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Pelota de Trapo: ayuda en medio del encierro

Por: Paulo Inostroza 03 de Agosto 2020
Fotografía: Fundación Pelota de Trapo

Son conocidos en la capital, donde entre La Pintana y San Joaquín trabajan con casi 500 niños. Pelota de Trapo se fundó el 2014 y hace tres años llegó a Coronel, donde han formado familia con 90 niños de entre 5 y 16 años. En teoría. “Es el límite de edad, pero algunos pasan los 16 y no se quieren ir. Bueno, y uno nunca deja de preocuparse por ellos”, cuenta Cristián Godoy, el coordinador acá en el Bío Bío.

Su metodología es bien particular, Godoy explica que “es una maqueta que viene desde Santiago y tratamos de ser no sólo una escuela de fútbol. Mira, de 100 niños, puede que 3 lleguen a algún club, pero qué pasa con los otros 97. Eso nos interesa. Acá firma un tutor, que puede ser uno de los padres o abuelos y se comprometen ambos. Ellos deben participar en actividades también: zumba, entrenar. Hay una disciplina y eso no se transa. Al principio, llegan chicos bien rebeldes y, con el tiempo, se entusiasman y cambian. Las mamás te piden que tú les ordenes cosas fuera de las prácticas. Te dicen: ‘es que a usted le hace caso’. Pasa mucho”.

Y es que la formación es un eje fundamental de su forma de entender la integración. “Cuando llegamos a la zona hicimos una especie de tour por los colegios, les explicamos lo que hacemos y fuimos captando muchachos. Esto es gratis para ellos (funciona con donaciones) y la idea es estar conectados con sus lugares de estudio, sabemos sus notas y es una exigencia más. En Santiago, hay chicos que salieron de Pelota de Trapo y llegaron a la universidad, en lugares donde no tenían ninguna expectativa. Esas cosas son lindas. Acá en la zona ya hay dos chico sen cadetes de Fernández Vial. Actualmente, estamos en Schwager, y la cancha es de siete contra siete. Sólo por eso no tenemos más niños”. Portuaria Cabo Froward pone la insfraestructura.

¿Y cómo lo han hecho en la pandemia? Godoy cuenta que “acá somos cinco profesores y, actualmente, hacemos clases online con los chicos, que ahora serán dos por semana, enviamos cápsulas de trabajo. Pero estamos hablando de un lugar donde hay gente con necesidades así que estamos sistemáticamente entregando cajas con mercadería, en Santiago se hacen ollas comunes. Seguimos conectados con los niños y sus familias. Ese es nuestro sello”.

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