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El difícil camino de retomar el deporte durante la pandemia

En Chile, la inactividad física y el aumento de peso en los últimos meses es una preocupante realidad. El estar encerrado, con sensación de estrés, aumentó el consumo de alimentos altos en grasa, así como también el uso de la tecnología en tiempos de ocio. Voces de diferentes ámbitos entregan detalles del diagnóstico y de cómo se podría cambiar esta realidad.

Por: Ricardo Cárcamo - Samuel Esparza 11 de Enero 2021
Fotografía: Andrés Oreña

Una de las consecuencias de la pandemia, en la mayoría de la población, es la baja en la actividad física. Ya sea por las cuarentenas, y también porque a muchas personas les cuesta hacer ejercicio en su hogar, lo cierto es que buena parte de la población está muy inactiva. Diversos estudios así lo reflejan, con indicadores preocupantes sobre todo en las nuevas generaciones. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Actividad Física yDeporte, en menores de 5 a 17 años, un 48,4% se definió como inactivo, que se define como la realización de actividad física y/o deportiva con una frecuencia menor a 60 minutos por tres días.

Ello se suma a otro indicador preocupante:el aumento del consumo de alimentos altos en grasa. La “Encuesta de Consumo de alimentos y ansiedad durante la cuarentena por Covid- 19 en Iberoamérica”, realizada en 12 países, estableció que un 44% de los encuestados en el país dijo que ha subido de peso en la pandemia. Cifra que ubica a Chile en segundo lugar del listado.

Leslie Landaeta, profesor investigador de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad de las Américas, lideró el estudio en Chile. “A nivel nacional respondieron 1. 034 personas de todas las regiones. Las edades fueron desde los 18 a los 77 años, y la mediana de edad fue 31 años”, partió diciendo.

Sobre las razones del alza de peso en nuestro país, indicó que “dentro de los resultados se observaron relaciones entre el nivel de ansiedad y el consumo de algunos tipos de alimentos como lo fueron los alimentos fritos y pastelería. Por lo tanto, hay un componente psicológico que se relaciona a la selección de cierto tipo de alimentos. Estos alimentos a su vez son altamente calóricos lo que puede estar determinando, en conjunto probablemente con una menor actividad física dado por el confinamiento, el gran porcentaje de respondedores que reconoce un aumento de peso corporal (48,6%)”.

En esa línea, añadió que “el otro fenómeno observado fue que un porcentaje de 37,2% de la muestra aumentó el tamaño de la porción de alimento consumida. Si a esto le sumamos el tipo de alimento consumido, claramente refleja el aumento de peso”.

Sobre si el encierro “estimula” la mala alimentación, Landaeta afirmó que “más que incentivar, está relacionado, así lo muestran los datos que observamos. Otro componente fue la presencia de síntomas de anhedonia (que es la baja capacidad de sentir placer), con lo cual una persona anhedónica buscará ‘sentir’ placer o la autocompensación a la misma, probablemente a través de distintos elementos, uno de estos pudiese ser el alimento. En este sentido, los alimentos más palatables característicamente altos en azúcar, grasas y por lo tanto más calóricos, y son los que generan a nivel sensorial mayor placer momentáneo”.

Junto con destacar que ya se hizo un segundo sondeo, cuyos resultados están siendo analizados y procesados, aseguró que para poder cambiar esta realidad se requiere de “educación alimentaria constante. Reforzar los estilos de vida saludable y el autocuidado, tanto de la salud mental como física. El manejo de las emociones y la separación con la alimentación. Estrategias de una alimentación económica y nutritiva, con la recuperación de hábitos clásicos de la comida familiar”.

Gran caída

Isamar Medina, profesora de Educación Física y Tec. Actividad Física y Salud, comentó que “por razones obvias, cayó la práctica deportiva. Dependiendo de la fase de cada comuna las restricciones son mayores o menores, y los recintos deportivos y gimnasios están en su mayoría cerrados. Por consecuencia, hemos tenido que adaptar nuestra actividad física en el hogar y ahí surgen muchos factores en contra:falta de motivación, por no tener el conocimiento para entrenar, ya sea para no sufrir lesiones y lograr el objetivo propuesto, no contar con el espacio o tiempo, ya que en la casa generalmente no se vive solo y no todos en una familia cuentan con el hábito deportivo”.

Jorge Grosser, uno de los entrenadores de atletismo más importante de la Región, aseguró que “es un hecho que la actividad física cayó, pese a que los deportistas han luchado harto y buscando toda forma de mantenerse, tanto los ‘profesionales’ como los amateur. Yo creo que pasada la pandemia se vivirá un boom importante”.

Al respecto, añadió que “en el caso de los deportistas que se dedican a esto, hubo un componente mental que cooperó a que la actividad física decayera y era previsible por todo lo que significa una pandemia, lo potente que es. En la gente en general, también se va perdiendo el hábito”.

Lincoln Flores, kinesiólogo de Fernández Vial, señaló que “creo que la actividad física ha caído mucho y en esa merma hemos sufrido variaciones respecto al ejercicio que estamos haciendo día a día. Ello relacionado tanto al ejercicio, a la cantidad, como a la carga de trabajo, que ha variado mucho”.

Vuelta gradual

Para quien no practica deporte hace meses, o lo hace con un ritmo e intensidad muy por debajo de sus estándares pasados, retomar el ejercicio, en estos momentos, asoma como un gran desafío. Y en ese camino, se recomienda paciencia y mucha prudencia.

“Cuando una persona deja de realizar actividad física, disminuye su rendimiento. Por lo tanto, para retomar es recomendable hacerlo de forma progresiva, de menos a más, hasta llegar a su nivel previo. Se entiende que quizás se esté lleno de energías y se quiera entrenar con todo el ‘power’, o tal vez subió mucho de peso y hay ansiedad por bajar rápido. Hay que ir con calma, ya que pueden surgir muchos problemas de salud como mareos, alzas de presión arterial o taquicardias. Si se tiene una enfermedad crónica o cardiovasvular es recomendable consultarlo con un doctor antes de realizar algún tipo de actividad física”, dijo Isamar Medina.

Jorge Grosser indicó que “si lleva mucho tiempo parado, hay que volver con mucha tranquilidad, tomarlo como si se estuviera recién empezando en el deporte porque de lo contrario es un hecho que se va a lesionar. Ahora, para quienes corren largas distancias, está la ventaja de que la parte aeróbica se pierde con facilidad y se gana de igual forma, no es tan difícil retomarla. Entonces si un deportista de elite se pone en su máximo nivel en unos seis meses, hay que considerar que tiene también más exigencia. Una persona normal son tres meses. A veces ni siquiera tiene que ver con la edad, porque una persona joven también pierde sus cualidades físicas”.

Lincoln Flores destacó que “es bueno retomar la práctica, pero hay que hacerlo siempre de forma controlada, supervisada. Hay que intentar asesorarse por algún profesional de la salud y consultar con un médico deportólogo entendido en el tema, o algún médico general que derive a la persona a un especialista, esto porque el retorno debe ser programado. Todavía no hemos visto las reales consecuencias de no realizar actividad física en el periodo pandémico, pero sin duda que serán muy negativos en buena parte de la población”.

Crear hábitos

Más allá de la pandemia, lo cierto es que antes ya había indicadores a nivel país que hablaban de una preocupante falta de ejercicio. La “Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2018 en Población de 18 años y más” cifró en un 81,3% a los inactivos físicamente en Chile. Por ello, urge crear hábitos deportivos en la población.

“Lo más importante es ponerse primero en manos de un especialista, o a lo menos informarse. Los hábitos se adquieren de forma paulatina, para no estresar al cuerpo y evitar lesiones. Tres veces a la semana, acostumbrar al cuerpo y después ir aumentando la cantidad de entrenamiento y la intensidad. Al cuerpo hay que acondicionarlo en lo que es musculatura, que se pierde muy rápidamente. Ojo con los que quieren ir más rápido, no hay que frustrarse si el proceso es lento, es preferible que sea sostenible en el tiempo. Por eso insisto en la relevancia de colocarse en manos de un experto, informarse, leer y ver cómo funciona nuestro cuerpo”, recomendó Jorge Grosser.

Isamar Medina destacó que “lo primero es identificar qué actividad le gusta o le acomoda.Si no lo tiene muy claro, puede ir probando, por ejemplo, con entrenamiento funcional, crossfit, zumba, pilates, karate, fútbol, básquetbol, etc. Otro punto a considerar es la frecuencia, el tiempo que se le destina. Es recomendable realizar tres veces por semana, con una duración de 1 hora, o puede ser menos dependiendo del estado físico. Se debe ser constante y perseverante, siempre cuesta los primeros meses”.

El kinesiólogo Lincoln Flores aseguró que “es difícil generar un hábito deportivo.Se da que mucha gente sale a trotar, pero después decretan cuarentena y dejan de hacer actividad física de forma regular. Y esa variante no se puede controlar, y lo peor es que se puede generar más efectos secundarios adversos que positivos. Pero es importante señalar que esto se puede llevar adelante, se puede vivir con ello. Insisto teniendo una buena consultoría con un médico, con un especialista para que la persona que comience a hacer deporte o lo retome, y lo haga de forma segura”.

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