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El estallido social llevado a la cancha: ¿hay real justicia?

“El fútbol es el mejor reflejo de una sociedad en la que se cometen excesos y no hay castigos”, aseguró el presidente lila, Víctor Tornería. Protagonistas locales desmenuzaron desde otro punto de vista un movimiento que trasciende más allá de las marchas. Desde la UdeC, ven a la misma casa de estudios como ejemplo de rebelión contra el poder central.

Por: Carlos Campos 12 de Enero 2020
Fotografía: Lukas Jara

Casi tres meses van desde que la gente salió en masa a las calles a exigir justicia y una mejor calidad de vida. Las demandas son múltiples y por más que la violencia se haya impuesto en las últimas semanas, el tema es perfectamente aplicable al deporte. ¿Hay igualdad en el fútbol chileno? ¿Qué nivel de criterio existe? ¿Se mide a todos con la misma vara? ¿A Colo Colo, U. de Chile o U. Católica los habrían desafiliado si les pasaba lo mismo que a Concepción en 2016?

Víctor Tornería es el presidente morado y comentó que “el mejor ejemplo es lo que pasó ahora con el término del torneo, que se suspendió porque Colo Colo estaba en un cómodo segundo lugar para ir a Copa Libertadores, mientras que la “U” estaba en un incómodo penúltimo puesto. Esta misma liguilla entre equipos de Primera B no tiene ni patas ni cabeza. Pero no es Colo Colo ni la “U”, son las personas que están detrás de esos equipos, que por intenciones personales llevan a clubes por otros caminos”.

A nivel institucional, Fernández Vial vive un muy buen momento en relación a temporadas anteriores. Christian Schmidlin es el presidente aurinegro y afirmó que “siempre existirá desigualdad en la vida y en el fútbol. Siempre habrá algunos que tendrán más que otros y contra eso no se puede luchar. Lo que no está bien, es que dentro de una misma familia, no se incorpore a todos dentro de la repartija. No puede ser que equipos de Segunda debamos cumplir con todo lo que nos pide Anfp, pero no se nos considere para cosas tan básicas como definir el tipo de campeonato que queremos jugar”.

En U. de Concepción se sienten perjudicados también. No por el abrupto cierre de campeonato que en parte los benefició junto a la U. de Chile. “En cadetes estábamos primeros, pero no hubo ascenso de categoría. Y no reclamamos”, dijo el presidente Mario Parada. Pero si en vez de ellos el perjudicado era Colo Colo, la “U” o UC, ¿habría pasado lo mismo? “Probablemente no. Chile se divide en dos y lo sabemos. Por un lado, está Santiago y por el otro las regiones. En ese sentido, el mejor ejemplo es la U. de Concepción como casa de estudios, que fue la gran rebelión para que tuviésemos educación superior en la ciudad, ya que desde el poder central en su momento no se autorizó”, agregó el directivo.

Tornería, por el lado morado, fue más allá. “Si algo ha quedado del movimiento social, independiente de lo que cada uno piense, es que la gente se dio cuenta que se puede organizar y hacer cosas. En el Conce nos pasó lo mismo que a Chile: nos cansamos, nos aburrimos y así después actuamos. Pero somos un a ciudad especial por historia. Acá tenemos terremotos, tsunamis y revoluciones, pero siempre nos levantamos. El fútbol es el mejor reflejo de una sociedad en la que hay empresas grandes que cometen excesos y no tienen castigos. Hay una persona que se robó monumentos por todo Chile y no le pasó nada, pero un tipo que vendió CD’s cayó preso y murió cuando se incendió la cárcel”.

El directivo lila sentenció que “los clubes se asustan cuando decimos que ojalá siempre la tercera edad entre gratis al estadio, pero creemos que ese modelo es más rentable económicamente que lo cortoplacista de traer un jugador venezolano para que haga 10 goles y luego venderlo a Brasil. Dicen que no tenemos ni un peso porque somos directivos y no empresarios, ya que se supone que sólo porque el empresario da trabajo hay que aguantarle su contaminación y varias otras cosas. Esa es la imagen y mentalidad que hay, pero vamos en contra de eso”.

Schmidlin, al respecto, añadió que “el movimiento social ha sido muy transversal. Independiente de tu profesión o clase social, todos nos enfermamos, ricos y pobres. El tema es que a algunos les cuesta más que a otros conseguir el remedio. Por lo mismo, siempre he dicho que ojalá todos los equipos de la zona estén bien arriba. Ojalá que vuelva Naval, que suban Lota y el Conce, que se vivan excelentes espectáculos sin incidentes y se vuelva a los años ‘80 o ‘90, cuando había 5 equipos de 16 en Primera División. El fútbol se vivía acá y se repartía a otras regiones, pero ahora todos se quieren ir para Santiago”.

¿Se mide con la misma vara a los más poderosos con los de Región? El timonel aurinegro dijo, sobre la desafiliación lila y los problemas que vivió Fernández Vial en 2013, que “las cosas pudieron haber sido muy distintas, pero no sé si los presidentes tienen conciencia que esas cosas se generan porque hay poco aporte, consideración y trabajo entre Anfp y equipos. No es solamente un tema de venir a fiscalizar si se está haciendo lo que exigen. En Anfp no se acuerdan que en Segunda División hay directorios que tienen mucho por decidir y aportar. Acá no se pide ni autonomía ni financiamientos igualitarios, sólo se considera que nos hagan parte de alguna forma en lo que se discute internamente. Incluso Anfp manda comunicados y adjunta logos de 32 equipos de Primera A y Primera B solamente, no con los más de 40 equipos que formamos parte”.

Mirada especialista

El sociólogo de la UdeC, Manuel Baeza, explicó que “el fútbol chileno es un espejo de la sociedad, siguiendo la lógica de favorecer a los ‘grandes’ en perjuicio de los considerados ‘chicos’ y que no hacen lobbies, que generalmente suelen ser equipos de provincia. Es difícil avizorar cambios profundos en la medida de que el fútbol profesional obedece a un ‘modelo de negocios’ determinado. Tal sistema no se ajusta a ninguna concepción romántica del espectáculo del fútbol profesional” ¿Se confirma el dominio de los poderosos por sobre el resto? El profesional aseguró que “sin duda. Eso se refleja en el método curioso de votación en la Anfp, con ponderación distinta según la división en la cual se está compitiendo, en circunstancias de que la Anfp reúne más de 40 entidades en el fútbol profesional. Eso implica algo así como una discriminación propia de castas sociales”.

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