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Cipriano Núñez: “Si están las condiciones, tenemos todas las ganas de ir por el tetracampeonato”

Como uno de los artífices del tricampeonato, el histórico DT auricielo analizó en profundidad el logro que ubicó al Campanil en la elite del cesto chileno. De los momentos de duda al emocionado festejo final y, por supuesto, de las nuevas metas.

Por: Samuel Esparza 24 de Julio 2023
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Si hay una imagen que puede resumir la magnitud del logro conseguido por la Universidad de Concepción, con su tricampeonato en la LNB, es la de Cipriano Núñez bañado en lágrimas tras la chicharra final, en el quinto y definitivo duelo de la serie ante Colegio Los Leones.

Hombre fuerte, de carácter, y acostumbrado a las grandes instancias, el entrenador auricielo sintió de manera especial este nuevo éxito. Se vio en su festejo, que emocionó a muchos, y en donde condensó casi una vida entregada al básquetbol, con más derrotas que triunfos -como siempre dice- pero que hoy lo tiene pleno y en paz.

Con esa perspectiva, el ‘gigante feliz’ hizo su balance de lo que significa este campeonato, no solo en lo deportivo, sino que también en lo ‘personal, esa parte que nadie ve y que mostró por unos segundos en esa noche mágica de invierno.

Con la perspectiva del tiempo ¿Qué valor da a este título?

-Nos tocó una tremenda temporada, que involucraba Supercopa, Copa Chile, LNB y Champions en la que, de vuelta del torneo internacional, nos enfrentó a un calendario aterrador de partidos. Pero supimos sobre llevarlo, la BCL vino bien para darnos la fuerza mental de competir a lo largo de la temporada, haciendo un cierre fantástico. Y eso fue posible porque con el plantel logramos una maduración en el juego, en lo emocional y lo colectivo, con una química de juego que habla muy bien de lo que somos. Y con un gran trabajo detrás, tanto de dirigencia como del cuerpo técnico, respecto de este último una gran labor en lo físico, técnico y táctico, soportando muchas lesiones. Eso provocó harta rotación, donde jugadores que vieron pocos minutos se transformaron en piezas claves.

¿Y en lo personal?

– Conseguir este hito dentro de la liga, en mi segunda etapa en el club, es maravilloso. Estuvimos en todas las finales, ganando la mayoría, incluida la Supercopa, Liga Nacional y Copa Chile. Es la coronación de un proceso exitoso, que se da poco en el deporte porque muchas veces los procesos se truncan. En nuestro caso nos dejaron trabajar tranquilos, pudimos recomponer siempre el plantel y tener una compenetración absoluta con los chicos. Estoy feliz, disfrutando tranquilamente, con una madurez distinta y ya vislumbrando lo que viene.

¿Qué entregó en su regreso a un club que venía carente de resultados?

– Cuando volví, empecé a trabajar distinto a como venía el club. Rebajamos la plantilla en un monto importante, se fueron varios jugadores que significaban un presupuesto alto. Quedamos con un plantel para jugar una Libcentro, recuerdo con Diego Silva, Carlos Milano, Carlos Lauler y algunos jóvenes. Lo retocamos con algunos jugadores que trajimos, pero rearmando con un presupuesto menor, nos fue bien y empezamos a crecer. Después vino la Champions y competir internacionalmente significa otro costo, pero que es un a inversión en imagen, un ítem muy relevante para la UdeC, con un retorno y reconocimiento a la campaña. Porque no se traduce solo en ganar un tricampeonato de básquetbol, hablamos de una institución que ha hecho un proceso serio, planificado, bien apoyado, tampoco despilfarrando, siendo competitivos con lo que se maneja normalmente en la liga.

¿Pero usted puso algo más?

-Lo que pasa es que yo conozco de la UdeC, sé cómo es. Me trajeron decanos, vicedecanos de la universidad, entonces uno conoce muy bien el espíritu de lo que siempre han querido construir. Eso hace que te identifiques con ellos y sea más fácil trabajar, conozco al estudiante, al profesor, a las autoridades, y sé cómo piensan, así es que puedo trabajar en torno a eso. Yo le hago sentir permanentemente al plantel quiénes somos y a quiénes nos debemos, el jugador se involucra y va entendiendo que este no es cualquier club. Y aquello ha significado un tremendo retorno del público, hoy nos vienen a ver no solo de Concepción, llegan familias de Chillán, Los Ángeles, Angol, Cañete, Lebu, y tenemos detrás una comunidad universitaria que nos escribe de todas partes del mundo y nos sigue; no solo nos debemos a la universidad, ya somos un producto de la ciudad y de la Región.

¿En algún momento del año pensó que no lograba el objetivo?

– Más menos un mes y medio antes de acabar la liga, escribí a los directivos manifestando mi aprehensión de poder conseguir los resultados, y me respondieron con deseos de que de que tuviéramos el espíritu y la fuerza de seguir luchando. Yo lo vi mucho con el tema de lesiones, estuvimos realmente tocados, tuvimos entrenamientos donde había cinco o seis jugadores tocados, en algún momento tuvimos hasta siete en esa condición. Hubo un desgaste enorme con tanto viaje, varias lesiones fueron producto de ese estrés. Cuando acabamos la BCL nos pusieron 12 partidos en 19 días, con viajes involucrados, entonces ahí dudé y pensé en tomar algunas decisiones. Pero empezamos a recomponernos rotando mucho el plantel, sacamos fuerza y algunos jugadores hicieron un esfuerzo extraordinario.

¿Cuál fue el momento más duro?

-En playoffs, sabía que podíamos pasar a Castro siendo tácticos, y eso hicimos, no nos involucramos tanto en hacerle pesar nuestros nombres, nos centramos más en la táctica. Lo más duro venía después, porque con Las Ánimas había que brillar con algunas figuras que estaban tocadas físicamente. Y ahí sabía que se podía complicar, y se complicó un poco porque a diferencia de lo que piensa cierta gente, los jugadores no son robots sino humanos que sufren, que juegan con lesiones, que quieren dejarlo todo, pero a veces no pueden porque están tocados físicamente. Sanos no le temíamos a nadie, pero las lesiones fueron determinantes para que sufriéramos ante Las Ánimas, tuvimos que recomponernos y sacar una fortaleza especial.

Sueño de una noche de invierno

Sábado 15 de julio, se jugaba el último cuarto del quinto partido de la gran final entre la UdeC y Los Leones. Restaban 3 segundos para la chicharra y con el local arriba por dos puntos, el capitán visitante, Barham Amor intentó un triple que podía significar el triunfo para los felinos y jugar un sexto partido en Quilpué. En la Casa del Deporte los hinchas y la banca auricielo contuvieron la respiración, para luego dar paso al grito de celebración cuando caprichosamente la pelota se paseó por el aro, pero sin entrar.

¿Era un golpe muy duro extender la serie?

– Es un terreno de suposiciones. Pero en un momento el partido se nos empieza a complicar por causa nuestra, el rival subió su nivel, pero lo que me llamó la atención fue que en el último cuarto vino la ansiedad, fallamos tiros fáciles, perdimos balones y vimos cómo nos empezaron a descontar. Cuando jugadores que no habían fallado empiezan a errar tiros y pases fáciles, es complicado. Pero en esto hay que ser serenos, lo había pensado y lo hablamos con mi cuerpo técnico, les dije que nosotros jugamos muy bien de visita entonces, pasara lo que pasara, sabía que lo íbamos a cerrar, ya sea en 5 o en 7 partidos. Aunque sufrimos con esa última pelota, no lo niego.

Se le vio celebrar como nunca ¿Aparte de lo evidente, ¿Qué hizo tan especial este campeonato?

-Es que esto fue lo que nos propusimos, cuando terminó la temporada pasada y fuimos a la cena con el rector y las autoridades, ahí dijimos que dejaríamos todo por el tricampeonato. Fue desgastante porque siempre nos llamamos a este compromiso, eso se acumula y en el momento que lo consigues, te emocionas, porque es producto de toda una carrera. Uno tiene momentos de todo tipo cuando es entrenador, también tenemos soledad y tristeza, cuando se pierde el técnico lo vive de otra forma, a veces incluso no duermes y pasas la noche en vigilia. En ese momento también te emocionas porque te acuerdas de los días duros (su voz se quiebra), yo lo vivo así, tengo familia y personas que perdí, pero que siempre están ahí conmigo. Son muchas cosas que se vienen a la cabeza.

¿Gente muy especial?

-Por supuesto, en mi caso mis pares que no están conmigo (vuelve a quebrarse), mi hermano que me apoyó tanto y que me enseñó este deporte, mi entrenador José ‘Bambi’ Sánchez, técnico de la U. Técnica del Estado, que tampoco está y fue quien primero vio en mí lo que nadie más, la persona que me abrió todas las puertas. Y toda la familia, mi hermana que está delicada de salud, igual que una sobrina. Piensas en todos ellos, en los que ya no están y en los que sufren junto a ti.

Mirando el tetracampeonato

Cipriano Núñez dice que no concibe la vida sin competir, lo hace desde que era niño, primero en la natación, luego en el water polo y posteriormente, en el básquetbol, al que ha dedicado buena parte de su vida. Por eso, no rehúye a la pregunta de si tratarán de ir por el tetracampeonato en la LNB.

¿Qué tan posible es ir por un cuarto título, igualando a la UC?

– No he dejado de trabajar pensando en cómo vamos a continuar, buscando jugadores con proyección que quieran venir a estudiar. Son muchas las cosas que estoy viendo para quedar tranquilo y decir, “bueno, ahora tenemos armas como para ir por el tetra”, que sería ya algo demasiado grande. Quiero ver lo que tenemos y cómo estamos, si me preguntas, estaré con todas las pilas puestas para ir por un cuarto título, no nos faltan las ganas, ni mí ni a los chicos. La idea es que los jugadores estén sanos para darles motivación y las condiciones para luchar por algo importante de nuevo.

¿Y para eso es clave mantener el plantel? Ya se va Luzcando.

– No descarto a Luzcando. La mente es frágil, pero la mía no porque yo me baso en estadísticas y Eugenio es un jugador que nos dio mucho, cosas diferentes. Nos da una calidad que cuesta conseguir en muchas de las fases del juego, hay escasez de jugadores que pueden realizar lo que él hace, así es que si él puede retornar vamos a analizarlo. Y el resto del plantel, tratar de dejar a la mayoría posible, con eso tendríamos que tener para ir a competir. Comenzamos a diseñar lo que viene, ojalá sea un proceso corto y de aquí a algunos días, tener todo armado.

 

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