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Rafael Muñoz, atleta: Otro hijo del carbón que nació para ser una flecha

El oriundo de Lagunillas y alumno de Auditoría del Instituto Virginio Gómez es el máximo actor de Adesup en las distancias de 400 y 800 metros planos, y explota con fuerza en el circuito federado.

Por: Samuel Esparza 28 de Octubre 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Llegó al atletismo invitado por uno de los formadores más reconocidos de la Región, Luis Seguel Garrido, del Club Juan Silva de Lota. Reconoce que aceptó solamente porque era tan inquieto que lo echaron de un colegio católico, así es que en un comienzo no le tomó mayor interés. Eso hasta que participó en su primera competencia y fue uno de los mejores. Desde ahí, Rafael Muñoz (22 años), dejó de ser el típico coronelino bueno para la pelota y se unió al otro inmenso grupo de hijos del carbón, esos que no tienen rivales a la hora de aplanar calles.

Lo otro que le encantó fue que en cada competencia podía conocer nuevos lugares. Eso sí, debió trabajar el doble porque reconoce que no era de los más talentosos y por cada hora que un compañero entrenaba, él debía entrenar dos. “En mi caso fue una combinación más de esfuerzo que de talento, tener que levantarse muy temprano, ir todos los días a la pista, los siete días de la semana, invierno y verano, y eso que era chico. Tener que llegar a la casa a estudiar después de un entrenamiento fuerte o un viaje largo era duro; no es para todos”, dice.

Pero dice que pronto se dio cuenta que valía la pena. “Entré a los 15 años a atletismo, gané los Juegos de la Araucanía, también los Juegos Escolares. Después fui campeón nacional juvenil en la posta 4×400 con la segunda mejor marca chilena desde la época de Pablo Squella, y yo era un ‘pollo’ corriendo en el Estadio de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y frente a esas bestias que son los cubanos, estadounidenses o dominicanos. Pero no me achiqué y el apoyo de mis compañeros fue fundamental”, asegura.

Y eso no es todo, porque en su currículo ostenta también el oro iberoamericano adulto del 4×400 conseguido en Trujillo, además del podio Sudamericano Sub 23 en Cuenca y en los Juegos Bolivarianos (también en el 4×400), coronando todo con el título individual Sub 23 en el Sudamericano de Ecuador.

Asimismo, este año fue semifinalista en el Mundial Universitario en Nápoles, además de llevar los colores de Chile en los Juegos Panamericanos. Es decir, una carrera que no para de ascender.

Isidoro Valenzuela M.

Mandando en Adesup

Hoy “Rafa” cursa segundo año de Auditoría en el Instituto Virginio Gómez, actividad que no lo ha alejado del deporte. “Hasta cuarto medio pensé que cuando entrara a la U me iba a retirar porque no tendría tiempo, pero he logrado mantenerme, ya que me organizo bien todos los días: me levanto a las 8 y voy a clases de 10 a 14, después entreno y vuelvo al instituto. Ahora se me hace un poco más fácil porque arriendo una pieza en Concepción y no debo correr tanto”, señala el deportista del Club Social y Cultural Diamantes de Coronel.

Por lo pronto, en Adesup manda sin contrapeso y clasificó a la final de las Ligas Deportivas de Educación Superior que se realizarán en Punta Arenas. “He visto universitarios que no se atreven , hago el llamado a que se organicen, que se atrevan a hacer actividades deportivas, una hora al día por lo menos es posible”, asegura el deportista que tiene como mejor marca en los 400 metros planos 47.42 segundos.

Sin techo visible

Actualmente, Rafael Muñoz trabaja bajo las órdenes del reputado técnico, Jorge Grosser, quien pese a su tremendo rendimiento en 400 metros planos, lo convenció de pasarse a los 800 metros, que se convirtió en su prueba preferida siendo también uno de los mejores del país.

De hecho, para la última etapa del ciclo olímpico que será el próximo año, tiene en mente correr la distancia en el Iberoamericano y Sudamericano Adulto. “Creo que si hago buen papel y me aproximo a la marca mínima de 1:46, puedo clasificar a algo importante; hoy tengo 1:48. Sé que es posible, me falta más roce internacional y creo que lo consigo”, manifiesta.

¿Por qué te gusta correr?

“Aún no lo tengo claro, quizás es porque soy competitivo y porque este deporte es distinto a todos; la garra al final, el ácido láctico que sientes en los últimos metros es algo indescriptible. Dicen que después del maratón, los 800 metros planos es la prueba atlética más dura, llegas hecho pedazos a la meta. Por eso digo que todavía no entiendo por qué me gusta tanto este deporte”.

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