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En las puertas para entrar a la historia grande de la UdeC

Por: Samuel Esparza 10 de Junio 2022
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Sólo un día resta para que la Universidad de Concepción y Colegio Los Leones se vuelvan a ver las caras en el marco de la finalísima de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB). Este sábado, la comuna de Quilpué recibirá el tercer encuentro de la serie definitoria que lidera

momentáneamente el quinteto auricielo, luego de ganar sus dos duelos como dueño de casa.
Dos partidos claves que pueden encaminar de manera determinante al Campanil rumbo a una nueva corona en la máxima categoría del cesto chileno, o bien pueden significar el comienzo de la remontada felina.

Sea cual sea la situación, hay alguien que seguramente vive de manera especial esta coyuntura decisiva. Uno que tiene vasta experiencia en estas lides, y que bien podría estar a las puertas de meterse en la historia grande de la institución universitaria penquista.
Cipriano Núñez, entrenador del Basket UdeC, se apresta a una nueva aventura en las máximas instancias del deporte nacional. Tan cerca, tan lejos de consumar el mayor hito de un club acostumbrado a los triunfos: su segundo bicampeonato.

Al servicio del equipo

A esta altura, Cipriano Núñez tiene sangre auricielo. Llegado desde el norte a la casa de estudios, debutó por ella en 1983 y se quedó hasta 1986. Tras un paréntesis, regresó entre 1991 y 1992 y luego entre 1994-95, cuando levantaría su primer título Dimayor en pleno periodo de oro para el club.

Al año siguiente, mediados de 1996, se estrenaría como técnico logrando llevar al equipo al bicampeonato en 1997-98 con un plantel donde resaltaban figuras de la talla de Patricio Briones, Roland Fritsch, Jorge Valencia y Marcelo Ruiz.

Hoy, con otros nombres pero pasión intacta, podrías consumar su segundo bicampeonato chileno, esta vez en la LNB.

“Mi relación con el básquetbol es día a día y lógicamente mientras estés a la cabeza de un proceso como éste, la ilusión es permanente, más en la situación en la que estamos. Pero yo lo enfoco de forma global, hago que toda esa experiencia vivida me sirva al momento de trabajar. Son muchas finales porque no hay que contar solo las ganadas sino que también las perdidas, que son las lecciones que más sirven para este trabajo”, manifestó.

Desde ese punto de vista, Núñez apunta a poner toda esa vivencia al servicio de sus jugadores. “Uno trata de contagiar al plantel sobre cómo se debe vivir una final, de cómo se debe enfocar, de que no todos los días son buenos, que algunas veces las cosas no resultan y hay que mirar al otro, compartir el balón y ser generosos físicamente, ir por todas. Cuando se juegan partidos tan importantes como estos, no hay mañana, solo el ahora”, cerró.

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