No se han quedado quietos, de hecho, ni un sólo día de esta cuarentena dejaron de entrenar. Pero hoy, cumplidos más de 100 días lejos del agua, no pueden esperar más.
Varias voces del canotaje regional se están levantando para solicitar que les permitan volver a las actividades. No se trata de reunir multitudes, ni mucho menos arriesgarse, sólo de retomar paulatinamente los entrenamientos, así como, por ejemplo, lo han hecho los equipos locales del fútbol profesional. Ni más, pero tampoco menos.
Rolando Rill es uno de los entrenadores más connotados del país. Radicado hace años en el polo de desarrollo de Laja, donde formó a la campeona Panamericana, María José Mailliard, el cubano se refiere a la urgencia de retomar los entrenamientos.
“En noviembre tenemos un Sudamericano que sigue vigente, hay deportistas clasificados a los Juegos Olímpicos. Necesitamos que nos permitan coordinar un grupo selecto, no más de seis palistas y hacer de la casa de botes, nuestra casa, es decir, guardando todas las medidas sanitarias”, parte diciendo.
“Por ejemplo, que cada deportista salga de a uno al muelle; que cada instrumento se use individualmente; que no se utilicen los baños y que cada implemento se lave con cloro, que está al alcance de todos. Los deportes individuales al aire libre están menos expuestos y, aún así, el fútbol es más peligroso que el canotaje. En Uruguay ya empezaron a entrenar, también en Europa, bajo estos controles estrictos. Es difícil para todos, pero el que empezó ya tiene ventaja”, añade.
Rill sostiene que se trata de un grupo muy reducido de canoístas, que deben prepararse para los torneos internacionales. “Miguel Valencia, María José Mailliard, Juan Pablo Lermanda, Daniela Castillo y Mario Aguilera. Entre ellos, hay chicos que deben justificar su Proddar, ayudas municipales y del IND. Además, acá está todo controlado, no saldremos del pueblo, por tanto, hay bajo riesgo. Laja es una comuna pobre, no todos pueden pagar Internet y las clases online no llegan”, cierra.
La postura de Rill es compartida por su par del polo de desarrollo de San Pedro de la Paz, Gualberto Mesa, quien asegura que con medidas claras, se puede regresar.
“Mi postura es que con protocolos adecuados que se usan en el mundo para el deporte, podemos comenzar. San Pedro de la Paz tiene sólo 130 casos activos y cumpliendo los requisitos, en un par de semanas podemos empezar”, dice.
Según Mesa, entienden que la seguridad de los deportistas es prioridad. “Nuestra disciplina es individual y con medidas, no habrían riesgos. Si el fútbol profesional está a las puertas de iniciar su torneo, nosotros al menos podríamos volver a las prácticas. Pos cierto que lo más importante es la salud de nuestros deportistas, y eso lo sabemos”, cierra.
Al respecto Maite Méndez, presidenta del Club Náutico Bío Bío, agrega que, “hicimos un protocolo para entrenar. Instalaríamos alcohol gel, cerraríamos los baños, sanitizaríamos todo el hangar, además de los botes, antes y después del entrenamiento. Pero no nos dejaron. Y sólo pedimos que vuelvan los que están en competencia, Felipe Solís, Paula Gómez, José Luis Garcés, Julián Cartes, Martín Saavedra, Josefa Barruel, Alfonso de la Sota, Martín Inostroza, Felipe Rivas y Joaquín Cataldo”.
Este último, es claro a la hora de enumerar los problemas por no entrenar en la laguna. “Volver al agua es sumamente importante, es básico porque perdemos el tacto y la técnica. Entonces, cuando regresemos, será empezar de cero, la vuelta será súper difícil. Con todo lo que estuvimos parados, cuando volvamos seguro nos lesionaremos todos. Se resentirán hombros, codos, caderas, muñecas y espalda. Será horrible el proceso de vuelta”, advierte.
Cataldo agrega que “la gente no sabe lo que es estar 120 días fuera del agua, pasar de entrenar seis horas al día, a una o dos. Además, en noviembre hay un Sudamericano en Uruguay y si nos va mal, no podremos revalidar nuestra beca Proddar. Realmente estamos en un problema”.