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Catalina Rubilar: Creció con un balón y con la UST casi enfrenta a Ronaldinho

Tiene 20 años y debió abandonar los estudios de Preparador Físico en la U. Santo Tomás. “Me gustaría retomar la carrera, pero por lucas se me complicó todo”, asegura. Fernández Vial es su otra casa y allí, cuando podía, mostraba todo su talento.

Por: Carlos Campos 10 de Agosto 2020
Fotografía: Carla Rubilar

A puro fútbol desde muy pequeña, rompiendo prejuicios y sumando minutos en cancha. Catalina Rubilar es una de tantas mujeres que vive este deporte con gran pasión.

Cada vez son más en todo el mundo, pero, ¿cómo partió ella en el deporte? “Uf, desde que tengo memoria que juego a la pelota con mi primo Pedro Gatica, que ahora está en Deportes Concepción. Iba siempre a todos lados buscando escuelas de fútbol o lugares para jugar, pero me costaba mucho. En mi colegio era la única y no tenía equipo. Buscaba niñas, pero era difícil pillar. Y quienes jugaban, no lo hacían a mi nivel, porque yo ya estaba acostumbrada a jugar con los hombres”, repasa.

Jugar con varones, sin duda, la ayudó a crecer futbolísticamente, pero ella no estaba conforme del todo. “No era lo mismo, porque los hombres no me iban fuerte. Por ese lado era fome. A mí me gusta jugar par a par. El hombre tiende a ser más bruto, pero las mujeres, cuando jugamos, igual lo somos”, recalca.

Vida universitaria

El año pasado, Catalina entró a estudiar preparador físico a la UST. Con muchas ganas, motivada, se encontró con grandes amigas con las que compartió sala de clases y también partidos de futsal. “Don Renato (Ríos) me contactó para que jugara y armáramos un equipo. Fue todo súper, no tenía problemas para estudiar ni nada, porque siempre nos daban los permisos. Incluso, me gusta mucho más el futsal que los partidos en cancha grande de once contra once. Se armó el equipo, nos fue bien, fuimos, incluso, a un par de torneos e íbamos a tener algo así como una gira, pero por todo esto del virus no se pudo. Ya no estoy muy clara, pero creo que en el año pasado salimos segundas”, contó Catalina, sobre su primer año en la U. Santo Tomás.

Y más allá de jugar en tal casa de estudios, el amor por el deporte y en especial el fútbol, la llevó a jugar por uno de los equipos grandes de la zona: Fernández Vial. “Siempre busqué club y un día mi primo me comentó que tenía una amiga que jugaba ahí, me puse en contacto y llegué a probarme. Llevaba dos o tres días y ya me estaban pidiendo los papeles para jugar el torneo, que empezaba pronto. Fue todo súper rápido y yo uso lentes, entonces, tuve que conseguirme unos para jugar. Más adelante, mis papás me llevaron al oftalmólogo y ahora uso lentes de contacto”, comentó.

Sobre su etapa aurinegra, Cata dijo que “llegué y el profe me puso de central, porque tengo voz de mando y grito harto. Así estuve dos o tres años en la Sub 17 y pasé a la adulta el año pasado. Me costó ganar la posición y cuando el equipo no tenía laterales, igual jugaba ahí”.

¿Fin al sueño?

Hoy, como casi todos los chilenos, Catalina no lo pasa bien. Y eso que a esta altura del año en 2019, todo marchaba perfecto. Incluso, pudo jugar con Ronaldinho. “Él ya había estado en Santiago para un torneo de fútbol-tenis y ahora venía otra vez. Con Maria Rebolledo nos inscribimos, pasamos unas pruebas que ganamos y clasificamos, pero el campeonato no se hizo al final por el estallido social. Era un evento grande y hubiese sido demasiado entretenido estar, se llamaba Copa Mundial FTA Tour 2019”, contó.

Pero ese fue recién el comienzo de los infortunios para Catalina, que debió congelar la universidad. “Mi idea este año era trabajar y juntar las lucas para seguir estudiando, pero por esto del virus se me complicó todo. Sé por mis compañeros, que vía online no es tanto lo que en este tiempo han aprendido. Me gustaría retomar la carrera, pero siempre el porcentaje de becas es mayor para los hombres. Tendré que ver que pasa conmigo para más adelante”, cerró.

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