Técnico chorero explicó esta rueda sin triunfos, habló del próximo desafío en Villarrica y cómo ha debido manejar a este grupo de jóvenes que pasó de recibir solo flores a soportar por primera vez la crítica. Son tres finales, sin excusas.
El triunfo de Cabrero sobre Malleco mantuvo a Naval segundo del Grupo Sur a falta de tres fechas y dependiendo de sí mismo. “Siempre hemos creído que ganando lo que nos queda clasificaremos porque todos tienen que caer, esta zona del torneo es muy difícil. Pero es bueno salir solo a jugar, sin nada de calculadora”, comentó el técnico Alejandro Pérez. El domingo, a las 16 horas, visitarán a Pilmahue.
Y hay buenas noticias desde el cuerpo médico. “Recuperamos a Felipe Rivas, que estuvo muchas fechas fuera y ya desde ayer está haciendo los mismos trabajos que el resto del grupo. También tenemos bien a Sebastián Garretón, que es uno de nuestros jugadores de mayor experiencia”, apuntó el DT que semana a semana ha debido lidiar con constantes lesiones y suspensiones. Esta vez no contará en el medio con el suspendido Bryan Paredes.
Pérez advirtió que “hemos tenido muchas bajas en esta segunda rueda, incluyendo Covid, lesiones largas, nos anotamos muchos empates que no debieron ser y aún así llegamos segundos a esta definición. Debimos cerrar partidos como ante Santa Juana o Nacimiento y también reconozco que entre tanta rotación no logramos repetir el mismo buen rendimiento de las primeras jornadas”.
En la primera rueda el ancla ganó 2-1 a Pilmahue sufriendo, en los minutos de descuento, y por eso el estratega señaló que “es un equipo aguerrido, fuerte, que no te regala nada y que, igual que nosotros, se juega su propia final. Con los equipos que se retiraron, ellos estarían bajando y se juegan la vida, pero que estén novenos no significa que sean fáciles. Para nada. En este grupo ninguno es fácil y jugar en Villarrica tiene su grado de dificultad”.
Pilmahue en este momento es último con 11 puntos, aunque es el que menos jugó de ese grupo del fondo donde hay 5 equipos separados por 5 puntos y deben bajar dos. En su casa, Pilmahue solo perdió con Mulchén (0-1), pero le robó puntos a otros duros como Cabrero (1-1) y Malleco (2-0).
Durante la primera rueda todo era flores para Naval, pero la cosa cambió y no ha sido fácil manejarlo. Pérez apuntó que “es complicado ese tema porque hablamos de chicos muy jóvenes, muchos en su primera experiencia en un torneo así. Ellos escuchan, leen redes sociales y a muchos los destrozan. A mí también, pero converso con ellos. Cuando ganaban leían comentarios y estás en una nube, ahora es todo lo contrario. Tampoco puedes aislarte, siempre algún amigo o pariente te va a comentar lo que leyó. Es todo un tema”.
Y por eso lo ha tratado con especial cuidado. “El otro día se me acercó un jugador, estaba afectado, sentía que han sido duros con él. Trato de hablar día a día con ellos para que tengan la cabeza fría y confíen en lo buenos que son, que hagan lo que saben. Necesitamos esa confianza porque estamos convencidos de que volveremos al triunfo y el objetivo sigue ahí. Naval sigue estando para cosas grandes”.
¿Y qué le queda a los choreros? Este domingo visitará a Pilmahue, luego tendrá su último partido en El Morro con Tomé y cerrará en cancha de Mulchén.