Privilegiar el interés económico por sobre el deportivo y armar un plantel precario para competir en dos frentes asoman como algunas de las razones que llevaron al acero a descender tras casi 30 años. A 3 días del fracaso aún no hay voces oficiales.
Matemáticamente perdieron la categoría el domingo en la tarde, pero Huachipato comenzó mucho antes a descender. ¿Por qué bajó a Primera B el acero? ¿cuáles fueron los principales pecados de un club sólido que suele estar casi siempre de la mitad de tabla hacia arriba?
Fallida apuesta
La continuidad de Juan Luvera como DT era lógica tras los buenos números del argentino en el torneo pasado. Pero, como le fue tan bien reemplazando a Florentín, en el club creyeron que despotenciando el plantel no habría problemas y que Luvera podría sacarle rendimiento a jóvenes jugadores que él conocía desde las series menores. Así, tras las salidas de Juan Sánchez Sotelo y Joffre Escobar (23 goles anotaron ambos), el acero se “reforzó” con un Huanca que sumó 810 minutos de 4140 posibles, entre Copa Chile, Copa Sudamericana y Primera. O sea, ni un 20% de los minutos. Lo mismo aplica para las partidas de Oyarzún, Martínez y Valenzuela, quien fue reemplazado por Carlos Lobos, ex Everton que arribó al club, se lesionó e increíblemente estuvo sólo 23 minutos en cancha en toda la temporada. Desde el armado del plantel, el acero arrancó 2021 con varios autogoles.
Desgaste internacional
Con un mismo equipo, el acero compitió en Copa Sudamericana, donde tuvo una participación muy buena en su grupo, ganando tanto en Argentina como Paraguay. Sin embargo, el desgaste afectó a un equipo que no pudo dosificar, ya que no tenía variantes. Además, por disposición Conmebol, la usina fue local en Viña, teniendo largos viajes en bus que agotaron al plantel y provocaron varias lesiones.
Principal déficit
Huachipato fue, junto a Curicó, el equipo que tuvo más empates en el torneo (13). Y si no pudo ganar gran parte de esos duelos, fue producto de la enorme impericia ofensiva de un equipo que no pudo contar con un goleador hasta las fechas finales con el arribo de Nequecaur. Muy paradójico es, en la misma línea, que la usina haya bajado directo a Primera B por diferencia de goles.
Duelos clave
Una muestra de lo anterior es la derrota 0-1 con O’Higgins la sexta fecha. Huachipato tuvo el 67% de la posesión del balón y 15 remates, pero no fue capaz de imponerse a un efectivo cuadro celeste.
Sin embargo, partidos que hoy se recuerdan amargamente en el CAP son, por ejemplo, el empate 2-2 vs Ñublense del 13 de septiembre. La usina ganaba cómodamente 2-0 y tenía un jugador más, pero dejó ir el triunfo en los segundos finales. Otro choque que da vueltas es el 1-1 ante U. de Chile del 29 de agosto, donde en ventaja por 1-0, Sepúlveda erró un penal al 80’ y tras el cobro de un inexistente penal, Larrivey puso el agónico gol azul al cierre.
Sin duda, el encuentro que a la larga terminó siendo fatal, fue el del 4 de octubre: caída 1-4 frente a un rival directo como Curicó Unido en el CAP, donde tanto los puntos como la amplia diferencia de goles marcaron la diferencia. ¿El punto de quiebre en ese partido? Martínez fue expulsado al 38’ y dejó con uno menos a su equipo. Precisamente el domingo tras el descenso en el CAP, Cris era uno de los más afectados.
Interés económico
Enorme cantidad de millones de dólares ha recibido Huachipato en los últimos años por participación en copas internacionales y venta de jugadores … ¿Por qué entonces no se ha invertido aquel dinero en un club acerero que tras casi 30 años perdió la categoría? Más allá de todos los puntos anteriormente descritos, el principal factor que causó la debacle acerera en 2021 fue poner por delante los intereses económicos sobre los deportivos. Hace rato venía siendo así, pero en esta temporada se tocó fondo.