Lo dijo el profesor Raúl Umaña en su momento: “tengo tres chicos en Cadetes que marcan mucha diferencia: Lucas Salcedo, Agustín Díaz y Diego Umaña”. Lucas es de Chiguayante, cursa Tercero Medio y cuenta que “tengo promedio 6,7. Hace rato que me acostumbré a este ritmo de entrenar harto y estudiar. No es fácil, pero tampoco lo veo como un problema”. Es seleccionado chileno, a sus 16 años, y entrena por lo menos dos horas de lunes a viernes. Justamente, después de su última práctica de la semana, descansó unos minutos y habló de todo. Comienza con el presente, explicando por qué Pinares es tan poderoso a nivel Adicpa . “Se dan varias cosas. Por un lado, existe una muy buena generación, que además tenemos una envergadura física importante para nuestra edad. Eso ayuda harto. También hay un trabajo serio, mucho entrenamiento y lo que hace el profesor Raúl Umaña, que es importantísimo. Él empezó un proceso con los más chicos y ha sabido seguir sacando gente y darle una continuidad”.
Y ante estos éxitos, el colegio tomó nota inmediatamente para potenciar esa disciplina donde sabían que podían sacar frutos. “En Pinares, a veces siento que el hándbol es más popular que el fútbol. En serio. Recuerdo que hace unos años lo enseñaban desde Quinto Básico, pero ahora ya lo practican desde Tercero. Hay toda una formación”, aseguró.
¿Cómo agarré vuelo?
Lucas asegura que no tiene familiares muy ligados al deporte, ni que sus motivaciones partieron por ahí, como en muchos casos. “Creo que hay un bisabuelo o algún pariente lejano que fue futbolista, pero no más que eso”. De hecho, lleva poco tiempo practicando hándbol, aunque tiene logros que varios con más años de carrera ya quisieran. “Hace tres años no conocía el hándbol, pero tenía dos o tres compañeros que jugaban y me decían ‘ya pu, entrena’. No sé por qué creían que me podía ir bien. Había intentado otros deportes, pero nunca en serio”.
Y, de pronto, Lucas empezó a tomar vuelo. Echando la cinta atrás relata que “en tres semanas ya había logrado avances y empezaron a considerarme. El 2015 me tocó jugar el Sudamericano de Paraguay y he viajado harto gracias al hándbol. Existe una liga en la Región y ahí uno juega constantemente en Los Ángeles, Curanilahue y partes más cercanas, pero también me ha tocado ir a Villa Alemana, Santiago… Ahora, representando a Deportes Concepción, jugamos un torneo en Argentina y salimos terceros”.
¿Por qué el hándbol? No lo tiene tan claro, pero sí está seguro porque es lo suyo y cuenta que “me gusta porque descubrí algo nuevo y entiendes que no todo es fútbol. Aparte de lo deportivo y todo lo que aprendes como persona, se conoce harta gente y he hecho amistades que siento que serán para toda la vida”.
Mirando adelante
El hándbol no es un deporte donde corra tanto dinero como en el fútbol u otras disciplinas. Lucas lo tiene claro y advierte que “quiero jugar este deporte lo más que pueda, representar a Chile muchas veces y llegar lo más arriba posible. En Chile no existen clubes profesionales y los seleccionados de hándbol en Santiago tienen otras pegas. Sí hay jugadores que lograron irse al extranjero y allá es otra cosa. Actualmente, hay 24 chilenos en clubes de afuera, de España, Brasil o Italia. Igual no pienso en eso. Es muy lejano todavía proyectarse tan adelante”.
Pero donde sí tiene que proyectarse luego es en los estudios. Lucas expresó que “ya estoy por pasar a Cuarto y la verdad es que no tengo tan claro qué quiero seguir estudiando, pero me gusta más el área de la ingeniería y las matemáticas”. Se despide amablemente y a descansar. Mañana será otro día de práctica, donde si no es cancha es físico. Cada día hay que saltar un poco más alto.