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Volando de palo a palo contra los prejuicios

Por: Paulo Inostroza 26 de Febrero 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Cuenta que de niña sólo jugaba con hombres. Le gustaba el fútbol, pero todos -especialmente los mayores- le decían que la pelota no era para ellas. Que era muy rudo. Felizmente, Camila Poveda fue porfiada y siguió jugando, parándose detrás de todos y todas, mirando ilusionada que adelante todo funcionara bien. Hoy es arquera del colegio Concepción Pedro de Valdivia, y destacada como la mejor deportista de su establecimiento a nivel Adicpa. Un premio al trabajo, las ganas y la porfía.

Pasó a Cuarto Medio con promedio 6,0 y cuenta que “juego al fútbol como desde Tercero Básico y parece que fuera como de siempre. La verdad es que en mi casa no son tan peloteros o al menos no de jugar, pero en el colegio sí había mucha gente que le gustaba. Cuando era chica siento que no me llevaba tan bien con las mujeres y eran los hombres los que me invitaban a jugar a la pelota. Así empezó el gustito por este deporte”.

Camila nació en Chile y a los meses familia se trasladó a Venezuela, donde vivió 7 años. “Allá se practica más el beisbol y otros deportes. Yo busqué jugar beisbol acá, pero prácticamente no existe. Intenté también con el tenis, pero finalmente me enganché con el fútbol. Así se dio”, apunta la estudiante de 18 años.

Camila recuerda de esos primeros remates y tapadas que “en mis inicios jugaba siempre con hombres y me costó encontrar mujeres con las que jugar y tener mi equipo. Antes era complicado. Me acuerdo que un ‘profe’ andaba buscando gente para armar algo, supo de mí y me sumó, pero costó mucho armar un grupo grande para jugar. Ahora, en cambio, ya tengo un equipo en el colegio, que venimos jugando juntas desde Sexto Básico y somos muy amigas”.

Y ella es la número “1”. Camila comentó que “soy la arquera y capitana del colegio. Me gusta mucho Buffon y también Claudio Bravo, sobre todo cómo se mueve y calcula el tema de los penales. Con el Concepción nos ha ido bien y en el torneo Adicpa no perdimos casi ningún partido”.

También tuvo palabras para el crecimiento del deporte femenino. Lento, pero crecimiento al fin. “El fútbol femenino está viviendo un boom que me impresiona. Claro que falta más difusión, pero recuerdo que antes había poquitos equipos de mujeres en Adicpa y ahora somos hartos y mucho más competitivos. Antes llegábamos sin banca, éramos las justas. Hoy existen mujeres profesionales en el fútbol, que salen a jugar al extranjero, que tienen un sueldo y siento que de a poco hay un reconocimiento a lo que hacen y una posibilidad para las que nos gusta. Eso me pone feliz”.

Quiere estudiar Ingeniería Civil en Minas o Geología, pero más allá de eso también tiene sus sueños en el fútbol. “Me encantaría jugar un torneo Anfp, pero tendría que entrenar mucho y en esta época antes de la PSU no creo que tenga mucho tiempo. Igual tengo claro que me encanta y es lo que me relaja y me hace feliz porque me permite conocer gente. Ojalá se diera más adelante”, advierte.

Y para luchar contra los prejuicios, no estaba sola y hoy lo agradece. La arquera del Concepción destacó que “mi mamá también jugó y está feliz de verme en esto y mi papá también está muy orgulloso y me van a ver a la cancha. Al principio, los adultos me decían que no juegue, que me van a lastimar y que esto era para hombres, que el fútbol no es para nosotras. Uno cuando chica se lo cree, pero mi mamá me decía ‘dale. Si es tu pasión párate y dale para adelante’. Le hice caso y aquí estamos. una no se olvida de esas cosas”.

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