Libertad Cares Muñoz
Matrona, Magíster en Salud Reproductiva
Unidad de Salud, Dirección de Servicios
Estudiantiles, Dise, Universidad de Concepción
El embarazo es una de las etapas más importantes y sin duda inolvidables en la vida de una mujer, y en los controles de embarazo
que se realizan con matrona o ginecólogo se educa sobre alimentación saludable y actividad física, pues se debe tener muy presente que influyen en todos los aspectos relacionados con el buen desarrollo, oxigenación y en general con la salud de la madre y su hijo.
Realizar una buena actividad física y mantener una alimentación balanceada durante el embarazo, tiene como consecuencia una serie de beneficios, tales como prevenir diabetes gestacional e hipertensión asociada al embarazo, que son las enfermedades más frecuentes durante este período y pueden llegar a causar la muerte, tanto de la madre como la del hijo.
Además, puede ayudar a la preparación y tonificación de la musculatura que se ve involucrada en el trabajo de parto, como el abdomen, pelvis y glúteos, disminuyendo la posibilidad de aparición de estrías, celulitis, desgarros perineales e incontinencia urinaria post parto, y también aliviar la tensión de la espalda y piernas por el peso del feto, reduciendo de igual manera la tasa de cesáreas de urgencias por dilatación estacionaria.
El ejercicio, en particular, también ayuda a la liberación de endorfinas, comúnmente llamada la “hormona de la felicidad”, pues potencia la sensación de autoestima y bienestar y actúa como factor protector frente a los cambios emocionales que pueden ocurrir durante el embarazo, producto de los vaivenes hormonales propios de este estado.
Pero no toda la actividad física es aconsejable durante el embarazo, se deben evitar los deportes extremos, de alto impacto, con riesgo de caídas y de contacto. Entre los ejercicios aconsejados se encuentra el pilates, el yoga, las caminatas y la gimnasia acuática, esta última porque no se siente el peso del cuerpo, y reduce el impacto en la musculatura y las articulaciones, tonificando los músculos y mejorando la capacidad circulatoria.
Otros ejercicios muy importantes son los ejercicios de Kegel, los cuales buscan fortalecer la musculatura del piso pélvico, que se debilita a causa del aumento de peso durante el embarazo y por el trabajo de parto cuando es vaginal. Entonces, ejecutarlos durante el embarazo y el postparto es fundamental para evitar problemas a futuro. Por su parte, la gimnasia abdominal hipopresiva permite una recuperación efectiva del piso pélvico y la musculatura abdominal en el postparto.
No hay que olvidar que la madre y el feto son “uno” durante todo el embarazo, por lo tanto, el bienestar percibido por la madre, también se traducirá en un agrado y desarrollo adecuado del hijo. De acuerdo a cada mujer, lo importante es consultar al especialista, gineco-obstetra y/o matrón/a, cuáles son los ejercicios más indicados, para no exponerse a un riesgo innecesario y disfrutar de este proceso tan importante como es el embarazo.