El Scratch dio una verdadera exhibición y ya en media hora ganaba 3-0 a Corea, mientras los croatas fueron más efectivos desde los 12 pasos ante Japón.
Cuatro torneos, incluido uno en su casa en 2014, han pasado desde que Brasil jugó su última final y levantó su quinta la Copa del Mundo. Ese 2002, con Rivaldo y Ronaldo como estrellas, el Scratch sumó una nueva corona. Mucho tiempo ha pasado y en Qatar quiere cortar esa racha. Y ayer dio una verdadera exhibición ante Corea, ganando por 4-0 y dejando en claro que es uno de los principales candidatos al título.
Ya en media hora, los dirigidos por Tite iban arriba por 3-0. Vinicius abrió la cuenta a los 7’, aprovechando un gran centro de Neymar, y el propio hombre del PSG puso el segundo desde el punto penal.
El Scratch no bajó el ritmo y Richarlison terminó una gran jugada colectiva a los 29’, con buena definición al costado del meta Kim. La “clínica” brasileña del primer tiempo se cerró con una volea de Paquetá, que empalmó de primera un buen centro de Vinicius.
El segundo tiempo, dado el marcador y la superioridad de Brasil, estuvo casi demás. El pentacampeón frenó su juego, empezó a hacer circular la pelota y también vinieron los cambios, cuidando nombres para el choque de cuartos de final ante Croacia. Y así llegó el descuento de los asiáticos, con un buen remate desde la entrada del área de Paik.
En el caso de Croacia, había avanzado a la ronda de los ocho mejores un poco antes pero en un trámite muy distinto. De hecho, comenzaron perdiendo ante Japón, que con remate de Maeda ponía justicia a un trámite dominado por los nipones, a los 43 minutos.
En el segundo tiempo lo empató Perisic con gran cabezazo, y de ahí a los 90’ la más clara fue un remate de Modric que tapó el meta Gonda. Poco pasó en el suplementario y en los penales el arquero croata Livakovic fue el héroe, al tapar tres lanzamientos y encaminar la clasificación de su equipo, que por segundo mundial seguido alcanza los cuartos de final.