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Los once elegidos: así es la estrategia del plan Tokio 2020

Por: Paulo Inostroza 19 de Marzo 2018
Fotografía: La Tercera

Clemente Seguel es de Temuco y a los 18 años ya tenía dos podios mundiales, a nivel juvenil, arriba de su velero. El 2017 peleó con los mejores, en categoría adulto, y terminó cuarto en el Mundial de Nueva Jersey. A los 16, Ricardo Soto sorprendió al país cuando llegó a octavos de final en Río de Janeiro, desempatando flecha a flecha con el crédito holandés Van den Berg. El comité Olímpico tiene clarísimo quiénes son y hoy conforman un grupo de elite. Los elegidos para el “Plan Tokio 2020”. Once figuras que tendrán beca especial, una doble ayuda económica que no parece tanto en cantidad, pero ellos valoran, entendiendo que nunca sobra para el deporte.

Melita Abraham es una de las seleccionadas y méritos tiene de sobra. A sus 20 años, la sampedrina es campeona mundial Sub 23 y oro en el remoergómetro 2018. La remera comentó que “primero, es un reconocimiento importante porque la selección de los once deportistas la hace el Comité Olímpico Internacional (previa postulación de las federaciones) y todo dinero ayuda porque nos tocan hartos viajes y se ha hecho una preparación pensando en metas súper altas. Ya existe una ayuda, pero a este nivel siempre es bienvenido otro aporte”.

Asegura que no tiene claros los montos, que en concreto son dos: uno de 6.450 dólares (3.885.542 pesos) al año y otro de 5 mil dólares (3.012.048 pesos) para viajes. “Entiendo que se van pagando mensualmente y sirven harto para el tema de alimentación y otras cosas. Nosotros ya contamos con una ayuda económica, que también va de acuerdo con nuestros buenos resultados. Por nuestra edad, nos estamos proyectando para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero esto va más allá. También se está pensando en los Panamericanos del 2023, que serán en Santiago”, señaló la hermana de Antonia, otra de las deportistas beneficiadas.

Y es que la Mejor Deportista del Bío Bío -junto con Antonia- es hace rato una de las figuras de mayor proyección en la zona, pues entrena en el CER local desde los 13 años y, actualmente, recibe una beca Proddar equivalente a 992.647 pesos mensuales. Recordemos que este incentivo se renueva cada año de acuerdo a los logros de cada deportista y, según categorías, va desde los 354.517 pesos mensuales hasta el millón 134.454 pesos. En Chile, son 316 los deportistas beneficiados.

Melita expresó que “en el caso del remo, la edad peak del deportista son los 30 años. Ya clasifiqué a unos Juegos Olímpicos y ahora me gustaría ir y disputar una final. ¿Por qué no? Igual me quedan otros Juegos, perfectamente. Hay una generación importante de deportistas jóvenes que permiten que todos nos ilusionemos. Hemos trabajado fuerte, se ha invertido en algo serio y tenemos todas las ganas de darle medallas a Chile”.

Foto | La Tercera

Sacando cuentas

Thomas Briceño fue el primer judoka chileno en avanzar una ronda en los Juegos Olímpicos. Fue hace dos años en Río, cuando competía en la serie menos 90 kilos. Hoy está en menos 100 y cuenta que “es un honor estar dentro de los elegidos para recibir esta beca. Mira, puede que no sea una gran cantidad porque 5 mil dólares para viajar no es tanto, pensando que en el judo hay 80 competencias puntuables en el mundo que se realizan durante dos años. La última vez yo pude ir a 23. Mira, con esta plata tengo que ser inteligente y planificarme bien. O sea, si como federación vamos en grupo a España, el resto del equipo se devuelve y yo puedo quedarme a un par de competencias más por Europa. Si soy ordenado, me va a servir mucho. Por eso encuentro genial esta Beca Tokio. Y si no es más plata, no es que sean ‘cagaos’. Hay un presupuesto que debe distribuirse equitativamente, somos hartos deportistas y está bien que sea así. Mi idea es inscribirme en hartas competencias del segundo semestre del próximo año. Esas dan más puntaje”.

Es de Santiago, aunque durante mucho tiempo representó a un club de Punta Arenas. “Cuando se disolvió la federación quedé en el aire y fueron el mejor postor”. Thomas asegura que “en mi disciplina llegas a tu peak como a los 27 años y también a los 30. Tokio debiera ser mi momento y me ha ido bien últimamente en Perú, Argentina y España, consiguiendo podios. Clasificar a Río era un sueño, pero ahora ya conozco el proceso, los sacrificios, la tolerancia que uno debe tener a ciertas cosas. Desde el año pasado tengo un técnico francés (Jerome Henric) y me siento en condiciones de lograr una medalla. Se ha hecho una inversión y la gente debe entender que en el deporte no se logran resultados en dos o tres años. A veces hay que esperar ocho. Hay un grupo joven que está logrando resultados y veo que vamos escalando. Siempre para arriba”.

El joven maravilla

Ricardo Soto contesta en medio de su entrenamiento, en Arica. Él pertenece al CER, del IND de esa ciudad, aunque aclara que “nací en Curanilahue y estuve ahí hasta los 3 años. Después nos fuimos a San Pedro de la Paz y viví ahí hasta los 8. Siempre he dicho que soy penquista”. Y tiene claro que su nombre no es desconocido después que el 2016 logró que todo el país estuviera pendiente de un deporte que no era fútbol ni tenis: el tiro al arco. Todos informándose cómo se puntuaba y cómo se desempata. ¿Y cómo cambió su vida desde entonces?

El tirador, de 18 años, explicó que “personalmente, he crecido bastante porque , pese a mi juventud, he vivido hartas cosas y sólo así vas ganando experiencia. Mi disciplina también tuvo como un boom por el impacto de esos Juegos de Río de Janeiro y siento que, aunque no es ni será el deporte más popular del país, se nos está apoyando y hay que seguir respondiendo con buenos resultados. En lo personal, hay gente que me reconoce en la calle o les soy cara conocida. De todas formas, cuando entreno y juego ando con gafas y protección así que tampoco soy muy reconocible”.

Y es el más joven, junto a Clemente Seguel, de los 11 seleccionados para el “Plan Tokio 2020”. Al respecto, comentó que “es un orgullo grande porque sé que hubo muchos nombres que fueron propuestos (en total, fueron 45) y agradezco que el Coch me tenga considerado y crea en mí. En el tiro clasifican 64 competidores a los Juegos Olímpicos y la mitad de esos cupos se definen en el Mundial que realizará el 2019, aun no sé dónde. Ahí uno se juega la vida. Si no, debes intentar entrar en una especie de repechaje que es por continente. No es como en otras disciplinas donde sumas en muchos torneos distintos”.

Sobre cómo le viene esta beca, precisó que “es una ayuda importante. La verdad es que no me puedo quejar porque mira, por ejemplo, ahora tengo una competencia en México y a través de los fondos de la federación me financian pasajes, hotel, traslados y alimentación. Siento que sí existe un trabajo en serio y a los que clasifiquen habrá que hacerles un trabajo de adaptación a lo que es Japón. Tenemos una generación de jóvenes que puede darle grandes al país, en deportes como el golf, que no son los más habituales. En lo personal, me queda mucha carrera porque hay arqueros con más de 30 años, incluso con 40 y a muy buen nivel. Más allá de lo que me queda, me gustaría ir a Tokio y volver al menos con un diploma olímpico, que se lo dan a los 8 mejores”.

Foto | Agencia UNO

Ojo con ellos

A los ya mencionados Briceño, Seguel, Soto y las hermanas Abraham hay que sumar otros 6 nombres que tienen claras posibilidades de clasificar a los Juegos Olímpicos e, incluso, algunos con opciones de medalla. Y si no es ahora, más adelante porque son jóvenes con mucho hilo por delante.

Joaquín Niemann, por ejemplo, tiene 19 años, es de Talagante y estuvo mucho tiempo rankeado como número uno mundial del golf a nivel amateur. Este mes debe disputar el Master de Augusta y será el segundo chileno que compita a nivel profesional. Será un cambio bravo, pero su técnico Eduardo Miquel ha asegurado que está dando el salto en el momento justo. Otra disciplina que toma fuerza es el surf, que debutará como deporte olímpico en Tokio. Ahí, Chile espera contar con Guillermo Satt, pentacampeón nacional.

También debutará en la cita japonesa, la categoría Kumite, del karate. Ahí, Rodrigo Rojas –el mayor de este grupo, con 26 años- luce el título de campeón panamericano y campeón mundial 2017 tras su éxito en Irlanda. La misma edad tiene María Fernanda Valdés –los cumplió anteayer- quien fue séptima en Río 2016, segunda del mundo el 2017 y dos veces campeona panamericana. Actualmente, está levantando pesas en la categoría menos 90 kilos.

Los últimos dos son más conocidos. Uno es el tenista Nicolás Jarry, que arrancó fuerte este año, y se situó en el puesto 61 del ránking ATP. El otro es el cubano Arley Méndez que, después de defender a su país de su origen, vivió toda una odisea para representar a Chile en la halterofilia, y en su primera gran prueba –con todo en regla- no destiñó y se tituló campeón mundial en Anaheim, Estados Unidos, el año pasado. Los expertos aseguran que tiene nivel para obtener una medalla y a Tokio llegará con 26 años.

“Esta beca significa una ayuda importante, que se va a mantener hasta Tokio. Eso es relevante, ya que así uno puedo trabajar tranquilo la preparación para los Juegos Olímpicos. Uno como deportista tiene que comprar implementos deportivos, los cuales no se pueden solventar con el Proddar, entonces es muy bueno este impulso”, señaló la pesista María Fernanda Valdés.

En ellos están puestas las esperanzas de un país que ha obtenido 13 medallas olímpicas a lo largo de su historia y en las dos últimas ediciones (Londres 2012 y Río de Janeiro 2016) se vino con las manos vacías. Ninguna, desde la plata de Fernando González en Perkín 2008. Estos once muchachos están llamados a cambiar el presente y brillar en el futuro.

Foto | IND

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