar de manera épica a Linares en las semifinales, viajó hasta la capital para medirse ante el poderoso Murano. Jugaron sábado y domingo, con derrota 3-0 para los locales por parciales de 25-18, 25-15 y 25-20 en el primer turno. Había que ir por una hazaña de enormes proporciones para que el sueño del título se mantuviese vivo y si el Campanil ya había dado vuelta una serie increíble en la fase anterior, ¿por qué no ilusionarse? UdeC había caído ante Linares, que con dos sets a favor en el segundo duelo tuvo dos puntos de partido a favor … y los dejó ir. Quedaba una batalla y los penquistas no estaban dispuestos a rendirse.
Murano era el gran favorito para quedarse con el título y en UdeC lo tenían claro. El entrenador Armoa declaraba en la previa que “hay que asumir riesgos, ir a buscarlo con convicción. No hay que inventar nada nuevo … la clave del partido será agarrar a los centrales”.
De altísimo vuelo y muy parejo fue el primer set, con una UdeC que se supo adaptar y acomodar a los sólidos saques de Murano. Fueron punto a punto, con un Campanil sólido y firme, pasando adelante en el marcador por varios pasajes. Los locales tuvieron dos puntos de set, pero UdeC se los sacó de encima y tuvo una chance para llevarse la primera manga … pero falló. No lo hizo Murano cuando dispuso otra vez de una oportunidad, cerrando así el primer set 28-26. Un durísimo revés, considerando que ni jugando a gran nivel, les alcanzó para ganar.
El segundo set era una enorme prueba para UdeC, tomando en cuenta lo anterior. Murano pasó adelante en base a una defensa muy sólida, bloques contundentes y más soltura. Albornoz y Poglajen fueron de puntos altísimos en el equipo de Vermehren, que no lo pasó tan mal como en el primer parcial y pese a una arremetida auricielo en el final del parcial, siempre tuvo a su favor el marcador. Murano contó con tres puntos de set a favor que no logró capitalizar, hasta su cuarta chance. En 26 minutos, seis menos que una intensa primera manga, la victoria era 2-0 para los locales. Todo muy cuesta arriba.
A esa altura, amarga la opción al título de Murano era una proeza. Pero U. de Concepción nunca dejó de luchar. El tercer set partió con un trámite similar al primero: punto a punto y con pronóstico reservado, pero fue cosa de minutos para que Murano se hiciera fuerte justo en los momentos claves y comenzara a sacar ventaja. Leve, pero ventaja al fin y al cabo, que se cerró 25-20.
Meritorio trabajo de Universidad de Concepción, sus jugadores que se lanzaron al piso luchando cada balón como el último y el DT Armoa que hasta la última pelota les pidió luchar. Cayeron con la frente en alto.