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Renata es capaz de levantar el mundo y seguir sonriendo

Renata Encina es figura en el parapowerlifting. La pequeña estudiante de la Escuela Darío Salas de San Pedro de la Paz, acaba de colgarse la medalla de plata juvenil en el campeonato nacional de la especialidad y con solo 13 años, se proyecta con fuerza en el circuito chileno.

Por: Samuel Esparza 16 de Mayo 2022
Fotografía: Foto Mindep Biobío

Fue la imagen más conmovedora del reciente Campeonato Nacional de Parapowerlifting, realizado en el Gimnasio Municipal de Concepción. Tras completar con éxito su tercer intento, la pequeña Renata Encina Gajardo se adueñaba de la medalla de plata en la división -67 kilos juvenil y lo celebraba yendo a abrazar a sus terapeutas, kinesiólogos y profesores, a esta altura, verdaderos amigos y fundamentales en su éxito.

Quien iba a decirlo hace poco más de un año cuando la alumna del Octavo B de la Escuela Darío Salas de San Pedro de la Paz, hacía sus primeras armas en el deporte de la fuerza. En ese entonces, con una barra de apenas ocho kilos, una minucia comparado a los 45 kilos que levantó para quedarse con el subtítulo chileno.

Su madre, Bernardita Gajardo, rememora los inicios de su retoña que, con tan solo 13 años, se proyecta en el circuito chileno de la especialidad.

“Ella nació con una Mielomeningocele que, en términos simples, significa que su columna no terminó de formarse totalmente. Eso nos obligó a que, después de su nacimiento, nos pasáramos directamente a la Teletón, que resultó fundamental porque tú llegas lleno de preguntas y ellos te acogen, te guían; te demuestran que todo es posible, que nada es tan terrible”, parte señalando.
Ese fue un comienzo también para el vínculo que ‘Rena’ tejería con el deporte. “Desde chica que ella fue activa, siempre tratamos de guiarla por ese camino. Tenía meses y ya hacía abdominales, a los 8 meses hacía flexiones de brazo. Empezamos a hacer peso con un palito de escoba y unas botellas con arena, todo muy artesanal. Ella me veía practicar, entonces también quería intentarlo, y así partió todo”, detalla.

‘Rena’ va en serio

Con seis años, pasó a manos del entonces kinesiólogo de la Teletón, Oscar Carrasco, una de las personas claves en su desarrollo. A la par, su terapeuta Viviano Cid y el profesor de Educación Física de la fundación, Rodrigo Ponce, también hacían su parte para integrarla al mundo del parapowerlifting, uno de los deportes paralímpicos más emocionantes y que consiste en levantamiento de potencia adaptado utilizando solo el tren superior.

A esa altura, era conocido por todos el entusiasmo de Renata y sus ganas de aprender, de atrapar el sol con las manos. Y ahí fue cuando el trío de profesionales, llegó a un consenso que resultaría decisivo: ‘Rena’ probaría entrenar con el reconocido técnico y fundador del Club Parapowerlifting Biobío, Juan Carlos Parra.

Una labor que inició en enero de 2021, y cuya increíble evolución relata la propia madre de Renata. “Fue a través de su kinesiólogo que llegamos donde el profesor Parra, que primero le hacía clases online. A él no lo conocimos sino hasta junio o julio del año pasado, sin embargo, a la distancia vio la capacidad de la Renata. Así es que primero nos trajo una banca y una mesa que tenemos en el living, además de una barra con disco. Yo ya tenía unas pesas chicas y con eso empezamos, probando de a poco. No imaginamos que ella avanzaría tan rápido”, dice.

A mayor abundamiento, los números hablan por sí solos. “Empezó levantando la barra de niños, que pesa ocho kilos. Después el ‘profe’ fue añadiendo los discos de 2,5 kilos por lado y posteriormente de cinco kilos. Casi sin darnos cuenta, en diciembre ya estaba con la barra profesional que pesa 20 kilos sola. Influyó mucho la responsabilidad de la ‘Rena’, que no se perdía ninguna clase, estábamos religiosamente de lunes a viernes”, explica.

Esfuerzo que se vio recompensado en grande en el último torneo nacional, donde Renata se lució con levantamientos de 35, 40 y 45 kilos para ser la segunda mejor de Chile en su categoría y proyectarse con fuerza de cara a los próximos ParaPanamericanos juveniles. Orgullo para sus padres, su club, para su equipo de rehabilitación, y también para sus compañeros de la escuela Darío Salas, que hace rato vibran con sus logros.

“Cada vez que la Renata llegó al salón de clase con alguna medalla, todos sus compañeros la aplauden, y sobre todo ahora que fue plata nacional. Es un acto de empatía y de belleza súper lindo, yo lloré la primera vez que experimenté eso junto a ella. Es un reconocimiento, un amor dulce que se genera”, comenta su padre, Marcelo Encina.

Una cadena de amor que ella agradece a tal punto, que aunque para esta nota padecía de una fuerte bronquitis, no quiso quedarse al margen. “Estoy feliz haciendo deporte porque me permite estar fuerte y saludable. Aunque lo más lindo es poder estar con mis compañeros del club y profesores como Juan Carlos Parra, Robinson Padilla, Oscar Mansilla y Rodrigo Ponce. Mi colegio me ha ayudado mucho también y ojalá pueda hacer que todos sigan sintiéndose orgullosos de mí”, sentencia. Palabra de Renata.

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