A punto de egresar de Gastronomía Internacional, ha sido figura estos dos últimos años en el básquetbol de la UST, llegando a la Copa de Oro.
Tiene 20 años y llegó hace 3 a Concepción. “Ya ni se me nota el acento venezolano, hablo bien como chileno”, cuenta Jean Pierre Hernández. Un muchacho alto y amable, como acostumbran a ser en su país. Y como también es tradición por allá, bueno para el básquetbol. En la UST han sacado provecho a ese talento y el estudiante de Gastronomía Internacional es una de las figuras del equipo a nivel Adesup. O “era”, porque este año, si la pandemia lo permite, debe terminar su carrera.
El alero o escolta de la Santo Tomás explica que “hace poco hice mi práctica en un hotel, en San Vicente de Tagua Tagua. Es una carrera corta, pero se necesita mucho estar presencial, sobre todo, para el examen final, así que espero que me den fecha este año”.
Viniendo de Venezuela, nada raro que le guste el básquetbol. Jean Pierre repasó que “mi hermano gemelo (Jean Paul) también juega, lo mismo que mi papá (Carlos). Yo estoy en esto como desde los 8 años, desde que me metí en el colegio con un grupo de amigos que éramos bien unidos. Allá se enseña mucho los fundamentos de este deporte, desde pequeños”.
Entre sus ídolos destaca a “Derrick Rose es uno de los que más seguía, también Kevin Durant y Lebron James. Mi posición en la cancha es de alero o escolta y ahí creo que uso bien mi porte, y mi función es aportar puntos en la zona interior. Defensivamente, soy de agarrar rebotes y pelear mucho físicamente, siempre intentando ser aporte abajo del aro”.
Se vino a Chile con su mamá Virginia y su abuela Haydeé. “Te hacen un poquito más fácil estar acá. Bueno, el deporte ayuda mucho a integrarte, hacer comunidad. Cuando estuve en Huachipato, también, hice amigos rápidamente. El básquetbol te permite compartir entrenamientos, viajes y con los rivales, conocer gente”.
Y a nivel universitario, no fue fácil la adaptación. Jean Pierre relata que “me encontré con equipos de altísimo nivel. Las Américas y la Universidad de Concepción son altamente competitivos, con tremendos jugadores, muchos de ellos jugando en la liga profesional. Claro, nosotros no estábamos quizás para pelear el título con ellos, pero sí nos pusimos nuestras propias metas y hemos sido capaces de alcanzarlas”.
Un alza que se notó en cancha. “El primer año que me tocó jugar por la UST ya armamos un buen grupo, pero el segundo fue mejor, nos acostumbramos al estilo que nos acomodaba, llegó gente de muy buen nivel y apuntamos más alto. Llegamos a la Copa de Oro, clasificando ahí entre los mejores y, lamentablemente, no se jugó el segundo semestre y este año ya quedó todo parado otra vez. Una lástima, pero no se puede hacer mucho más”.
¿Cuál es la mayor diferencia entre el baloncesto de su país y el nuestro? El ya casi agresado de Gastronomía sostiene que “no es tanto la calidad. Acá hay jugadores de gran nivel, pero la cantidad de gente que juega básquetbol es menor, son más del fútbol. En Venezuela hay mucho basquetbolista y te enseñan desde pequeños, hay una tradición de años. Es más que todo eso, pero acá hay talento”.
Quiere quedarse unos cuantos años más y apunta que “me gustan estas fechas, el frío aún no lo supero. Es un país lindo, el sur tiene paisajes muy bellos, quiero conocer más y con el básquetbol siempre como pasatiempo”.