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Con su cepa de luchador Vicente Figueroa dejó marca en los tatamis universitarios

Con un paso por la selección chilena juvenil, el estudiante de Derecho de la U. de Concepción ha sido finalista en todas sus participaciones en las Ldes, conquistando cuatro coronas para los colores auricielos. Acumula medallas de los principales eventos que disputó y, en su último año, espera despedirse a lo grande.

Por: Samuel Esparza 13 de Julio 2020
Fotografía: Vicente Figueroa

No tiene reparos en reconocer lo mucho que le gusta el fútbol. En tono de broma, dice que como veloz delantero su juego se asemeja al de Alexis Sánchez en su mejores tiempos. Sin embargo, hay un deporte que lleva prácticamente en las venas, como una especie de responsabilidad familiar.

Era difícil que Vicente Figueroa escapara al destino del taekwondo, con un padre que es un reconocido juez chileno de la especialidad con participaciones en los más importantes eventos nacionales e internacionales, y quien a temprana edad le inculcó la disciplina.

Su primer recuerdo en el deporte es a eso de los cuatro años, lo que le permitió estructurar una sólida base que unida a su talento, le forjó tal calidad que a los 16 años se le abrieron las puertas de la selección chilena juvenil.

Proceso del que guarda gratos recuerdos bajo el mando del entrenador Juan Riquelme y donde compartió, por ejemplo, con el olímpico chileno, Ignacio Morales, actual campeón panamericano. “La primera vez que competí con él fue en cuartos de final de la Copa Corea, el primer campeonato adulto que disputé a eso de los 16 años. Había oído de él, pero no lo conocía, y resultó ser un monstruo, tremendo deportista, mide 1,80 y estira la pierna 2,10 metros; le sacaba 20 o 30 puntos de diferencia a todos, superlativo. Después entrené harto con él, igual que con el chillanejo Sebastián Navea, otro tremendo deportista”, relata.

Con todo, Vicente dice que siempre supo que pese a su talento, no pertenecía al alto rendimiento, porque sus intereses iban por otra parte. “Es un mundo muy sacrificado, para los torneos debía bajar de 63 a 58 kilos, lo que significaba comer ensaladas y manzanas por dos semanas en pleno periodo escolar. Además, que siempre me gustó el estudio, quería entrar a la universidad y ser profesional, algo que es muy difícil siendo deportista de alto rendimiento. Ignacio (Morales) ya se ha cambiado cuatro veces de carrera, debiendo, incluso, congelar, y no es lo que yo quería para mí”, asevera.

Llevando talento a las aulas

La Universidad de Concepción y su carrera de Derecho fue la elección de Vicente Figueroa para mantener su vínculo con el taekwondo. Ingresó con una beca deportiva a la que ha correspondido como mejor sabe: repartiendo su talento sobre el tatami.

“Partí junto al actual técnico del CER, Jorge González. Lo positivo es que la universidad da la instancia de participación a alguien que sabe mucho o que recién está comenzando en el deporte, así es que me he dedicado a enseñar y tratar de ser reflejo para los demás, porque también soy el capitán. El nivel sube considerablemente en los nacionales porque la mayoría de los seleccionados chilenos están en la universidad, entonces, ahí doy todo de mí”, comenta.

De ahí que para Vicente, Adesup sea una importante oportunidad competitiva para los deportistas universitarios. “Me parece que es una liga que abre las puertas a todos, es muy inclusiva y motivante. En todos mis años universitarios representar a la universidad ha significado una instancia espectacular, no sólo en mi formación como deportista, sino también como persona. Aprendí mucho de distintos maestros y, además, pude compartir mis conocimientos. Es satisfactorio estar cerca de egresar y poder decir que en mi etapa universitaria compartí con un equipo y logré estar al más alto nivel de competencia. Seguro me llevaré grandes recuerdos para la vida”, sentencia el deportista que deja una huella de cuatro títulos regionales de Ldes y otro segundo lugar, además de una plata y un bronce en Fenaude, y un tercer puesto en Fisu.

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