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Joaquín Martínez, la pequeña paleta que sueña con defender un día a Chile

Alumno del colegio San Cristóbal lleva tres años destacando, ganando a nivel de Adicpa y ya aspira a más. Entrena en Huachipato con Matías Contreras y su consejo es: juega y estudia

Por: Paulo Inostroza 13 de Agosto 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Es pequeño, pero con mucha personalidad. Nos recibe en la entrada del colegio San Cristóbal, en calle Colón, y de inmediato nos lleva donde están las mesas, despliega una y nos cuenta cosas en el camino. No es de esos chicos tímidos que hay que sacarles las palabras a empujones. Le gusta hablar. Y, bueno, le gusta soñar y tomar su paleta para demostrar lo que sabe. Joaquín Martínez tiene 14 años, cursa Primero Medio y es uno de los grandes créditos locales en el tenis de mesa.

El muchacho, que vive a pocas cuadras del colegio, contó que “empecé con el tenis de mesa desde chico. En Quinto Básico me especialicé más, pero fue en Segundo cuando un ‘profe’ me dijo que fuera y me entusiasmé. Antes jugaba fútbol, como casi todos, pero cuando me equivocaba o cometía algún error sentía que todos me iban a pifiar o retar. En el tenis de mesa es distinto. Si me equivoco es culpa mía y si alguien se enoja conmigo soy yo mismo, pero se me pasa luego. El fútbol era tensión, acá me entretengo más”.

Y de a poco comenzó a progresar y a meter miedo en cada remache. “En el tenis de mesa hay mucho de talento, pero existen muchos tipos de golpes que uno al principio no conoce y necesita trabajarlos. Yo entreno en Huachipato, de siete a diez de la tarde y es un trabajo bien fuerte. Me toca lunes, miércoles y viernes, que no es poco. Salgo del colegio tipo dos y media, voy a mi casa a hacer las tareas y en la tarde parto para allá. Parece súper pesado, pero la verdad es que toda la semana estoy esperando que sea lunes, miércoles y viernes porque son los días que más me entretengo. Igual me queda todo cerca de la casa”.

Y en el patio del colegio siempre hay dos mesas para que los chicos jueguen un rato. Joaquín detalla que “mi profesor en el colegio es Carlos Rivas y en Huachipato están Carlos Vegas y Matías Contreras, que también jugó ahí y es profesional. Todos me aconsejan mucho”.

Subiendo podios

El trabajo y dedicación han dado frutos y, en estos últimos años, Joaquín se ha colgado varias medallas. “Me tocó jugar Adicpa el último año y lo gané, pasé al Provincial y también lo gané. En el Regional gané dos partidos, pero me faltó poquito para ir al Nacional, que es el que te lleva al Sudamericano. Creo que esta vez era en Colombia. Esa es mi meta. El año antepasado también fui el mejor de Adicpa, pero no me fue tan bien en el provincial. Y pude jugarlo otra vez, pero en esa ocasión me dio una pulmonía y me lo perdí. Me quedé en la casa con fiebre, pero sabía que ya vendrían más torneos importantes”, comentó ilusionado.

¿Hay algún gen familiar que explique este gustito por las paletas? Este chico, de promedio 6,0 en el colegio, señaló que “mi abuelo jugó tenis de mesa, igual que mi tío y después como que se lo heredó a su hijo. Igual es una cuestión bien de familia. Mi primo fue uno de los que me entusiasmó y me llevó a Huachipato, pero después quedé solo, pero siempre me han estado apoyando todos”.

Le gusta mirar al sueco JanOve Waldner y cuenta que “en mi casa no tengo mesa. Estamos juntando lucas para comprarme una, pero no es barata. Para el Día del Niño quería una, pero faltó plata. Es un sueño porque ayudaría harto tener una aquí mismo y entrenar todos los días. Cuando juego va siempre mi mamá a verme. A veces mi hermana o algún tío. Yo tengo una hermana mayor, mi mamá Mónica y su pololo Marco, que es como mi papá. Siempre se ponen contentos cuando me va bien”.

Joaquín Martínez | foto Isidoro Valenzuela M.

Sus logros y victorias han motivado a los muchachos del Primero Medio. Joaquín indicó que “en mi curso hay como dos grupos: los que andan todo el día con el ‘celu’ y los más deportistas, que nos gusta el fútbol y el tenis de mesa. Yo estoy entusiasmando a hartos compañeros en esto, me ven jugar y ahora somos varios los que paleteamos. Hace poco, a un compañero le armé una paleta, le pegué las gomas y me quedó súper buena”.

Sobre sus rivales y compañeros al otro lado de la red, expresó que “en Adicpa participan de Básica y Media y, del colegio, a veces me toca ir yo solo por los de Media. Los rivales más buenos siempre son los de La Asunción, Almondale y el Colegio Inglés. Con ellos ya nos conocemos, leseamos harto, jugamos y salimos juntos a comprar cosas cuando hay competencia. Es bueno el ambiente, es entretenido”.

Y pese a que falta mucho para que salga del colegio y pensar en una PSU, sus entrenadores ya le tocaron el tema. “Voy en Primero, pero mis ‘profes’ ya me han hablado harto que cuide mis notas y mis estudios porque si me va bien, eso puede significar que cuando termine el colegio pueda optar a una beca. Me dicen que una beca te puede pagar hasta el cincuenta por ciento de una carrera o, incluso, el cien. En Huachipato tengo profesores que trabajan en Inacap, la UdeC y el Andrés Bello y siempre me están aconsejando sobre mi futuro, aunque pareciera que falta mucho para salir”, sostuvo.

Todavía juega fútbol, los sábados. Ya no lo retan. Pero confesó que “mi sueño es representar a Chile y ojalá en algún otro país, en un Sudamericano. Sería lo más lindo. Matías (Contreras) me dice que tire más topspin, porque yo soy de cortar harto. Me reta y me dice que le haga caso. Creo que lo mejor que tengo es el derecho y el corte. Ahí cuesta aguantarme, pero hay que seguir mejorando”.

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