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Benjamín Campos, figura de Adicpa: cuando creces y la paleta se hace parte de tu mano

A sus 15 años, el tenimesista del Liceo La Asunción de Talcahuano ya ha representado un par de veces a la Región del Bío Bío y tiene sueños de grande. Es un apasionado de su disciplina y un ejemplo de trabajo para mejorar día a día.

Por: Paulo Inostroza 09 de Septiembre 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Parece inofensivo, un cabro tranquilo que entra a la sala como cualquier otro. Eso hasta que se saca el polerón, muestra el color rojo de La Asunción y pone la paleta en su mano. Ahí todos saben quién es y esperan que Benjamín Campos no esté en el lado de enfrente. Sí, porque el joven de 15 años, porteño de cuna y crianza, es uno de los habituales ganadores del tenis de mesa de su categoría. Actualmente, cursa Segundo Medio y tiene muchos sueños, pero sabe que para lograrlos no hay que cerrar los ojos, sino que trabajar duro.

El “Benja” contó que “juego desde Tercero Básico y el año pasado me empecé a tomar esto más en serio, cuando entré a Huachipato. Empecé en esto jugando con un amigo, después me metí a un taller en el colegio, con el profesor Cristián Muñoz, que antes era del Salesiano. Con él hice mis bases y aprendí cuando esto era un pasatiempo y no sabía nada de técnica ni golpes”.

Claro que hay mucho de talento innato, de materia prima. Pero mucho se trata de constancia y dedicarse día a día a mejorar. “Al principio, no era tan bueno, pero le ponía mucho empeño y los profesores se daban cuenta que uno es un apasionado. Siempre pensé que podía llegar lejos si trabajaba duro. Para ser bueno hay que entrenar mucho, corregir, escuchar a los que saben, mejorar esos puntos donde más fallas. Y también hay que saber jugarle a cada rival que te toca, porque todos tienen estilo distinto. Es un deporte de harta inteligencia”, aseguró.

De los aspectos más específicos del deporte, destaca que “lo principal es tener una buena técnica de golpe, pero también tienes que saber moverte, lograr un buen saque”. Y se nota que lo ha perfeccionado, porque cuando preguntamos a otro profesor “quiénes son los que andan bien”, inmediatamente Benjamín es uno de los mencionados, mientras calienta en las mesas del centro.

Sueños de niñez

El viernes participó del tercer sumatorio de Adicpa, nivel Enseñanza Media, donde el nivel es alto, pero también donde se advierte un alto grado de compañerismo. Y Benjamín sabe que para superar vallas el camino es largo, aunque entretenido cuando es lo que más te gusta.

“Fue muy bueno entrar a Huachipato, donde he mejorado harto pese al poco tiempo Se nota la diferencia. Me doy cuenta, también uno ve los resultados. Me tocó ir el año pasado al Regional escolar en Los Ángeles y este año, hace 3 semanas, fui a otro Regional en Arauco. Lamentablemente quedé sexto. No sé, no me sentía muy seguro y me jugó en contra. En este deporte influyen mucho los estados de ánimo, creerse el cuento, en el buen sentido”, advirtió.

Respecto de ese detalle, que tanto ayuda después en la vida misma, detalló que “acá fallas una, dos veces y te puedes ir abajo. Si piensas que vas a perder, eso va a pasar. Si fallas puntos debes seguir pensando que tienes juego para ganarlo, ser siempre positivo y confiar en ti”.

¿Y qué dicen en su casa? “En mi familia les gusta el fútbol y conmigo se han metido en el tenis de mesa. Ahora entienden mucho del deporte. Mi papá me va a ver y me corrige algunas cosas, me calma cuando me enojo, pero sobre todo me apoyan mucho. Me cuidan”, expresó.

Sabe que su deporte no es tan popular como otros y lanza que “en el colegio hay un taller, pero no hay tanta gente como antes. Recuerdo que alguna vez estaba repleto, ahora hay casi puros niños de Quinto Básico y esos niveles”.

Del nivel en la competencia local, comentó que “en cuartos de final ya se notan partidos de gran nivel. En mi categoría siempre me toca pelear las finales con Joaquín Martínez (San Cristóbal), Cristóbal Vergara (Almondale Lomas) y Álvaro Sáez (Concepción Pedro de Valdivia). Con los dos primeros entrenamos en Huachipato, nos conocemos y somos amigos. Eso es divertido”.

Asegura que, más allá de la disciplina, lo importante es practicar deporte, y cuenta que “en Séptimo y Octavo yo era seleccionado de fútbol del colegio, pero me sumergí en el tenis de mesa y es mi pasión, mi todo. Sueño con llegar a un Nacional y estar entre los primeros 8. Hay algunos que a mi edad ya lo consiguieron, pero nunca dejo de soñar que me va a pasar a mí. Tengo compañeros que son más flojos, pero los que sí practican se meten siempre en fútbol y básquetbol. Yo les hablo de mi deporte, los entusiasmo y defiendo el tenis de mesa. Ahí empiezan a preguntarme cosas. Trato de contagiarlos”.

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