Irrumpió en el circuito de menores en 2018, cuando ganó todos los torneos que jugó en la serie Sub 12. Y el año pasado mostró su fortaleza al superar una rebelde lesión y terminar brillando en Sub 14.
Tiene solo 12 años pero una determinación que la hace parecer una consagrada. Oriunda de Los Ángeles, hace unos años se radicó junto a su familia en Concepción, donde dividió su vida en dos partes: sus estudios en el Colegio Concepción Pedro de Valdivia y su pasión por el tenis, que fomenta cada día como miembro del Club de Tenis de Concepción, donde entrena bajo las órdenes del acreditado técnico, Gonzalo González.
“Empecé a jugar en el Club El Avellanito de Los Ángeles a eso de los siete años. No conocía el deporte, pero le di tiempo y dedicación y el resultado fue que me terminó por encantar. Había hecho gimnasia rítmica en el Colegio Alemán de Los Ángeles, pero esto de pegarle fuerte a una pelota me atrajo mucho más, fue todo un descubrimiento para mí y algo que no tuve inconvenientes en aprender de la mano de mi entrenador de entonces, Jorge Palma”, recuerda Consuelo.
Pero como en tantos otros casos, fue cuando empezó a competir que se dio cuenta que se quedaría en el deporte. “El primer torneo que recuerdo fue a los 10 años, noté que mi derecha era un golpe que hacía daño a mis rivales, tanto así que en mi primer campeonato salí tercera. Así fui ascendiendo, al año ya empecé a meterme a los torneos de grado y después a los nacionales, donde un podio terminó por darme la confianza decisiva”, sostiene.
Su primer logro fue un subcampeonato de dobles en un Nacional Grado A jugado en Concepción, apenas el presagio de lo que acontecería el 2018, el año de su irrupción.
El 2018 fue una de esas temporadas soñadas por cualquier tenista, esas donde todas las pelotas van adentro de la cancha y el marcador siempre termina a favor. Basta con resumir que Consuelo ganó todos los torneos nacionales en la categoría Sub 12 (excepto el primero, donde fue segunda), tanto en singles como en dobles.
Primordial para ello fue su llegada al “redil” del entrenador Gonzalo González, que la hizo parte de un grupo que para ella resultó fundamental. “Me entregó cosas nuevas relacionadas con técnica, confianza en mi juego y ser parte de una estructura de entrenamiento que no tenía; me entregó academia”, asevera.
Y agrega, “fue un año sorpresivo, no me esperaba en ningún caso ganarlo todo, son cosas que uno recibe de buena forma. Sin duda me marcó y me dio a entender que puedo llegar lejos”, manifestó la jugadora que también integró el equipo chileno que fue campeón sudamericano Sub 12 en Perú.
Las cosas del destino quisieron que tras un 2018 esplendoroso, la temporada recién pasada fuera una prueba a la paciencia. Una lesión en la espalda la tuvo afuera tres meses que pudieron ser de incertidumbre para cualquiera, menos para Consuelo que aprovechó de trabajar fuerte en su físico.
“Estoy becada por Go Clinic y trabajé con el kinesiólogo Patricio Pincheira que resultó clave para que el problema en mi columna no avanzara. Incluso aproveché de fortalecer partes de mi cuerpo, me ayudó demasiado porque fueron muy comprometidos conmigo”, comenta, junto con resaltar otros aportes esenciales en su carrera. “Mi familia es lo principal, siempre ha estado ahí. También debo agradecer al Gore que me aprobó un proyecto a través del Club Deportivo Alemán de Los Ángeles para jugar varios torneos, y por supuesto a Head, que me aporta con bolas, raquetas, cuerdas y zapatillas. Ni hablar de mi técnico, Gonzalo González, que es otro pilar”, afirma.
Así y todo, igual consiguió sumar logros a su haber, como el vicecampeonato de dobles en el Cosat realizado en el Club de Tenis Concepción. Siguió su racha para terminar subcampeona en singles del Grado 1 de Santiago, actuaciones que la prepararon para sus próximos desafíos, donde encadenó sendas finales en el Grado 1 Cosat de Santiago y otras dos en su periplo por Paraguay (Cosat APT Junior Open y Rakiura Junior Open).
“Físicamente estoy bien bajo la tutela de mi preparador físico Felipe Pérez, de High Performance, quien está todos los días conmigo. Tengo la ayuda de una psicóloga deportiva que refuerza una de mis fortalezas como es mi cabeza; tengo la capacidad de competir y siento que eso marca la diferencia en los campeonatos”, asegura.
En cuanto a sus objetivos en el deporte blanco, Consuelo muestra una vez más su madurez emocional, señalando que prefiere avanzar paulatinamente. “Quiero consolidarme en los Cosat y ver cómo se va dando todo, no me quiero presionar, la idea es que vaya fluyendo todo”.
Junto con reconocerse admiradora de Simona Halep -“es chiquitita igual que yo, me gusta como se mueve y me veo reflejada en ella”, dice-, Consuelo destaca todo lo que le ha entregado el tenis. “Es un deporte solitario, pero permite ser más independiente, conocer nuevas personas, hay que vivirlo para entender todas las cosas que entrega”, analiza.
Será por todo eso que Consuelo deja tantas cosas de lado y está dispuesta a hacer un esfuerzo extra para permanecer en el deporte de sus amores. “Entreno de cinco a seis y media de la tarde, y después hago trabajo físico de seis y media a siete y media; eso es todos los días. Y, obviamente, en la mañana voy a clases como cualquier estudiante. Mis amigas me preguntan si no es cansador, y yo les contesto que por supuesto, pero cuando algo te gusta y quieres crecer en él, hay que esforzarse. Y yo estoy determinada a perseverar”, concluye.