Fueron titulares en los dos primeros juegos, pero tras el desastre ante Japón, el técnico Bernardo Redín decidió prescindir de los dos valores locales: Nicolás Ramírez y Víctor Retamal. El lateral de la UdeC y el central de Huachipato no vieron acción en el triunfo de la Sub 23 de Chile ayer en Toulon. Fue 2-1 sobre Inglaterra, gracias a una meritoria reacción en la parte final que apenas logró maquillar esta eliminación en primera fase. El equipo del recambio va por “Copa de Plata” o Bronce, premio de consuelo.
Portugal ganó en la previa a Japón (sin Hatate y Mitoma) por cuenta la mínima, con gol de Umaro Embaló, a los 85’. Ese resultado complicó las opciones chilenas, pues obligaba a golear a los ingleses por diferencia de cuatro goles para intentar, al menos, ser el mejor segundo. Este nuevo Chile, que sólo mantuvo cuatro piezas del equipo goleado ante Japón, era incapaz de generar situaciones para marcar y cada minuto que pasaba los eliminaba un poco más.
Sobre todo, luego que Joe Willock abriera la cuenta en el quinto minuto de agregado, antes de irse al descanso. Redín intentó dar vuelta las cosas con los ingresos de Ángelo Araos, Ignacio Jara y Pablo Aránguiz, por lejos el mejor de la cancha, pese a que apenas jugó un tiempo. Jara, de Cobreloa, emparejó a los 87’, con derechazo rasante, y Aránguiz anotó el 2-1 final, con un tirazo que pegó en el zaguero Guehi.
Redín celebró como si el gol significara mucho. Quizás en su balance personal lo fue y podrá decir que Chile ha ganado dos partidos y perdió sólo uno, que ha rescatado el 66,6 por ciento de los puntos en juego y puede seguir mejorando esos números. Pero, en cancha, se ha visto poco de buen fútbol y escasas figuras rescatables. El Torneo de Esperanzas deja más dudas que certezas. Ojalá, esta Sub 23 se despida dejando un mejor gusto.