Los Ángeles se quedó sin Sudamericano de Futsal, Chile sin Copa Libertadores y el fútbol lleva cuatro semanas intentando regresar.Ha sido un tiempo caracterizado por la opinión social de los deportistas y la idea generalizada de que el país tiene temas de fondo más importantes que solucionar.
El sábado 19 de octubre, se jugaba la despedida de Héctor Mancilla, con poco más de 600 personas en el CAP. Por otra parte, Vial empataba 1-1 con Lautaro en Collao y en las calles comenzaba a replicarse lo que el día anterior estalló en Santiago, a partir de los incidentes en el Metro. Las primeras barricadas en Los Carrera, a través de Paicaví, el Uber que ya no funcionaba, los cacerolazos y la sensación de que algo grande estaba pasando, sin certeza de cómo prendería y cuánto podría durar. Han pasado 34 días, mucha agua bajo el puente y la calma está lejos de llegar.
Ese primer fin de semana de protestas, el fútbol profesional debió suspenderse. Huachipato estaba en Iquique y quedó casi tres días parado en el norte por problemas con los vuelos. San Marcos y Vallenar tuvieron idéntico problema. El descontento recién tomaba forma, pero el volante acerero César Valenzuela ya comentaba que “la Anfp se equivocó y debió suspender antes. No está el ambiente para jugar”.
También se suspendieron tres corridas agendadas en nuestra zona (Hualqui, PDI y Chiguayante). Todos hablaban de reagendar, pensando que el estallido social pararía luego, quizás esperando prontas respuestas desde arriba. Nada de eso, el calendario deportivo seguiría tachando fechas.
El 22 de octubre, el Gobernador de la provincia de Bío Bío, Ignacio Fica, anunciaba que el Sudamericano de Futsal, evento histórico para Los Ángeles, quedaba suspendido. Explicó que hubo intentos de saqueo y no habría dotación de Carabineros disponible. No era el único gran torneo que veía truncada su realización. El Mundial de Karate en Santiago y el Sudamericano de Rugby Sub 18 también fueron dados de baja. Días más tarde, sería el turno del Sudamericano Sub 17 de Básquetbol en la capital.
El 24 de ese mes, renunció Juan Pablo Spoerer como seremi del Deporte y el 28 asumió como ministra de la cartera, a nivel nacional, Cecilia Pérez, que fue removida desde la vocería de Gobierno. Reemplazó en ese puesto a Pauline Kantor, en la misma movida que sacó de sus cargos a Andrés Chadwick, Felipe Larraín, Nicolás Monckeberg y Juan Andrés Fontaine.
Pérez asumió el 28 de octubre como ministra del Deporte. Aseguró que la final de Libertadores se jugaría en Chile.
Pérez recibió fuertes críticas de los deportistas locales. “Fue un premio de consuelo para no sacarla del gabinete”, comentó la atleta Margarita Masías. “Al final pusieron a alguien por ponerlo, demostrando que no les interesa el deporte”, fueron las palabras de la canoísta Paula Gómez, mientras que el corredor Víctor Aravena aseguró que “esto será un retroceso”.
El hockey y el básquetbol nacional también suspendieron sus fechas, el fútbol seguía sin actividad. En ese ambiente de anormalidad, la ministra quiso llamar a la calma y aseguró que “la Copa Libertadores se jugará en Santiago. Eso puedo confirmarlo, cumpliremos nuestros compromisos”. Seis días después, la Conmebol anunció que era imposible jugarla en Chile y se llevó la final hasta el Monumental de Lima. Se jugó ayer.
Fue el momento en que muchos deportistas sacaron la voz, hablaron de las demandas de la gente, analizaron la realidad social. Muchos participaban en las marchas después de entrenar y no tuvieron miedo a confesarlo.
La paracanoista Katherinne Wollermann expresó que “los manifestantes no son violentos, nos están violentando a nosotros. He visto unidad y ojalá eso genere cambios reales”, mientras que el técnico Jorge Garcés sostuvo indignado que “hace rato nos están metiendo el dedo en la boca sin anestesia, por no decir en otra parte. ¿Hasta cuándo? Ojalá sea hasta ahora, por nuestros hijos, por nuestros nietos”.
Por otra parte, el 5 de noviembre, se borró definitivamente la posibilidad de que el partido de fútbol entre Chile y Bolivia se jugara en el Ester Roa Rebolledo. Estaba agendado para el 15. Justo una semana después, la selección chilena, por decisión de los jugadores, decidió no presentarse en Perú. El técnico Reinaldo Rueda esbozó la opción de presentar su renuncia.
El básquetbol volvió a la UdeC el 9 de noviembre, con la UdeC cayendo en la prórroga ante Leones de Quilpué. Ese mismo día se disputó el Nacional de Remo en las aguas de Llacolén. El primer partido de fútbol competitivo en la zona fue el 29 de octubre, con Lota Schwager igualando 1-1 con Cabrero, ante 200 personas. El 4 de noviembre, Deportes Concepción jugó sin público ante Municipal Santiago.
Un hito fue lo acontecido el 10 de noviembre, con los lilas recibiendo a Ovalle, sin carabineros resguardando la seguridad. Asistieron más de 5 mil personas y no se registraron incidentes. Eran días donde el atletismo local destacaba en los Juegos de la Araucanía, en La Pampa, y Alemán lograba un valiosísimo tercer lugar en la Liga Nacional de Vóleibol. La Anfp dio por terminado el torneo del Fútbol Joven y programó para el viernes 22 la reanudación del fútbol de Primera.
Pero el intento por volver a la normalidad no funcionó. La Calera e Iquique abrieron la fecha en cancha neutral, entre numerosas amenazas de hinchas de varios equipos. La Anfp fue terca, el CDF puso presión y los barristas de Colo Colo ingresaron a la cancha de La Florida. El partido se suspendió, horas después, se reunieron los directivos del fútbol y decidieron que la fecha no se jugaba. La UdeC ya había viajado a Antofagasta.
El martes habrá Consejo de Presidentes para tomar una decisión definitiva: reagendar o cortar el torneo definitivamente, así como está. Por otra parte, también se puso en duda el Mundial de Rally 2020, por un tema de infraestructura -hoy por los suelos- y la posibilidad de que coincida con la fechas tentativas para un plebiscito. Algo queda claro: la normalidad en el deporte, también está lejos de volver.