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UdeC batalló, pero no pudo frente a O’Higgins

Campanil perdió 4-2 ante O’Higgins y la opción de levantar la copa se alejó restando dos fechas. Auricielos lucharán por clasificar directo a Copa Libertadores 2019.

Por: Diario Concepción 02 de Noviembre 2018
Fotografía: Agencia UNO

Duró un tiempo y medio en un partido decisivo. El Campanil cayó ante O’Higgins por 4-2, quedó muy complicado de cara a la lucha por el título y estiró sus números rojos jugando como visita en el segundo semestre. Por el trámite del partido, quizás, un marcador excesivo, pero que no resta justicia al triunfo que consiguió el equipo celeste.

Fuerzas parejas

Seguramente Bozán tenía más que claro que la defensa local no era de las más sólidas del torneo. Por algo, al comienzo del partido, UdeC remató a portería buscando meter presión de inmediato a la salida de O’Higgins. Un indicio.

Fueron entretenidos los 45’ de inicio, de ida y vuelta, con los dos equipos buscando el arco rival y generándose oportunidades. Y así el Campanil abrió el marcador, con un sólido cabezazo de Camargo que aprovechó las licencias de una defensa celeste que se quedó con las marcas de Vittor, Mencia y Riveros. Huentelaf pudo aumentar con una “chilena”, pero su remate salió muy centrado.

Pero el local también generaba fútbol y empató con un golazo de Oroz. Impecable zurdazo donde el “Tigre” poco pudo hacer. Y el local se puso adelante en el marcador gracias a un penal convertido por Mazzola, previa mano de Ramírez.

Iban 34’ y el equipo de Bozán no solo caía, sino que estaba frustrado y aquello se notó por minutos, pero antes del descanso cayó el llamado “gol sicológico”. El Sub 20 Ramírez enmendó su error y, tal como en los primeros segundos de partido, fue a presionar la salida de O’Higgins y ganó la pelota, tocó con Droguett quien puso el 2-2. Anímicamente una inyección de cara al segundo tiempo y, futbolísticamente, algo de justicia al marcador.

Todo se derrumbó

Con muchos ingredientes se dio inicio a los últimos 45 minutos en Rancagua. Había una sensación de que se jugaba una final, ya que los locales se jugaban una chance por acercarse a zona de clasificación a Copa Sudamericana, mientras que el Campanil lucha por objetivos más altos. Al margen de aquello, los celestes sabían que estaba en sus manos la opción de tomarse revancha por el título que UdeC les quitó en 2016, por lo que el partido tenía cierto “morbo”.

El duelo era muy parejo, esos que se deciden solo por algún error o una individualidad. Y el Campanil tuvo ocho minutos de terror. Una pifia en el despeje de Vittor, al 64’, terminó en centro y cabezazo de Mazzola que, muy sólo en el área, marcó el 3-2 para el local.

Segundos después Figueroa, que había ingresado por lesión de Huentelaf, bajó a Salas y dejó a UdeC con diez jugadores. Todo más que cuesta arriba, más aún cuando el mismo Salas ganó la posición a Pacheco y anotó el 4-2 al 72’.

Dura caída y si el Campanil ya no dependía de sí mismo para lograr el título, ahora lo que se complicó es la clasificación directa a la Copa Libertadores del próximo año.

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