El 2022 partió con un Huachipato descendido, que finalmente pudo mantener la categoría por un castigo a Melipilla por temas administrativos. Esa sanción le el acero disputó la liguilla de promoción, donde venció con polémica a Copiapó, y siguió en Primera División.
Esto puede tomarse como un augurio de lo que venía para el fútbol regional en la temporada que ya está en su recta final: tal como en 2021, la tónica fueron los malos rendimientos, descensos y también problemas fuera de la cancha.
Repasemos: Huachipato fue 12 entre 16 equipos en Primera -destacó en Copa Chile, donde alcanzó las semifinales-, Fernández Vial fue último en la Primera B y descendió a Segunda. Mientras, Deportes Concepción recién logró mantener la categoría en la última fecha, tras vencer 2-1 a Rodelindo Román para cerrar la campaña en un pálido décimo puesto de Segunda, mismo lugar que ocupó en las dos campañas previas en la serie.
En Tercera A, Lota Schwager fue último de su grupo y deberá jugar en Tercera B en 2023.
Lo único rescatable corre por cuenta de la UdeC, que tras una pésima previa rueda enmendó el rumbo con la llegada de Miguel Ramírez a la banca y le alcanzó para meterse a la liguilla de la Primera B, y también de Naval, que estuvo invicto por largas fechas en el Grupo Sur de la Tercera B y finalmente logró acceder al hexagonal final.
En esa instancia, pese a un mal comienzo, mantiene chances de ascender, aunque ya mire de lejos los dos primeros lugares que dan un cupo directo a Tercera A.
Una realidad que, sin dudas, dista de lo que sucedía hace no mucho tiempo, donde era frecuente que incluso que al menos un equipo participara de alguna copa internacional. ¿A qué se debe esta caída en los rendimientos? ¿Cómo se puede enmendar el rumbo de cara a la siguiente temporada?
Claudio Vargas fue presidente de Fernández Vial, y comentó que “acá hay dos casos emblemáticos, que son Concepción y Vial. El Conce tiene una historia negra en cuanto a su dirigencia, que es más menos reciente. La época de Jaque y Tallarico. Ellos dañaron mucho al club, generaron desconfianza alrededor. Tornería quiso hacer las cosas de otra forma y siento que han sido injusto con él, más allá de que tal vez se alargó mucho en el cargo. Meter al club de la nada a Segunda en dos años no es poco”.
En el caso específico del Almirante, aseguró que “en Vial siento que la nueva administración mostró inexperiencia en varias cosas. Se abrieron demasiado rápido a gastar muy fuerte en las ramas, más series del fútbol joven, y eso pudo haber sido de manera más paulatina. Pusieron todos los huevos en la misma canasta y el gasto es enorme, el hoyo que va quedando también. Kettlun y Sáez representan a quienes ponen la plata, pero las lucas no son de ellos y no le tomaron el peso. Nos creímos los bonitos del barrio y nunca lo fuimos. Se nos olvidó que venimos de abajo y la realidad nos golpeó de vuelta y con fuerza”.
En esa línea, añadió que “lo peor es que se les debe a los propios vialinos. A veces me llaman pensando que aún estoy en el club y es porque me dicen que los de ahora no contestan. Que a alguien le deben $8 millones en pensiones, que deben un año de arriendo en la sede. Pero esa gente que confió en ellos, gente de Vial. Andar escondiéndose por las deudas es una práctica que habíamos dejado y con esto retrocedimos 15 o 20 años. Cuando estuve en el club siempre le decía que podemos ser un club pobretón, pero que ese poco lo paga y da la cara. Hoy Vial solo tiene al día lo que te salva de pagar multa o resta de puntos, pero eso no significa estar al día”.
Vargas finalizó su análisis afirmando que “creo que tanto para Concepción como Vial lo primero es ser transparentes, volver a ganar confianzas. Decirle a la gente sin miedo: esto es lo que debemos. La transparencia es el principal patrimonio de una administración, porque si no no vienen jugadores ni inversionistas. Cuando los dirigentes son de afuera se asustan con mostrar esas cosas o que se vea que hay un desastre. Hay que explicarles algo: nosotros nacimos en el desastre y hemos salido de ahí dando la cara, la gente no se va a ir por una o dos crisis más, ya nos levantamos de cinco. No hay para qué decirle a los medios que todo está bien. En el fútbol todo se sabe”.
Jorge Torres, ex jugador y actual entrenador, señaló que “el fútbol cambió y ahora gira en torno a los intereses de los representantes. Hoy no se contrata por calidad sino por quién te representa y así se arman los planteles y cuerpos técnicos. En Huachipato, por ejemplo, Felicevich es amo y señor, lo mismo pasa en La Serena y en otros clubes se manejan a la pinta de otros representantes.
¿Qué buscan ellos? ¿Buscan lo mismo que el hincha? No, porque el fútbol se transformó en negocio. Si eres de Sergio Morales, por ejemplo, te vas dando vueltas entre Coquimbo, Audax Italiano y otros clubes, como el Coto Ribera, que también pasó por Concepción y luego vuelve a Audax. Los nombres son siempre los mismos”.
Además, indicó que “Naval es otro caso, estuve ahí cuando lo presidía Fernando Rojas, que nos mintió siempre y se llevaron toda la plata. Ahí deben tener ojo porque en las malas no está, pero si llegan a subir a otras divisiones volverá a aparecer, no suelta nada”.
Torres agregó que “es preocupante ver a Vial que empezó a lo grande y en apenas dos años ya tenía sin sueldos a la gente del Fútbol Joven. Concepción quiso armar un proyecto grande, pero el técnico se fue faltando dos fechas. Quizás hay buenas intenciones, pero para el jugador hoy se hace más atractivo llegar a otros clubes de Segunda, siendo que Concepción tiene muchísimo más historia (…) También hay un tema clave con los jugadores. Antes estábamos tres meses sin sueldos y aún así entrábamos a la cancha a mostrarnos, para que otro club nos viera y a salvar el equipo porque había un cariño por la camiseta. Ahora les pagan al día, pero les da lo mismo si les va bien o mal. Si saben que el representante igual los meterá seguro en otro lado. Estamos mal, pero yo creo que esto va para peor”.
Como jugador, Renato Ramos vistió las camisetas de la UdeC y Lota Schwager, y como técnico dirigió a Deportes Concepción.
“Todo tiene que ver con la inversión de cada club y cuál es su proyecto. Por ejemplo, uno puede preguntarse: ¿Huachipato invierte para ser campeón? ¿Para alcanzar una Copa? ¿Para vender? Porque si el objetivo es uno de los últimos, están cumpliendo lo que planificaron. Claramente, el hincha busca otra cosa.
También hay una búsqueda de que todo sea inmediato y el fútbol no es así. Parece que fuera subir o nada, ser campeón o nada. Cuando llegué a Concepción era una etapa de transición después de dos ascensos y el objetivo siempre fue mantener la categoría. Para pelear objetivos más grandes tienes que estar fuerte económicamente e invertir. Los jugadores de jerarquía cuestan más, en cualquier categoría”.
El “Tiburón” añadió que “de Segunda para abajo cuesta el doble porque no hay ingresos de dinero desde Santiago y para los auspiciadores o gente que quiere meter lucas es menos atractivo. Es difícil salir de ahí y hay que entender que es un camino largo, lo mismo tendrá que vivir Naval. Antes, económicamente, los clubes de la zona tenían un respaldo fuerte detrás. Naval a la Armada, Lota empresas del carbón, la UdeC apoyada por Lotería y Huachipato pertenecía a la CAP. Eso cambió. Las sociedades anónimas le han otorgado mayor estabilidad laboral a los futbolistas, pero son empresas y buscan lo que busca toda empresa. En la zona necesitan que llegue gente con capital y administrarlo con un buen proyecto, pasa en todos los equipos”.
Humberto Bustamante vistió las camisetas de UdeC, Fernández Vial, Iberia y Lota Schwager a nivel adulto, y también la de Huachipato en el fútbol joven. “Es lamentable que los equipos regionales hayan tenido malas rachas, y que incluso Vial y Lota perdieran la categoría. En lo personal, creo que quizás se confía mucho en gente joven, más allá de las configuraciones de algunas series, y falta más experiencia. A veces se hace pensando en abaratar costos y no pagar sueldos más altos. También pasa por los dirigentes, gerentes deportivos que deben tener más ojo para armar los equipos”.
Además, comentó que “en Segunda te limitan con la gente experimentada, y hay muchos jóvenes. Y si quienes son cupo se te lesionan o están mucho tiempo fuera eso pasa la cuenta. En esta categoría también pesa el tema económico, pues a la mayoría no le da para tener un plantel de 30 jugadores a gran nivel, puedes contar con 15 o 16 de mayor recorrido y el resto son jóvenes que pueden ser aporte y claves en campañas, pero existe un riesgo que puede pasar la cuenta”.
En la última década, varios equipos locales han sufrido castigos administrativos, lo que repercute en la configuración institucional y aspiraciones deportivas. En ese sentido, Bustamante afirmó que “es un tema evitable. Por algo en las estructuras de los clubes hay un orden administrativo, y que te castiguen, por ejemplo, por no pagar a tiempo o estar debiendo meses de sueldo, no debería ocurrir. Si se llegó a un acuerdo a inicio de año…Créeme que en Segunda y hasta en Primera B muchos sueldos no son exorbitantes, entonces si después no se le pueda pagar no se entiende. Que se pierdan puntos o se reciban castigos por cosas así es lamentable y no tendría que pasar. Y al final, los que más lo sufren son los hinchas”.