Para muchos, este es el lado más débil del cuadro. Y no es una opinión antojadiza, pensando que por la otra mitad iban Francia, Bélgica, Brasil, Argentina y Uruguay, entre otros. Con menos fútbol, pero una llave más abierta, Inglaterra gana adeptos para situarse como “el otro finalista”, pero antes tendrá que medir fuerzas con el matagigantes sueco, equipo que eliminó a Holanda e Italia antes del Mundial y a Alemania en fase de grupos. Un equipo poco vistoso, pero durísimo.
La estrella inglesa es Harry Kane, que lidera la tabla de artilleros con 6 dianas, 3 de ellas desde el punto de penal y el último justamente en el 1-1 con Colombia, que se definió mediante lanzamientos penales. Lo curioso es que la presencia del delantero estaba en duda, pero no por lesión ni nada parecido. Su señora está embarazada y podría dar a luz en estos días. El artillero comunicó antes del Mundial que, si eso sucedía, viajaría a Inglaterra. Lo mismo hizo hace poco Fabian Delph, por idéntico motivo, y se perdió los octavos de final.
Inglaterra ha sido dos veces semifinalista de un Mundial: el ‘66, cuando fueron campeones, y en Italia ‘90, de la mano de Lineker y Gascoigne. Suecia, en tanto, lo hizo el ‘58, cuando fue subcampeón en casa. Además, en Estados Unidos ‘94, guiados por Brolin y Ravelli, terminaron en el tercer puesto.
En el cuadro de Southgate, las dudas son los resentidos Dele Ali y Ashley Young, mientras que los suecos de Janne Anderson confirmaron la presencia del capitán, Andreas Granqvist, pese a que fue padre recientemente y se especulaba con algún viaje relámpago a su país.
Croacia fue sensación en la primera ronda, sobre todo, después de golear a Argentina. Con Dinamarca le costó muchísimo, debió recurrir a los penales y perdió algunos votos de favoritismo, aunque sigue confiando en la calidad de Modric, Rakitic y Mandzukic, entre otros. Enfrente estará el local Rusia, que viene de eliminar a España y es el equipo con más kilómetros recorridos en el torneo, lo que ha hecho que se especule con la posibilidad de dopaje.