La nadadora vive en Sao Paulo, uno de los estados brasileños más golpeados por Covid-19. Sola junto a su mascota, dice que cuenta las horas para retornar al país.
Al cierre de esta edición, Brasil sumaba más de 2.700 muertes y casi 44 mil contagios confirmados por covid-19, aunque las cifras podrían ser mucho mayores dada la falta de testeos. El gigante de Sudamérica sufre y Sao Paulo es uno de sus estados más golpeados, con una red de hospitales sumida en graves problemas para dar abasto ante la intensidad del brote.
Justamente, este es el lugar donde hoy está radicada la destacada nadadora penquista, Macarena Quero, quien relata en primera persona lo que es vivir en el epicentro latinoamericano del coronavirus.
“Estoy bien gracias a Dios, pese a que es difícil mantenerse mentalmente viendo cómo cada día aumenta la cantidad de contagiados y fallecidos, especialmente en Sao Paulo que es donde vivo. También complica saber que la cifra real puede ser hasta cinco veces mayor, porque el porcentaje de testeo es bajo. No se conoce la situación en las favelas, se da un número, pero sabemos que hay mucha gente que no está en el conteo oficial”, comenta “Maca” a través del teléfono.
Para la campeona parasuramericana, el discurso del gobierno tampoco ayuda. “Acá hay un presidente que dice que es una ‘gripecita’, un tongo, que lamenta que haya muertos pero que ‘la vida es así’. Afortunadamente, Brasil está dividido en estados, cada cual toma ciertas decisiones y el gobernador de Sao Paulo ha sido categórico en mantener la cuarentena”, expresa.
Sobre su condición, Quero sostiene que trata de mantenerse lo mejor posible. “Debido a mis enfermedades respiratorias empecé la cuarentena preventiva antes de que se aplicara, hace más de cuarenta días ya. Tengo asma. sinusitis crónica, rinitis alérgica y estoy en remisión por hipertiroidismo. Antes había menos gente en la calle, pero ahora veo a muchos haciendo deporte, sumado a que todos los días hay manifestaciones en contra o a favor de Bolsonaro; y lo malo es que uno no sabe quién está contagiado”.
“Creo que si levantan la cuarentena se volverá un caso terrible, aquí hay mucha miseria, gente que vive al día, que necesita ayuda para poder comer. Es un país tan grande pero con estados tan pobres que ya están colapsados, sobre todo en el norte”, advierte.
Y agrega, “lo único que espero es que salgan pronto vuelos a Chile y retornar, porque estoy sola con mi perro tratando de pasar todo esto y no es fácil, hay días buenos pero también malos. Me da miedo contagiarme y estar sola, hacer sufrir a mi familia en Chile, o que se enferme alguno de ellos y estar tan lejos (…) Los aeropuertos siguen abiertos, pero Latam tiene suspendidos sus vuelos internacionales hasta el 30 de abril y creo que se extenderá; solo resta esperar”.
Mientras tanto, “Maca” se las arregla para mantenerse ocupada y abstraerse. “En casa hago muchas cosas, cocino, estudio cursos online, entreno casi todos los días, hago meditación y yoga, veo series y realizo clases online como personal trainer porque soy profesora de educación física”, detalla.
Un esquema que solo rompe cuando debe ir al supermercado, lo que se convirtió en todo un ritual, según reconoce. “Voy toda cubierta, con alcohol gel en la cartera, audífonos para que nadie me hable, mascarilla, una pañoleta en la cabeza con pelo tomado y llevo mis bolsas de género que después lavo. Desinfecto cada envase donde viene la verdura, la fruta, lavo hasta los plátanos y vuelvo a desinfectar el piso antes de ir a la ducha y cambiarme ropa. Solo así sigo mi día tranquila”.