Pasó por el fútbol europeo y jugó con Pinilla, pero el uruguayo de 33 años ahora trajo su talento a la UdeC, donde será dirigido por su tío. “En los clubes donde me tuvo Eduardo, fuimos campeones”, dijo.
Fue el último de la colonia uruguaya que se instaló en Concepción, aunque por ganas, el volante Matías Cabrera no se quedó atrás. “Mentiría si digo que ahora estoy pensando en ser campeón, pero por lo menos la idea es pelear por el título”, dijo el ex Cagliari, quien con 33 años llegó al Bío Bío proveniente del Deportivo Cali.
El nuevo creador auricielo tuvo su debut en Cerro en 2009, luego pasó a Nacional donde se consolidó y jugó copas internacionales antes de saltar al Europa. Entre Portugal e Italia maduró antes de retornar a su país donde alzó el título en 2017 y fue escogido el mejor volante de creación de la temporada.
-¿Qué objetivos tiene su llegada a U. de Concepción?
-En un deporte colectivo, las metas son grupales, pero apunto alto. Me gusta mirar hacia arriba. El club no está en una situación fácil, pero veo buen material en este plantel. Queremos pelear por el torneo.
Será dirigido por su tío, ¿qué significa para usted Eduardo Acevedo?
-Siempre nos fue bien y cada vez que me tuvo en un equipo, fuimos campeones. Me motiva muchísimo ser dirigido por él, porque sé lo que trabaja y cómo entrena. Es un plus tenerlo acá. Eduardo es ganador y tiene siempre expectativas altas. Junto a Gallardo, ha sido el técnico que más me ha marcado.
-¿Cómo fue compartir camarín con Marcelo Gallardo?
-Fuimos compañeros al inicio. La experiencia fue tremenda, ya que después de jugar pasó a ser nuestro técnico. Hasta hoy conservo una amistad muy grande con él y nos juntamos cuando viajo a Buenos Aires. Más allá de lo profesional, es una excelente persona.
-Y futbolísticamente, ¿se parece en algo a él?
-Trato de copiarle. Era un placer jugar con él, ya que con uno o dos toques movía a todo el equipo. Es el enganche que más me gusta, porque en esa posición hay muchos tipos de jugadores, pero el “Muñeco” era un volante ofensivo espectacular. Aprendí lo que más pude de él.
-¿Cómo se describe usted? ¿Qué tipo de enganche es?
-Inicié mi carrera en ese puesto, pero luego tuve entrenadores que no jugaban con un “10” fijo. Así, pasé a ser un volante mixto dentro de un doble 5. Me adapté a lo que pedían los técnicos, pero mi naturaleza es ser enganche.
-Pasó por Cagliari, ¿jugar en Italia lo hizo retrasarse en ese puesto?
-Sí. Allá se prioriza el buen trato de balón y la dinámica es distinta. Disfruté mucho jugar ante estrellas de Juventus, Milán e Inter. En Italia el DT me pedía jugar de doble 5 y así he crecido en distintos puestos, ya que también me gusta ayudar en la recuperación del balón.
-Allá fue compañero de Mauricio Pinilla…
-¡El Mauri! Concentrábamos juntos e hicimos gran amistad y relación junto a su familia. Hace mucho tiempo no lo veo, pero sé que ahora está acá, así que espero nos crucemos en cancha para darle un fuerte abrazo. Tengo lindos recuerdos junto a él.
-¿Qué conocía de Chile?
-Me tocó venir a jugar la Copa Sudamericana con Iquique, cuando estaba en Nacional. Ahí mismo, chocamos ante U. de Chile en un amistoso. La liga chilena ha crecido mucho y se ve muy competitiva desde Uruguay. Chile es un país muy ordenado y, en lo futbolístico, hay grandes escenarios y jugadores.
-Será uno más de la colonia uruguaya que llegó al club…
-Es cómico. Jugamos juntos en Defensor y salimos campeones. Los uruguayos estamos convencidos en que uno no gana cuando entra a la cancha, sino que, desde el vestuario, remando todos para el mismo lado, uniéndonos y generando un buen ambiente. Vinimos a Chile para aportar fuerza y espíritu.