Los últimos rebrotes de coronavirus encendieron la luz de alerta en toda Europa. Varios partidos de las rondas iniciales de la UEFA Champions League tuvieron que ser reprogramados y, en casos extremos, algunos equipos fueron descalificados por los casos positivos en sus planteles. Con esta amenaza latente, la Supercopa de Europa parece estar en jaque.
Por culpa de los mencionados rebrotes, el Gobierno de Hungría, presidido por Gergely Gulas, decidió cerrar sus fronteras a todos los extranjeros a partir de este 1 de septiembre. Sólo podrán ingresar al país aquellos que tengan motivos justificados, y no queda del todo claro si esa será razón suficiente para que los hinchas (se jugará con público restringido) o los propios jugadores puedan viajar al país centroeuropeo.
“La UEFA está trabajando en estrecha colaboración con la Federación de Fútbol de Hungría para tomar medidas que garanticen la salud de todos los espectadores y participantes en el juego. Las condiciones de entrada a Hungría para varios grupos objetivo (jugadores, socios, personal, medios de comunicación y aficionados) también forman parte del debate”, señaló el ente europeo, que se muestra confiado en poder celebrar la finalísima entre los campeones de la Champions League y la Europa League.