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Gabriel Toledo dejó la cancha para saltar vallas y soñar en grande

El estudiante del Colegio de los Sagrados Corazones disfruta un brillante e inesperado presente que hasta hace un año jamás imaginó. Acaba de clasificar a la etapa nacional de los Juegos Deportivos Escolares tras pocos meses de entrenamiento. El atletismo y la pista lo reencantaron.

Por: Carlos Campos 23 de Septiembre 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

Casi de casualidad Gabriel Toledo se encontró con un deporte que hoy lo tiene tremendamente motivado y lleno de ilusión. El joven de 16 años va en segundo medio del Colegio de los Sagrados Corazones, viviendo al máximo una entretenida etapa en el atletismo.

Y literalmente su buen rendimiento en la pista fue una sorpresa para él, tras haber dado sin mucho éxito su primer paso deportivo en el fútbol. “Siempre había estado entre fútbol y atletismo. Pero como en primero medio estaba el deporte obligatorio y había que elegir uno, yo escogí fútbol. Me fue mal y no andaba en ni una”, asume entre risa y resignación el estudiante que toda su vida ha estado en el mismo colegio. Ya es casi su segunda casa, en la que recién entrena seriamente desde hace unos meses. Él mismo lo reconoce así. “En realidad practico desde chico, aunque desde diciembre del año pasado y este verano me lo estoy tomando con más seriedad”, cuenta. Y aquello tiene una explicación. “Tenía muchas ganas de ir a las Confraternidades Deportivas en Viña del Mar y del fútbol me pasé al atletismo. Algo competí, pero recién empecé a tener buenos resultados a fin de año”, explica Gabriel.

¿Y qué eran las Confraternidades? El estudiante de 16 años agregó que “son competencias donde van los cuatro colegios Sagrados Corazones del país: San Damián Valparaíso, Manquehue y Padres Franceses en Viña. Para estar en esa instancia es que dejé el fútbol, en el que tampoco me iba muy bien. En realidad, cumplía y me iba decente de lateral o defensa, pero en el atletismo ha sido todo mucho mejor”.

Apunta alto

¿Cuál fue la gran sorpresa entonces del buen rendimiento de Gabriel? “Es que algo competí y entrené, pero no pensaba que tan rápido conseguiría buenos resultados. En la parte final de la temporada pasada me empezó a ir bien y esa etapa me sirvió muchísimo para darme cuenta que podía rendir. Luego fui a Chillán a participar del campeonato Padre Hurtado, que es una copa a la que me invitó Edgardo Molina (profesor). Es interesante esa competencia y quise ir, por si acaso, por si ganaba algo. Sinceramente mucha fe y esperanza no tenía, pero me quedé con el segundo puesto en el 110 metros vallas, tras estar entrenando sólo un par de meses”, detalla.

Y más allá de la sorpresa que pudo causarle su buen rendimiento en la pista, lo importante realmente es que para Gabriel aquello se tradujo en más ganas de entrenar. La ambición creció en él. “Me motivé al descubrir que fui muy rápido y logré buenos resultados, por lo que desde ahí me propuse que tomaría esto mucho más en serio. En realidad, siempre me había ido más o menos nomás en varias cosas, pero es porque no las tomaba con seriedad. Después de ese torneo Padre Hurtado hice click y me dije ‘oh, quizás puedo andar bien en el atletismo, por lo que seguí entrenando. Y así, ahora acabo de clasificar a la etapa nacional de los Juegos Deportivos Escolares. Hace un par de días corrimos la etapa regional y todo ha ido muy bien”, afirma él.

En cuanto a lo académico, Gabriel proyecta un futuro ligado al deporte, aunque como buen estudiante que cursa la mitad de su enseñanza media, aún no decide la carrera que seguirá. Una realidad que vive la gran mayoría de los jóvenes de su edad. “Siempre me ha ido bien y en realidad tengo, no sé cómo decirlo, ¿talento? Porque estudio poco y tengo siempre bastante tiempo para entrenar. El atletismo para mí es entrenamiento. Lo paso bien y comparto con mucha gente. Lo único claro que tengo, por ahora, es que no me iré a lo humanista, pero sólo hasta ahí llega mi nivel de decisión. Apunto a meterme en el podio nacional de los JDE, porque se hace mucho más fácil postular a una beca deportiva”, cerró Gabriel Toledo, aterrizado, maduro para su edad, con una familia a su lado que lo apoya y respalda, mirando con cierta sorpresa, pero felicidad a su vez, el buen momento deportivo que vive un joven que encontró en el atletismo una nueva manera de sonreír.

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