Campanil sepultó la ilusión de Ovalle, la enorme sorpresa del torneo, ganando 2-1 en la final en Coquimbo. Vargas y Solís coronaron al equipo de Pellicer en febrero de 2009.
Fue la primera versión después de largos ocho años donde no se jugó. La 29° edición de la Copa Chile tuvo un desarrollo y final tan emotivos como inéditos, coronando como gran campeón a la UdeC. Puerto Aysén, Revisora Ormazábal, San Juan y Unión Quilpué fueron algunos de los particulares equipos que jugaron el tradicional torneo.
Se disputaron cuatro fases antes de la ronda eliminatoria, en la que ocho equipos lucharon por la copa. Así, el debut auricielo fue recién en la tercera de ellas, El 8 de octubre de 2008, UdeC visitó a Lota Schwager e igualó sin goles, clasificando a la siguiente etapa tras imponerse por 4-3 mediante penales. A esa misma altura, U. de Chile quedaba eliminada a manos de Wanderers y pese a dar pelea, Fernández Vial no pudo en Collao ante Colo Colo y cayó por 2-4.
Otro empate (1-1) cosechó el equipo de Jorge Pellicer en la otra ronda ante Osorno, nuevamente ganando vía penales por 4-1. El gol en los 90’ fue obra de Solís. Ya en cuartos de final, y mientras Ovalle daba el enorme golpe eliminando a Colo Colo en Coquimbo, la UdeC se metió en semis tras golear por 3-0 a Cobreloa. Anotaron Laffatigue (2) y Lorenzetti.
“Recuerdo con mucho cariño ese título. Había ilusión por lograr lo máximo y de a poco se nos fue abriendo el apetito. Y eso que no había clasificación a una copa internacional”, dijo Francisco Arrué, volante que llegó a comienzos de 2009 desde Colombia. Aquel torneo se cerró las primeras semanas de aquel año y enfrentó en semis a la UdeC con U. Española en La Florida. El triunfo 2-1, con goles de Laffatigue y Vargas, fue el plato de fondo para una jornada doble en la que Ovalle había dejado antes a Huachipato.
“Éramos un grupo que venía de pelear la liguilla de promoción, por lo que esa copa fue linda. Ovalle era fuerte y por algo dejó fuera a Colo Colo, pero eran complejos porque no había muchos registros ni nada de ellos para saber bien de qué manera jugaban”, comentó el defensa Felipe Muñoz, titular en aquella gran final disputada en Coquimbo, la noche del 17 de febrero.
Ovalle dio la gran sorpresa no sólo en la Copa Chile, sino, que en esa final, tras ponerse en ventaja por 1-0 a los 5 minutos con tanto de Gonzalo Soto. “Nos costó un mundo porque nos perdimos muchos goles”, contó Muñoz, agregando que “terminamos sufriendo y Claudio Muñoz sacó una pelota de la línea al final”. Y claro, la ilusión de Ovalle duró poco, al 10’ Vargas puso el 1-1 y Fernando Solís marcó el gol del título al 51’.
Merecido festejo para un novel campeón, que tuvo el merecido premio por tomarse en serio una copa que varios miraron en menos. Un centenar de hinchas festejaron en el Sánchez Rumoroso el primero de dos enormes trofeos que la UdeC luce con orgullo en sus vitrinas.