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Matías Gatica, estrella del hándbol UdeC, sueña con otro Mundial

Es uno de los pilares del poderoso cuadro de UdeC, que siempre está pensando en la competencia ante los grandes de la capital y Valparaíso. Pero este alumno de Odontología también tiene otro sueño: defender otra vez a Chile, como hace dos años en Georgia. Una experiencia que quisiera repetir.

Por: Paulo Inostroza 01 de Julio 2019
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Lleva la “7” en la espalda y todo saben que cuando el balón pasa por sus manos, algo puede pasar. Rota un par de veces, pasa a un compañero que se la devuelve y, de pronto, saca un latigazo que infla la red. Así es Matías Gatica, joven de 19 años que estudia Odontología en la UdeC, y se da tiempo para destacar en el hándbol, deporte que lo apasiona desde chico.

El equipo auricielo siempre es el gran favorito de nivel Adesup local, aunque este sea un año de renovación. “Este es un equipo súper nuevo donde todos somos de Primero, Segundo y Tercer Año. Egresaron varios jugadores importantes, pero la forma de jugar y la base se mantienen. Muchos venimos desde el club Unión Universitaria y nos conocemos desde las divisiones menores. Eso se nota cuando entramos a la cancha. Tenemos harta onda y nos hablamos mucho para corregirnos” apuntó el sampedrino.

Y esos años juntos marcan una diferencia importante. Matías señala que “en el hándbol, el conocimiento entre los compañeros es fundamental. Saber lo que puede hacer el otro, entender cómo pueden moverse antes que lo hagan. Así, hay jugadas que salen ya de manera natural, sin que alguien tenga que mandarlas”.

Pareciera que a nivel local no tienen mucha competencia, en una liga que va creciendo poco a poco y ya incluye seis equipos a nivel universitario. “Siempre nos preparamos pensando más en la competencia de Santiago porque acá en la zona el más fuerte es la UBB, pero creo que nosotros somos superiores. Lo más difícil es cuando tienes que competir a nivel nacional y enfrentarte a la Católica, la Universidad de Chile o la de Valparaíso. Hay que prepararse para eso”.

¿Y qué otras virtudes tiene este equipo joven, pero con hartas competencias en el cuerpo? “Lo mejor de este equipo, aparte de ese conocimiento entre nosotros, son las ganas de lograr cosas. Este es mi segundo año y veo que, más allá de ser de los nuevos o no tanto, todos sentimos que hay equipo para lograr cosas importantes y por eso damos la vida en cada partido. Eso se nota. Hay una actitud ganadora”, advirtió.

Salta, Martín

Sobre sus inicios, Matías cuenta que “juego hándbol desde muy chico. Creo que desde Sexto Básico. Yo siempre fui zurdo, así que un día me dijeron que necesitaban alguien por ese lado y fui a probar qué pasaba. No salí más. Jugaba fútbol y básquetbol un poco, pero no me gustaba tanto. Lo lindo del hándbol es que es un deporte en equipo, pero tú eres responsable de todo lo que pasa. Me gusta mejorarme a mí mismo, perfeccionarme y hacerlo en función del equipo. Es la única forma”.

De sus fortalezas, destacó que “mi fuerte siempre ha sido el rechazo para saltar y lanzar desde afuera. También meterme en carrera. Todo aquí se entrena, aunque el rechazo tal vez lo tenía de antes porque jugaba básquetbol y practicaba harto los movimientos de piernas”.

¿Y qué dicen en su casa? “En mi familia nadie más jugó hándbol. Como que no lo entienden mucho. Al principio venían más a verme, pero con los años es a uno el que no le gusta tanto que lo miren. De todas formas, les gusta que esté en el deporte y son un apoyo siempre”, precisó.

También tiene recorrido con la “Roja” y contó que “partí el 2014en selecciones de cadetes, aunque no prosperó mucho porque yo era muy inmaduro y no me tomaba esto tan en serio. El 2017 me llamaron al Mundial Sub 19 en Georgia y eso es otra cosa. Es como vivir un sueño, estar en otro país, defendiendo a Chile, cantar el himno. Después de algo así quedas con ganas de volver y medirte de nuevo con los jugadores europeos, que son los más fuertes del mundo. Me gustaría saber realmente cuánto he mejorado”.

Hoy estudia, juega y recomienda que “gracias a una beca deportiva entré a Odontología. Es una gran ayuda y uno no le toma el peso cuando es chico. Yo les diría a los muchachos que están en la Enseñanza Media o antes que si algo les apasiona y sienten que son buenos, practiquen mucho, sean profesionales y se les puede abrir alguna puerta. Esforzarse siempre”.

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