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Segunda División en crisis: análisis y contexto de una categoría casi invisible

¿Se imagina obtener todo el año notas 7.0 en el colegio, pero no poder pasar de curso? Algo así podrían vivir los clubes de Segunda División desde la próxima temporada. Una categoría que nació en 2012, no tiene voz ni voto e históricamente ha sufrido, nuevamente se ve golpeada con una medida que busca ser revertida. Hoy se reúne el Sifup y un paro de futbolistas podría incrementar la polémica.

Por: Carlos Campos 08 de Marzo 2021
Fotografía: Anfp

Viernes 24 de mayo del 2013, estadio Germán Becker de Temuco. A las 19:45 horas de ese día y en aquella remodelada cancha, Iberia jugó ante el local, lo goleó por un sólido 3-0 y se coronó campeón de la Segunda División. El plantel levantó la copa, dio la vuelta olímpica ante 9584 espectadores y puso fin a un agotador torneo en el que fueron mejores que todos.

Sólo un pequeño obstáculo entre los festejos. Aquel bicampeonato de Iberia -que ya había levantado el título en 2012- no aseguraba subir a Primera B. Por segunda vez, el cuadro que dirigía Ronald Fuentes, debía enfrentar un “repechaje” para ascender. “Hubo largas caravanas desde el estadio hasta Los Ángeles, pero no podíamos celebrar mucho. Había que jugar contra Copiapó”, recuerda el volante Felipe Elgueta, uno de los fijos en ese equipo.

Aquella llave ante el “León” de Atacama terminó 5-2 en el global para los nortinos, tras el 1-1 en Los Ángeles y el 4-1 para Copiapó en el estadio Luis Valenzuela. Así, tras dos años de esfuerzo y sacrificio siendo el mejor equipo de Segunda, otra vez Iberia se quedaba con las manos vacías y sin premio. Suena injusto, ¿o no? “Éramos casi todos cabros buscando una oportunidad y dar el salto, pero enfrentamos a un Copiapó que tenía extranjeros, un plantel sin límite de edad y todo muy libre. Era una sensación de gran injusticia, aunque en esos años no había tanto revuelo mediático ni en las redes sociales como ahora. Además, por esos años se decía que la categoría la crearon para que Copiapó siguiera en el profesionalismo, y justamente así fue”, recalca Elgueta.

Historia repetida

Afortunadamente, para el torneo 2013-2014 las bases se cambiaron y quien fuese campeón de Segunda, ascendería de manera inmediata a Primera B. Iberia volvió a ser otra vez el mejor de la temporada y tuvo que ser tricampeón para conseguir un premio que se había ganado en cancha hace dos torneos.

Desde ahí en adelante, han sido siete los equipos que han subido de forma directa a Primera B: Puerto Montt, Valdivia, Barnechea, Melipilla*, Santa Cruz, San Marcos de Arica y Lautaro de Buin. Se niveló para arriba premiando al mejor de cada torneo, pero hace unos días el Consejo de Presidentes votó para que el sistema de campeonato de Segunda sea, nuevamente, el mismo que tuvo a Iberia complicado hace 9 y 8 años atrás. “Es una locura lo que se está haciendo. Esto es un tema económico y cuando se pone eso sobre lo deportivo, nos vemos todos perjudicados. La injusticia es tremenda”, dijo el portero ex Iberia y hoy en Santiago Morning, Franco Cabrera.

*Melipilla ascendió tras la no presentación de Vallenar a la repetición de una polémica tanda de penales a fines de 2017. En primera instancia, los nortinos habían subido.

¿Por qué?

Motivos deportivos para explicar tal decisión no existen. Todo surge tras la suspensión de los torneos a fines de 2019 en Primera División, Primera B y Segunda División. Si bien UC, Santiago Wanderers y San Marcos de Arica se titularon como campeones, en ninguno de los tres torneos hubo descensos. Desde ahí, algunos equipos impulsaron la idea de crear una tabla ponderada -la que se utilizó en 2020- y buscando volver a la cantidad de equipos que habían en los torneos anteriores, es que surgió la intención de dar sólo un “medio cupo” para quien sea campeón de Segunda. Aquella medida es además, solapadamente, una manera de que cada club de Primera y Primera B no pierda los ingresos económicos que reciben mes a mes por TNT Sports (antes CDF).

¿Por qué Segunda División debe pagar las consecuencias de que en 2019 no haya habido descensos? El torneo se suspendió producto de la incapacidad para garantizar la seguridad de seguir jugando por el estallido social, un problema que trascendía al fútbol. Desde que se creó en 2012, nunca la categoría ha recibido aportes económicos y sólo la propia gestión de cada club les ha permitido consolidarse y crecer. “Hasta el día de hoy, CDO no nos paga el 2020”, dijo el presidente del CSD Concepción, Víctor Tornería, en torno a un canal de televisión que desde 2017 se hizo cargo de emitir, por lo menos, un partido por fecha del campeonato de Segunda, con el compromiso que a cada equipo le llegarían 4 millones al año por ello.

Más que esa cifra, insuficiente desde todo punto de vista pero, por lo menos una pequeña ayuda, los clubes de la categoría no reciben otros aportes. Por lo mismo que en el torneo pasado, Fernández Vial y Deportes Concepción fueron de los clubes más golpeados producto de la pandemia que prohibió llevar gente a los estadios.

“Obliga al retiro”

Otro de los tantos problemas que tiene la Segunda División, es sobre la conformación de los planteles. De acuerdo al artículo 31, cada club podrá habilitar hasta 4 jugadores nacidos antes del 1 de enero de 1995. En términos más simples, en el último torneo cada plantel podía tener a un máximo de 4 jugadores mayores de 25 años. En esa línea, ¿hay justicia deportiva si un equipo de Segunda debe enfrentar a otro de Primera B en el hipotético duelo para definir el ascenso? Sólo por dar un ejemplo: cuando en 2013 Iberia enfrentó a Deportes Copiapó, los nortinos tenían en su plantel al experimentado goleador Sergio Comba, quien con 34 años en ese momento, registraba pasos por el fútbol de Italia, México, Francia, Suiza y Argentina.

El mismo Felipe Elgueta que jugó esa llave, vive en carne propia las consecuencias de tal prohibitiva medida: lleva cesante más de un año. “Estoy juntando mis lucas con un par de emprendimientos. Vendo mariscos, ceviches, tablas y todo ese tipo de productos a domicilio. Los jugadores tienen familia y yo he tenido compañeros que ven mejor la opción de trabajar por fuera en vez que estar en el fútbol, porque en estos casos los clubes te ofrecen muy poca plata. Hoy el fútbol es de mucho representante, ¿y qué pasa con los jugadores que no tienen esos contactos? Yo no tuve alguien así, sólo me contactaban los DT, y por lo mismo ahora estoy fuera del fútbol. No tengo contactos ni nadie que me haga algún nexo”, lamenta el mediocampista de 30 años que también pasó por Puerto Montt, Huachipato y Concepción.

“Es mi trabajo”

Pocos recuerdan como arrancó la Segunda División. Tal categoría, en 2012, la formaron en gran mayoría equipos “filiales” de Primera: Colo Colo B, Audax Italiano B, Rangers B, Unión San Felipe B y U. Española B, más otros equipos como Osorno, Melipilla, Copiapó, Iberia, entre otros. Histórico protagonista de esta categoría es el delantero de 25 años Carlos Sepúlveda. Desde su debut en los albos y sus pasos por Malleco Unido, General Velásquez y Fernández Vial, el “Chirigüe” ha hecho gran parte de su carrera en Segunda División. “Anfp siempre ha dejado de lado esta categoría. En un principio sumaba rodaje y ganaba experiencia, pero con el paso de los años esta división se transformó en mi trabajo. No tiene sentido jugar y esforzarte un año completo si ser campeón no te servirá de nada”, dijo el atacante.

El “Chirigüe”, autor de 6 goles en la última campaña en el “Almirante”, agregó que “ha crecido muchísimo esta categoría, pero la miran como amateur y en parte se entiende, si nadie la apoya. Hay una cantidad enorme de familias que pueden quedar sin trabajo si se aprueba el medio cupo, así que ojalá se pueda dar vuelta la situación. Yo desde este año formo parte de los cupos sobre 25 años, pero no debiese ser tema la edad. Imagina si fuese libre, el torneo sería aún mejor y mucho más competitivo. En Fernández Vial en la última temporada encontré a la institución más ordenada desde lo administrativo, es muy superior a todo lo que había vivido antes en el fútbol”.

Piden ayuda y proponen

Desde hace mucho rato y más allá de casos aislados como los de Vallenar o Linares en el último año, la Segunda División es garantía de un torneo competitivo, con clubes en alza desde lo administrativo y que pelean incesantemente por el ascenso. Por ello a los equipos les dolió tanto la idea del medio cupo, la ven como un claro retroceso. Y no sólo ellos, sino que sus pares de otras divisiones. “Se está nivelando para abajo en lo deportivo y así se empiezan a perder nuevas generaciones. Imagina con que motivación trabajarán los clubes si tendrán que salir campeón para recién ir a una definición con un equipo de Primera B que sólo por promedio de edad y con la diferencia de sueldos te saca una gran distancia”, asume el propio arquero Franco Cabrera, jugador con larga trayectoria en la “B”.

Así, el bloque de 12 de equipos que componen la Segunda División, envió un documento con varias propuestas a la Anfp, donde se incluyen ideas desde aportes monetarios, formatos de torneo distintos, cambios al límite de edad y monetarios, tomando en cuenta que el tope salarial para cada institución es de máximo 15 millones mensuales por planilla. Sin embargo, no hay modificación que valga sin la más importante: revertir el medio cupo y volver a, por lo menos, un cupo de ascenso directo. Hace largas temporadas que una categoría para muchos invisible, pide ayuda a gritos, solicita que se les reconozca como profesionales, exige tener voz y voto en el Consejo de Presidentes y no tener que conformarse sólo con una bandera al ingreso de las oficinas en Quilín.

Hoy, día clave

Reuniones intensas entre presidentes de los clubes y Pablo Milad se han sostenido durante los últimos días. Sin embargo, más allá de las buenas intenciones por lograr un acuerdo, aquello no ha sido posible. El timonel de la Anfp, al igual que directivos de otras instituciones que impulsaron la medida del medio cupo -y luego han intentado desligarse de su responsabilidad “lamentándose” vía redes sociales con los equipos de Segunda- pretenden ceder aceptando algunas propuestas, pero no tienen la mínima intención de revertir el medio cupo. Los clubes de Segunda insisten en que no jugarán el torneo como medida de molestia y presión, por lo cual las grandes esperanzas hoy están en puestas en el Sifup, que puede iniciar un paro para buscar soluciones a una de las polémicas más grandes de los últimos años y que, incluso, puede salpicar al mundo político.

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