Apenas 19 años tenía Arley Méndez cuando se colgó la medalla de plata en el Campeonato Mundial Juvenil de Halterofilia de Lima 2013. Sus 191 kilos en el Envión, no solo le permitieron subir al podio, sino que lo elevaron a la categoría de gran promesa cubana de las pesas, en un país donde hay que ser verdaderamente bueno para sobresalir.
Casi una década después, mucha agua bajo el puente ha pasado para el deportista, partiendo por el hecho que ya no defiende la bandera de la isla caribeña, que cambió por la estrella solitaria cuando recibió la nacionalidad por gracia en 2017. Cortesía que el deportista agradeció ese mismo año con tres medallas de oro en el Mundial de Halterofilia de Anaheim, California, sumado a varios otros logros como los títulos panamericanos de República Dominicana y Guatemala, en 2018 y 2019.
Rendimiento que lo hizo depositario de la esperanza de todo un país en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, justo la instancia donde vino su debacle. Primero, porque estuvo a punto de no ir debido a una suspensión por consumo de marihuana y, segundo, porque en la competencia misma tuvo una discretísima actuación, lejos de sus mejores marcas siendo eliminado tempranamente.
Tras aquello anunció retiro, desapareció del ámbito competitivo, y se dedicó a hacer clases de crossfit en diversos gimnasios de Santiago. El país deportivo había perdido un diamante.
Pero las segundas oportunidades existen tanto en la vida como en el deporte, y bien lo sabe Arley Méndez. A fines de 2022, y a instancias de un amigo, se decidió a volver con miras a un único objetivo: tener su revancha olímpica. Y para ello, cambió de casa ya que a partir de este año, competirá bajo el alero de la Asociación de Levantamiento de Pesas de Cañete.
“Me convenció porque prestan mucha ayuda a los deportistas, desde lo más básico como hacerse cargo de la inscripción en campeonatos, o de las cuentas Adams, que se usan en el tema antidoping. Y también mucha ayuda en el sistema de entrenamiento. Eso permite relajarnos y dedicarnos 100 por ciento al deporte, y nos quita un cansancio extra. En Cañete se les ve trabajando súper bien, por eso me interesó mucho, y me recibieron con los brazos abiertos”, sostiene Méndez sobre su arribo a la zona.
El deportista asume su baja de rendimiento de los últimos años, pero se muestra esperanzado en retomar un nivel que lo encamine a París 2024. “Hubo muchas lesiones y malas decisiones, competencias donde no debí participar y lo hice igual porque pensaba en la clasificación olímpica. No prioricé mi salud, por ese deseo tan grande de estar en unos Juegos. Pero ya estoy bien, y mi presente es hacer lo mejor posible, si puedo obtener un podio bienvenido sea, para eso estoy trabajando”, apunta.
“La lucha está difícil, hay muchos talentos que están saliendo en mi categoría y que están muy fuerte, esa es una realidad. Aun así soy número 1 de Chile en los 89 kilos, y aunque el camino a París está muy complicado, sigo trabajando junto a la federación para poder clasificar, entrenando duro para poder conseguirlo”, complementa el pesista, que tendrá su primera prueba de fuego en el Preolímpico de Caracas, que se realizará del 23 al 29 de febrero.
Tras aquello, pretende hacer su primer viaje al Biobío. “Espero estar bien físicamente, no tener lesiones en estos días para llegar bien a ese primer panamericano. Y después quiero visitar Cañete, considero muy importante tener ese contacto con la comunidad, es algo que tengo muy presente, exponer mi deporte a los niños, a los más jóvenes, poder hacer clínicas. Quiero mostrarles que estoy muy motivado de representar a esta Región, a Cañete, y que daré lo mejor para dejarlos lo más alto posible”, sentencia.