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Cuando el básquetbol celebra una fiesta, ella siempre pone la música

La histórica del Lord Cochrane será una de las invitadas de honor en el Nacional de Maxibásquetbol que parte este fin de semana y donde jugará con su hija.

Por: Samuel Esparza 28 de Octubre 2022
Fotografía: Cedida

Patricia Salinas recuerda como si fuera ayer el comienzo de su romance con el básquetbol, un idilio que no sabe de desgastes ni menos infidelidades. Más de 50 años de amor sincero, sin fecha de caducidad y en el que ha dado tanto como ha recibido. Amor del bueno.

Tenía nueve años cuando su profesora en la Escuela 3 República Argentina, Teresa Ravanal de Montoya, fundadora y presidenta del Lord Cochrane, la vio corriendo jugando con sus compañeras. Era la más pequeña, pero más veloz, así es que el apodo cayó de inmediato: ‘Ardillita’.

Tiempo después, llegó el profesor Willy Morales a armar un equipo de básquetbol y descubrió su talento innato. En un abrir y cerrar de ojos ya era una fija del equipo y a los tres meses jugaba en el Lord a instancias de la profesora Teresa.

“Mi papá era futbolista del Lord en la época del Regional, el ‘Huaso Salinas’, así es que caí parada. Aquí crecí y me formé como jugadora, y pasé todas las etapas de mi vida. Ni siquiera me detuve cuando tuve a mis hijos porque, a los días, ya estaba con el coche corriendo. Eran guaguas recién nacidas pero quedaba impecable después de los partos, así que volvía rápido”, rememora.

En la institución se formó bajo la mano de grandes entrenadores como el ‘Pocho’ Espinoza y el ‘Gato’ Román, quienes le enseñaron secretos técnicos y tácticos para convertirse en una destacada alera, con una de las carreras más extensas y galardonadas del medio chileno.

“Fui presidenta del Centenario, he tenido todas las satisfacciones y premios que puede otorgar el deporte, como jugadora y dirigente, incluso siendo varias veces ganadora del premio regional del IND. Soy una agradecida”, reconoce.

Un nivel que le dio la opción de participar en procesos de la selección chilena, como por ejemplo el que se realizó con miras al Panamericano de Santiago 1974, que finalmente no se realizó debido a la coyuntura política en Chile. “Tenía 16 años, fue una gran preparación de nuestro equipo. Había trabajos repartidos en cuatro zonas del país y estuvimos alrededor de dos años preparándonos”, detalla.

Otra época, misma pasión

Con el paso de los años, Paty Salinas ha ido variando su posición en la cancha, aunque con una pasión que se mantiene intacta.

“Siempre fui una alera rápida, con puntería, que marcaba muy bien, más que una goleadora neta. Pero ahora, la experiencia me mostró que debo ser conductora, porque paso bien la pelota y tengo ojo para meter un buen balón a mis compañeras. Hay responsabilidad pero no debo correr tanto, ahora hago correr a las aleras”, dice sobre su presente que se desarrolla en el maxibásquetbol o categoría senior, siempre con los colores de toda la vida.

“Hacía muchos años que me invitaron a participar. Pero yo mamá, dirigente y jugadora nunca tomé mucho asunto. Con el tiempo me uní y ha significado una gran experiencia. Fui parte del grupo que jugó el mundial de maxi en Italia, recorrimos Roma, Venecia, Florencia. Después fui a un sudamericano en Brasil y en 2019 estuvimos en Finlandia; maravilloso vivir tanto en el básquetbol”, destaca.

Esperada oportunidad

Por todo eso es que la penquista cuenta los días para el Campeonato Nacional de Maxibásquetbol ‘Víctor Allendes Videla’, que comenzará este fin de semana en Concepción con más de 1600 jugadores.

Salinas liderará el equipo de 60 años y más del Lord Cochrane, categoría que se avizora como una de las más reñidas en la serie femenina, pese a lo cual irán ir por el podio.

“Vienen tres equipos de Santiago, allá está la Paty Bermúdez y todas las seleccionadas chilenas, de 50 hacia arriba Santiago tiene mucha potencia. Nosotros estaremos peleando el tercer o cuarto lugar, si andamos bien podría ser el segundo”, sostiene la jugadora sobre su equipo que defiende el quinto puesto.

Pero su motivación es doble, ya que una de sus hijas, Bárbara, también disputará el torneo en la categoría 30 años. “Hermoso poder disfrutar esto. Y no seré la única ya que Gilda Pino, otra destacada jugadora y dirigente, también juega con su hija Estefanía que estará en el equipo de mi hija. A ambas yo las dirigí chiquititas y será maravilloso verlas jugar ahora”, enfatiza.

“Es una gran oportunidad tener en casa este evento tan importante, debemos aprovecharlo al máximo y ojalá sea una fiesta familiar. La invitación está hecha, la entrada será gratis, jugaremos en varios gimnasios y creo que será todo un éxito. Celebremos que se jugará en nuestra zona”, sentencia.

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