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Francisca Maldonado: La pequeña joya que comienza a abrirse camino en el fútbol escolar

Tiene sólo 12 años, pero una capacidad que entusiasma. Hija de un ex jugador de D. Concepción sueña con tener la oportunidad de seguir sus pasos como futbolista profesional. Por lo pronto, se enfoca en ganar su lugar en la selección del I. de Humanidades donde no sólo brilla con la pelota en los pies, sino también en el tenis de mesa

Por: Samuel Esparza 14 de Septiembre 2020
Fotografía: Francisca Maldonado

No tiene problemas en reconocer que siempre le ha gustado el fútbol, que aunque hizo básquetbol y vóleibol, como sus compañeras y amigas, es con la pelota en los pies que se siente a sus anchas.

“Me encanta mucho el deporte y el fútbol es un juego de correr, también de equipo, entonces, por eso creo que me gusta tanto”, dice Francisca Maldonado, que con 12 años, se empina como una de las nuevas figuras que empiezan a proyectarse en el torneo Adicpa.

Alumna de Sexto Básico del Colegio Instituto de Humanidades de Concepción, la pequeña deportista tiene todo para destacar: pasión, talento y una habilidad única para el deporte, que le permiten brillar no sólo en fútbol, sino también en el tenis de mesa con la camiseta de su institución.

De tal palo, Maldonado

Era imposible que ‘Fran’ no se inclinara por el fútbol. Su padre, Pedro Maldonado, fue un peligroso puntero derecho de principio de los ‘80 con pasos por Deportes Concepción, Ñublense y Lota Schwager. Además, dos de sus cuatro hermanas también juegan. Por eso es que ella nunca se incomoda cuando alguien la mira raro por jugar un deporte calificado por algunos como de hombres; sabe que una vez en la cancha, puede callar a todos.

En su posición de mediocampista, no sólo hace despliegue de su técnica, sino también de mucha fuerza gracias a sus pasos por las escuelas de Palestino, Talento Albo y, sobre todo, del club Membrillar de Penco, donde aprendió esos secretos que sólo entrega el fútbol de barrio.

De ahí que, pese a su corta edad, ya sea habitual en la selección del colegio con la que ha jugado varios encuentros de Adicpa. “El campeonato es bien competitivo, yo juego cuando falta gente en el equipo del colegio porque todavía soy chica, me estoy haciendo mi lugar”, asegura esta admiradora de Alexis Sánchez y Christiane Endler, y que conoce todos los puestos: comenzó de arquera (lo dejó porque usa lentes de contacto), siguió como defensa y ahora es mediocampista, aunque también posee físico de sobra para acercarse al arco contrario como una delantera más.

Probándose la auricielo

En el verano, Fran acompañó a su hermana Martina (dos años mayor) a probarse a la Universidad de Concepción. Entre más de 100 niñas buscando su oportunidad, se dijo ‘por qué no’ y se vistió de corto para comprobar si tenía la ‘pasta’ suficiente para quedar. Y lo logró, al igual que su hermana.

“Fue increíble, nunca vi tanta gente jugando fútbol, lo pasé muy bien durante los dos días de prueba. Fui pasando etapas y al final me dijeron que estaba adentro así es que quedé feliz porque estaré con mi hermana”, detalla.

Y añade, “ella es el motivo por el cual quiero ganarme ese puesto permanente en la selección de mi colegio. Me dio mucho orgullo cuando fue a jugar la Copa Scotiabank a Santiago, la acompañé, de hecho. Así como voy creo que es cosa de tiempo, me siento cada vez más cerca de tener mi lugar propio”.

Un paso que espera sea el inicio de un camino que termine en el profesionalismo. “Ese es mi sueño, llegar a ser profesional, aunque siempre sacando mi carrera en paralelo por si las cosas van mal. Quiero aprovechar que el fútbol femenino esta creciendo mucho, ojalá que cuando sea grande las condiciones para las mujeres estén aún mejores y hayan más jugando. Hay que atreverse nomás”.

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